Suscribirse

El reto de este siglo:evolucionar hacia el mestizaje político.

Los problemas de la inteligencia artificial y de las finanzas han llegado a la sociedad para poner punto y final al relato económico “smithiano” que gobierna la economía capitalista desde hace más de 250 años. En su relato, Adam Smith encontró la forma de vincular un vicio privado con una virtud pública. El vicio privado utilizado por Smith en su relato económico es algo consustancial con las inclinaciones de la naturaleza humana - el egoísmo de mirar por los propios intereses -, y la virtud pública es un bien socialmente deseable que el autor incorporó al título de su “libro estrella” - las riquezas de las naciones - .Según Smith el ser humano, al ocuparse de maximizar sus intereses privados, activa los mecanismos para generar una riqueza que beneficia a los otros seres humanos.

Hemos organizado la economía desde la revolución industrial del XVII siguiendo este relato “smithiano”y hemos alcanzado laproducción y el consumo masivos. Creo que la fórmula ideada por Smith sigue siendo válida, pero necesita una puesta al día a causa de dos factores inexistentes en la época de Smith, y que marcan la economía del siglo XXI:la super-productividad de las máquinas inteligentes y la potencialidad de las finanzas especulativas. Ambas pueden ayudarnos a mejorar.

Las máquinas inteligentes y la inteligencia artificial mejorarán la vida del ser humano de una forma inimaginable, pero al mismo tiempo le generarán un problema muy grave: le dejarán sin trabajo y por tanto sin ingresos. La inteligencia artificial nos liberará de la mayor parte del trabajo pero no nos liberará de las necesidades vitales. Para sobrevivir,las generaciones futuras tendrán que buscar una fuente de ingresos alternativa al trabajo. En mi opinión la pueden encontrar en las finanzas especulativas. En palabras de Smith, no será “la benevolencia” de los gestores de activos financieros la que nos proporcionará los ingresos que tanto necesitamos, sino “la consideración de su propio interés”. “No les hablamos de nuestras necesidades” (de ingresos), sino de sus ventajas”, de su deseo de ganar gestionando nuestro patrimonio financiero. Actualmente los gestores financieros manejan activos (financieros) por 35 billones de dólares, equivalentes a 8.750 dólares por habitante del planeta Tierra. Es un patrimonio financiero per cápita relativamente pequeño de cuya rentabilidad un ciudadano occidentalaún no podría vivir, pero los activos financieros crecen exponencialmente, y crecerán mucho más segúnavancela super-productividad de las máquinas y de la inteligencia artificial. Este proceso sólo lo para el colapso de la civilización.

Al igual que hizo Smith en su tiempo, el relato económico del siglo XXI deberá vincular un vicio privado inherente a la propia naturaleza humana con un bien socialmente deseableen un contexto histórico diferente. El vicio privado es la inclinación natural del ser humano al juego y la especulación. La especulación y el juego son como el egoísmo, algo consustancial a la naturaleza humana y de muy difícil, por no decir imposible, erradicación. El gran juego de los mercados financieros es un lugar adecuado para que el ser humano practique suinclinación naturalal juego y la especulación. El bien socialmente deseable es el incremento y distribución de la riqueza financiera. Hoy la riqueza financiera se concentra en pocas manos y se acumula indecentemente. El futuro no podrá seguir siendo igual. Los Mercados incrementarán la riqueza financiera, pero la Política deberá ocuparse de su distribución. En el relato económico del siglo XXI, Mercado (economía) y Estado (política) son instituciones llamadas a colaborar y entenderse. Para alcanzar este objetivo de forma pacífica y racional, será imprescindible evolucionar hacia el mestizaje político.

La razón nos dice que la colaboración política honesta conduce a acuerdos y pensamientos mestizos que benefician a todos, y que la cerrazón y la rivalidad política sin sentido conducen a conflictos que dañan a todos. Hasta que los políticos entiendan esto no habrá acuerdos para la formación de “Gobiernos mestizos”. Tanto la izquierda como la derecha políticas se afanan en vencer o incluso destruir al oponente, lo que crea una carencia grave en sus respectivos mapas ideológicos (derecha e izquierda). Por ejemplo, ambas ideologías consideran que MERCADO Y ESTADO son instrumentos de dominación que les sirven de excusa para la lucha política en lugar de utilizar esas instituciones como instrumentos al servicio de un fin superior: el bienestar colectivo de los ciudadanos a los que los partidos dicen representar. La actitud de rivalidad ideológica ciega es incoherente con la defensa del bien común, objetivo teórico de todos los pensamientos políticos. La persistencia de la Unión Europea en practicar políticas de austeridad o en cerrar sus fronteras, a pesar de haberse demostrado su inutilidad, es prueba del nivel de irracionalidad al que puede conducir la falta de mestizaje político. Descubrir las ventajas y los mecanismos del mestizaje político llevará su tiempo. PSOE y CIUDADANOS se han puesto a trabajar en ello. Los ciudadanos deberían premiarlos.

Hoy día las ideologías, al otorgar al Mercado y al Estado el carácter de instrumentos de dominación, acaban convirtiendo el poder que emana de ambos en un poder absoluto que destruye la libertad ciudadana, la innovación y a la postre también a los propios grupos políticos. El poder absoluto del Mercado deviene en desigualdad e injusticia. El poder absoluto del Estado deviene en autoritarismo y dictadura. Ambos, Estado y Mercado, de la mano de políticos débiles, comodones o irracionales, tienden a huir de normas y reglas a fin de escapar de cualquier límite, y acaban esclavizando a la mayoría de ciudadanos y devorando a los grupos políticos que los engrandecieron. El Mercado sustituye la libertad por el libertinaje económico, y el Estado sustituye la libertad por la arbitrariedad y el despotismo. El resultado es una sociedad instalada en el desastre humano. La crisis global 2007-2008 es una prueba de a dónde conduce un Mercado sin límites. El fascismo nazi de la primera mitad del siglo XX y el terrorismo DAES, una de a donde lleva un Estado sin límites.

Hoy nadie discute que el mercado financiero tiene tendencia a transformarse en casino a impulsos de la especulación. Antonio Quero hace un análisis del casino financiero y los productos asociados al mismo en el capítulo 4 de su “Reforma progresista del sistema financiero” (2014), para concluir en la necesidad de combatir la especulación y el casino estableciendo una tasa financiera penalizadora de la especulación. Sin renunciar a las tasas financieras y a otras bases impositivas como la productividad de las máquinas, mi visión de las finanzas y de la inclinación natural a la especulación es otra. Me pregunto si es posible aprovechar un vicio privado y difícil de suprimir (la especulación) para conseguir una virtud pública (que los ciudadanos vivan del patrimonio financiero), imitando así a Adam Smith que ideó hace dos siglos la teoría de la mano invisible y la competencia a fin de reconducir el vicio privado de acumular riqueza (maximización del beneficio y del provecho propio) hacia fines más nobles como la obtención generalizada de un ingreso (trabajo asalariado y consumo masivo). Desarrollaré esta idea con más amplitud en otro momento.

Ahora debemos centrarnos en la política para comprobar si tiene capacidad para convertir una tendencia humana privada negativa con origen en el instinto de propiedad (la especulación) en algo colectivo positivo (creación y distribución de riqueza financiera), transformando así una vez más “vicios privados en virtudes públicas”. Afirmo en primer lugar que este tipo de relatos sólo pueden hacerse cuando se abandonan las posiciones ideológicas numantinas y se hace política pensando en el bien común y el “mestizaje ideológico” como explicó Pedro Sánchez en su reciente discurso de investidura fallida. Cuando el consenso y el pensamiento de síntesis dominan en la política y la economía, todos salimos ganando y es posible vincular “vicios privados con virtudes públicas”.

Un ejemplo de la necesaria colaboración entre derecha-izquierda y entre Mercado-Estado es la revolución del agua. El agua es un recurso finito que la naturaleza nos regala. La derecha y el Mercado quieren privatizar su propiedad para convertirlo en oro líquido y fuente de enriquecimiento privado. Con este objetivo gestionan una política del agua cortoplacista que no evita el despilfarro. La izquierda y el Estado, en cambio, quieren mantener el agua bajo control público e incluso regalarla a los más necesitados en prueba de solidaridad. Con este objetivo su gestión del agua tampoco evita el despilfarro. Ninguno de los dos grupos políticos plantea la cuestión correcta: ¿Cuál es la mejor política del agua para conseguir un uso razonable de un recurso natural limitado que la naturaleza regala y que debemos cuidar?

Sostengo que para resolver muchos de los problemas de los ciudadanos, un pensamiento político de síntesis o mestizo como resultado del debate izquierda-derecha es la mejor solución. Es en este marco en el que los ciudadanos debenjuzgar el acuerdo PSOE-CIUDADANOS. Veamos otro ejemplo: en relación con las finanzas, la izquierda no debería avergonzarse de reconocer la necesidad de una banca privada que facilite la acumulación y circulación del capital, y la derecha no debería avergonzarse de reconocer la necesidad de una regulación pública de la actividad financiera. Lo mismo sucede con las funciones del Estado y del Mercado. Es a estos reconocimientos mutuos de las posiciones del otro a lo que llamo “evolucionar hacia el mestizaje político”. La síntesis es mestizaje y el mestizaje siempre ha sido enriquecedor en todos los aspectos: cultura, genes, conocimiento, etc. El ser humano es en sí mismo una síntesis: Cuerpo y alma, materia y espíritu, razón y sensación, mente y corazón, etc. ¿Por qué ha de ser distinto en política y economía?.

Ambas partes - individuo y colectivo, Mercado y Estado- se necesitan mutuamente para alcanzar el equilibrio. Cada parte tiene sus virtudes y defectos, y quien mejor puede contrabalancearlos es la otra parte. Cooperar salvando la pluralidad es siempre mejor que competir irracionalmente, que es la práctica política y económica a la que nos ha acostumbrado una concepción del Mercado y el Estado diseñada hace ya más de 250 años por la economía clásica. Esa concepción, que en otro tiempo cumplió su función, hoy se demuestra ineficiente y fallida. La sociedad del siglo XXI es muy diferente de la sociedad del siglo XVII, y los poderes políticos y económicos deben adaptarse a los cambios sociales producidos. La revolución digital en marcha cuestiona el modo de producción, consumo e inversión capitalista al igual que la revolución industrial del XVII cuestionó el modo de producción, consumo e inversión feudal. Necesitamos un nuevo relato económico y político para el siglo XXI. Los políticos españoles tienen la oportunidad de evolucionar hacia el mestizaje político-económico y el pueblo lo ha pedido.¿Cómo hacerlo?.¡Cedan y acuerden!. ¡No defrauden!.

Madrid, 4 de abril de 2016.

José Angel Suárez González.

 

Diseñado por:
Jaitek