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LA DENOMINADA RECONQUISTA

Notas sobre la Historia de España en contestación a Arturo Pérez Reverte sobre su artículo de “Las Navas de Tolosa”

“Tardamos ocho siglos, ochocientos años en echarles de la Península, nuestra tierra, por nuestra desunión. Nosotros hemos olvidado la historia pero ellos no”.

No sé si se ha olvidado la historia, pero hay que recordarla con más precisión y dejando atrás los tópicos con los que nos han adoctrinado.

PRIMERO. La invasión musulmana en el 711 fue una intervención en la guerra de sucesión a la muerte de Witiza, en el reino visigodo de España. Los visigodos han sido ensalzados desde el punto de vista patriótico y cristiano al conseguir la unidad territorial y la religiosa.

Crearon una unidad política con capital en Toledo que abarcaba el territorio entero de lo que se llamaría España y con Recaredo, tras abjurar del arrianismo, unificaron también desde el punto de vista religioso las creencias de la población, cuestión que para los monopolizadores de la enseñanza tradicional de la historia constituía un hecho todavía más relevante.

 

Pero ambas cuestiones, con ser importantes, no nos pueden hacer olvidar que los visigodos fueron una civilización de desastre, vivieron de la herencia romana, eran un pueblo extranjero, no aportaron nada y su organización política basada en una monarquía electiva producía una inestabilidad absoluta, ya que cada reinado duraba escaso tiempo puesto que los asesinatos del titular de la corona eran frecuentes y la sucesión se producía la mayor parte de las veces buscando la venganza del anterior rey y sus políticas. La rapidez de la conquista islámica se debe principalmente a la desunión de los gobernantes visigodos.

Los musulmanes fueron acogidos por la población judía con aplauso ya que estaba harta de la intolerancia religiosa de los visigodos, que, como nuevos conversos aplicaban el dogma con rigidez extrema.

La población cristiana, fundamentalmente hispano-romana, que ya había acogido con indiferencia y hostilidad la invasión visigoda, fue respetada en sus creencias y costumbres, y aceptó ser dominada por los nuevos invasores islámicos, aunque con mayores cargas económicas que la población musulmana. No hubo ninguna imposición religiosa y los “mozárabes” vivían “como árabes.”

El obispo de Córdoba tenía absoluta libertad para dirigir a sus fieles hasta que se produjo, con posterioridad, una tensión doctrinal con el Monasterio de Liébana.

No ha de olvidarse que la población musulmana estaba constituida por hombres árabes, sirios, egipcios y fundamentalmente beréberes y que buena parte de ellos se unieron en matrimonio con mujeres de los vecinos del norte, incluidos emires y califas.

SEGUNDO. El concepto de Reconquista es una configuración histórica muy posterior al tiempo que señala y se ha configurado su uniformidad, que no existió, desde el punto de vista cristiano.

La llamada “reconquista”, según la Historia Moderna no ha durado ocho siglos, sino solo dos, de 1270 a 1492, y a ese período sería más apropiado llamarle “conquista”

Después de la Batalla de las Navas de Tolosa es cuando nace la idea en los reinos cristianos de la recuperación del espacio ocupado por los musulmanes incluido el reino nazarí de Granada. Y no de forma absoluta, ya que era más rentable cobrar las parias o impuestos establecidos que proceder a la incorporación por las armas. No se olvide que la actividad económica fundamental de la época era la guerra, aunque fuese estacional ya que paraba en invierno. Tanto era así que un determinado rey al hacer las paces con los reyes vecinos tuvo que sofocar una sublevación de sus nobles porque con esa política no podían añadir tierras a sus dominios, ni cobrarse botines.

Por eso, después de que Fernando III, conquistara prácticamente toda la Andalucía Occidental, se produce una estabilización bélica sobre el resto, es decir, sobre Almería, Málaga y Granada, que constituían el último reino islámico.

TERCERO. España no nació en Covadonga en el año 722, como se nos ha hecho creer de forma reiterada, entendiendo por España la Hispania romana y visigoda, sino que la conciencia de conquistar el territorio ocupado por un pueblo invasor comienza a producirse a partir del siglo XI y con más precisión en el XIII.

No surge como una unidad ni con un objetivo único la tarea de expulsar a los musulmanes, sino que el nacimiento de una pluralidad de reinos, casi simultáneamente y con objetivos distintos comienzan a surgir.

No se olvide que los cristianos originarios fueron tan rebeldes contra los godos como contra los árabes pues tan invasores eran los unos como los otros.

Hay que separar, no obstante, desde un primer momento dos núcleos, el Norte occidental fundamentalmente Asturias y Cantabria, pueblos poco romanizados, con escasa penetración visigoda, y nula conquista islámica, donde líderes locales mantuvieron la defensa de su territorio a base de pequeñas escaramuzas y no propiamente batallas.

Hoy se discute si los primeros reyes fueron condes visigodos empujados hacia el Norte por la propia invasión islámica, pero sostener como respuesta la afirmativa obedece a la línea histórica tradicional de fijar el principio de la reconquista en Covadonga y establecer la ocupación y la desocupación sin solución de continuidad, acción-contestación, de manera inmediata. Creo que la incorporación de la nobleza goda se produce con posterioridad a los hechos de la montaña asturiana, hechos que, por otra parte, carecen de reflejo en las narraciones árabes.

Durante los primeros siglos, prácticamente hasta fijar la frontera en el Río Duero, no existía ninguna mentalización de “reconquistar” sino de defenderse ante posibles ataques del sur.

Una única batalla, la de Simancas, es la que queda registrada y no se puede calificar más que de defensiva y no de ataque.

El segundo núcleo, el de Navarra y los condados pirenaicos, fue, a diferencia de los de Asturias, una organización defensiva a favor de Carlomagno y sus herederos para evitar la penetración en Francia, después del rechazo de Carlos Martel en Poitiers, de una segunda oleada musulmana que ocupara el reino carolingio y se extendiera por el centro de Europa.

En principio, ni los reyes de Navarra y Aragón ni los condes de los valles pirenaicos tenían ninguna pretensión de expulsar de la Península a los árabes sino de frenar su posible avance cumpliendo lo dispuesto por Carlomagno y sus hijos, fijando una Marca que sirviera de territorio entre los musulmanes y la Francia carolingia. No se puede olvidar que los nombramientos de los condes emanaban de los francos y su vasallaje duró hasta que Barcelona fue arrasada por Almanzor y no se recibiera ayuda de sus señores del otro lado de los Pirineos.

Como se ve, no se puede dar el mismo tratamiento a los dos núcleos, ya que obedecen a inicios distintos y a propósitos diferentes.

CUARTO. Si prescindimos de las ideas religiosas de los ocupantes y de los ocupados, hay que reconocer que, desde el punto de vista exclusivamente cultural, en los Siglos IX al XI y sobre todo a lo largo del Califato de Córdoba, la admiración de los monarcas y nobles cristianos por la cultura árabe era absolutamente reconocida como superior, ya que se basaba en el saber bizantino, heredero, a su vez de la ciencia griega, en tanta que la cristiana se fundamentaba en la romana desnaturalizada por la visigoda.

El dato de la población me parece importante ya que en el año 1000 todos los reinos cristianos sumaban medio millón de habitantes, en tanto que la población de Al Andalus rebasaba los tres millones.

Por otra parte, los árabes fueron los transmisores a occidente del arte y la ciencia de oriente dada su expansión sobre extensos territorios.

 

QUINTO. Si bien es cierto que la desunión de los pueblos cristianos constituyó factor importante en la falta de dinámica del avance hacia el sur, no es menos cierto que aquellos reinos inicialmente no pensaron en reconquistar sino en su propia defensa o en la defensa del reino carolingio.

Sin embargo, la desunión ajena y no la propia, constituye el hecho fundamental para nuestra reconquista o conquista, puesto que es precisamente la desintegración del Califato de Córdoba y la formación de los Reinos de Taifas lo que permitió entender que aquella era posible y el momento de acometerla había llegado.

En la época del Emirato dependiente de Damasco y el Emirato Independiente con Abderramán I se produce el asentamiento de los colectivos conquistadores, no exento de guerras civiles, fundamentalmente, entre el pueblo árabe y el pueblo beréber componentes de la invasión.

El Califato con Abderramán III constituye una organización perfecta basada en la fuerza y con expansión plena en cuanto a territorio, cultura y arte. Almanzor protector de Hixen II y amante de su madre de origen vascón, desbarata el Califato a su muerte, constituyéndose los Reinos de Taifas con poderes autónomos

El Califato finaliza en 1031, y sólo a partir de entonces, los reyes cristianos ven la oportunidad de avanzar hacia el sur, León y Castilla por un lado y Aragón y Cataluña por el otro. Navarra queda encajada entre las dos fuerzas cristianas y se expande al norte de los Pirineos, y Portugal, reino desde 1139, concluye sus conquistas hasta el Algarbe.

Hay que destacar dos figuras señeras en el período que se denomina Reconquista, Almanzor y el Cid.

No coinciden en el tiempo y mientras el derrumbamiento del Califato y el nacimiento de los Taifas se deben, para beneficio cristiano, a Almanzor con su desaparición. Sin embargo, en vida, fué el verdadero azote de los reinos cristianos.

La figura del Cid en la época de Alfonso VI hay que situarla en su justo punto y sacada del Poema, escrito con posterioridad a su muerte, en un momento histórico de la derrota de Alarcos que se necesitaba crear el personaje que levantase la depresión castellana. No es un héroe cristiano de reconquista sino un profesional de frontera que unas veces ayuda a reyes castellanos y otras, las más, al rey moro de Zaragoza tras la expulsión de Castilla que, por cierto, nada tuvo que ver con la exigencia de ningún juramento solemne a ningún monarca.

SEXTO. ¿Qué hechos se han producido para que las conquistas de León, Castilla, Castilla y León, Aragón y Navarra, a veces dirigidas contra los propios reyes cristianos decidan como idea avanzar en la conquista exclusiva del territorio ocupado por los musulmanes?

Fundamentalmente la afirmación del cristianismo como base de un nuevo orden occidental.

--Se les hace creer a los cristianos que el Apóstol Santiago, pese a que fue martirizado en Jerusalén, sus discípulos lo habían puesto en una barca y había llegado a la Península Ibérica.

Que años más tarde un eremita apreció unas estrellas en un campo y aquel signo supuso nada menos que el descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago.

--Convencen que predicó en España nada menos que un Apóstol de Cristo, que se le aparece la Virgen consolándole en su desesperación por falta de frutos en su evangelización y que participó en batallas matando moros. Aquellos ejércitos cristianos se sentían apoyados por la supuesta presencia del discípulo que se les predicaba.

--Idean un Camino desde Europa para llegar al Sepulcro. No hay que olvidar que Tierra Santa estaba en poder de los musulmanes y sólo cabía ganar el jubileo en las visitas a Roma y a Santiago de Compostela, los dos únicos enterramientos en Europa de Apóstoles.

--Se extienden los Monasterios a partir de Cluny con la regla benedictina. Constituyen la mejor palanca para la conquista y sobre todo para la repoblación. El móvil de la reconquista más que patriótico es religioso, exclusivamente cristiano.

--Los Monasterios fomentan el nacimiento de núcleos rurales y pequeñas ciudades extendiendo la construcción de iglesias difundiendo el arte románico a la mayor gloria de Dios.

--La autoridad papal interviene proclamando la lucha como guerra santa y predicando bulas e indulgencias. Era la respuesta a la guerra santa islámica y a la necesidad de dar la vuelta a las derrotas iniciales por la unión de los reinos cristianos.

SEPTIMA. Con esa reafirmación cristiana, a partir del siglo XIII, comienza la Reconquista o conquista en sentido preciso.

La batalla decisiva es la de las Navas de Tolosa, en 16 de julio de 1212.

Los reyes cristianos no combaten contra los Reinos de Taifas musulmanes asentados en España. Combaten contra imperios africanos, que llegan a España a petición de los reyezuelos territoriales peninsulares, ante el relajamiento del credo y las costumbres islámicas. Cada nueva invasión es más rígida que la anterior. Sus miembros son más austeros y su intolerancia mayor.

Producida la conquista de Toledo, 1085, se reclama la presencia de estos guerreros del desierto africano al sur del actual Marruecos y cercanos al desierto. Fueron invadidos tres veces, por almorávides, almohades y benimerines, eliminaron las taifas y se quedaron aplicando más rigidez religiosa y unificando el territorio. Se ha repetido lo que en 711 a los visigodos les pasó con los árabes.

El primer encuentro es negativo para las fuerzas cristianas. Los almorávides derrotan a Alfonso VI en Zalaca, Consuegra y Uclés.

En la Batalla de las Navas de Tolosa los reyes cristianos vencen a los almohades, Alfonso VIII de Castilla y Pedro II de Aragón. Más tarde se une con un puñado de hombres Sancho VII de Navarra. No acude Alfonso IX de León, por conflictos de frontera con Castilla. Se ha declarado por el Papa la guerra santa a instancias de Jiménez de Rada.

Esta batalla abre para la cristiandad la cuenca del Guadalquivir y el empuje definitivo por parte de Fernando III unos años después.

No se olvide que Alfonso VIII había sido derrotado en la batalla de Alarcos unos años antes.

Finalmente los benimerines serían derrotados por Alfonso XI en la Batalla del Salado

Ante la intolerancia de los imperios africanos los judíos que antes prefirieron a los musulmanes que a los visigodos, ahora apoyan a los cristianos frente a los imperios africanos. No se olvide que si eran importantes en hombres lo eran más en recursos financieros como soporte para las guerras.

OCTAVA. Conquistada la Andalucía occidental se produce hasta la definitiva incorporación del reino nazarí un periodo de tiempo demasiado largo que necesita una nueva reafirmación del cristianismo.

A partir del Siglo XI cuando ya la Reconquista se había teñido de la idea de Cruzada, surge un hecho fundamental que condiciona y dinamiza la inminente conquista de Granada. En 1478 nace la Inquisición por bula de Sixto IV.

Los reyes Isabel y Fernando abogaban por la unidad religiosa de sus reinos, a diferencia de los musulmanes que lo hacían, en líneas generales, sobre una cultura tolerante y pluralista.

El fundamento de la unidad cristiana de sus reinos hizo posible no sólo la conquista del reino de Granada en 1492 sino de forma casi inmediata la expulsión de los judíos en el mismo año y más tarde, en 1609 y 1610 la de los moriscos.

NOVENA. La Reconquista que se reafirma en un sentido cristiano basado en unos orígenes de pura invención de fe hace que lo español sea predicado como equivalente a cristiano y la consecuencia es que por no ser cristianos no se tengan por españoles ni los judíos de cualquier tiempo ni los árabes de Al Andalus nacidos y residentes en España. Y ello porque la historia se ha escrito desde una óptica exclusivamente religiosa. Podríamos decir que sin la Reconquista y sin la evangelización de América que se produce a partir de terminar aquella, la cristiandad sin España no sería católica por no tener la condición de universal.

Los historiadores modernos sostienen, sin embargo, que ha sido la intolerancia religiosa la causa de la decadencia y atraso español.

Como se ha puesto de manifiesto con estas notas la cuestión es más complicada que una visión simplona de recuperar un territorio “que era nuestro”.

Difícil es saber el propietario del mismo cuando sucesivas oleadas de invasiones de pueblos habían ido conformando la personalidad del español, incluido, por supuesto, el islámico.

Y si nos han vendido que la Reconquista comienza en Covadonga quiero recordar la anécdota que se cuenta de que para evitar que se mancillara el origen de la España cristiana con Don Pelayo, el régimen de Franco siempre ocultó que la conquista o “liberación” de Covadonga en la Guerra Civil fuese realizada por un destacamento de moros del ejército español de Marruecos. Y si el Apóstol fue el ingrediente básico de la cristianización, resulta, al menos irónico, que el general Mizzian capitán general del ejército español, musulmán de creencias y marroquí de nacimiento, le correspondiese, en su momento, por delegación de Franco realizar la ofrenda a Santiago Matamoros un 25 de julio, tapándose con flores las esculturas de los sarracenos aplastados bajo el Apóstol.

FINAL. ¿Pero se puede hablar correctamente hoy de “reconquista “ o de simplemente “conquista”?

Los avances cristianos del Siglo XIII hacia Al –Andalus , densamente poblada, urbanizada y orientada a la civilización oriental, tenía poco que recordar a la Andalucía visigótica que los musulmanes habían conquistado en 711.

Sólo la Iglesia es la institución que había inculcado en los reinos del Norte la idea de que toda la Península debía estar bajo el gobierno cristiano. Como toda la Historia la interpretación cristiana. Se había iniciado con una defensa ante los árabes continuando con una guerra justa por ideología distinta, siguiéndose por una religiosa con ocupación de territorio, para concluir con una declaración de Cruzada por el Papa que terminó con una conquista del reino nazarí, último bastión del poder musulmán.

Este es el proceso de 800 años, en los que, con distintas fases, sin objetivo común, desde la propia defensa hasta la última conquista comprenden ocho siglos de nuestra historia.

ENRIQUE HERAS POZA

 

 

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