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Jueves 12 de Enero de 2012 19:13

Los 2 reales sevillanos de FelipeII

por Ernesto Gutiérrez Guinea
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75.LOS 2 REALES SEVILLANOS DE FELIPE II

Esta entrada va a dedicarse al estudio de las piezas de 2 Reales acuñadas en Sevilla durante el reinado de Felipe II. Estas acuñaciones sevillanas de esa época, al igual que ocurre con las de 4 Reales son bastante abundantes ya que como hemos indicado en entradas anteriores resultaba lógico que la plata americana que ya comienza a llegar a la península en cantidades importantes al empezar el reinado de Felipe II quedara en una Casa de Moneda situada en el lugar más próximo posible a la arrivada del metal.
En todo el proceso de recepción del metal, su registro y posterior entrega en la Ceca sevillana desempeñaba un papel central la Casa de Contratación que venía a asumir desde el punto de vista económico el papel que en lo político representaba el Consejo de Castilla. Aunque inicialmente en 1495 Cádiz fue designado como puerto de salida y regreso para las expediciones americanas, muy pronto la Ordenanza de 14 de febrero de 1503 organiza en Sevilla la Casa de Contratación que establece el monopolio de Sevilla en todas las relaciones comerciales con el nuevo continente, así como el derecho exclusivo de Castilla en relación con los nuevos descubrimientos. Esta circunstancia reviste particular importancia en un momento en que la unión entre las Coronas de Castilla y Aragón era solo de carácter personal siendo privativo de cada uno de los dos monarcas, Isabel y Fernando, el ejercicio de la soberanía en sus territorios hereditarios. Este monopolio castellano tuvo una influencia decisiva en la evolución política y económica de los nuevos territorios siendo factor decisivo de que fuera precisamente el sistema monetario castellano, basado en el Real de plata el que fuera implantado en América.
El hecho de que Sevilla controlara en exclusiva el comercio americano no significó que la totalidad del tráfico marítimo se ejerciera a través de su puerto fluvial situado aguas arriba del río Guadalquivir. Aunque para el calado de los buques de la época la profundidad de éste fuera suficiente los medios de atraque y los atalajes del puerto de Sevilla no eran suficientes para asegurar la carga y descarga de las mercancías en forma rápida. Es por ello que los puertos de Cádiz y Sanlúcar compartieron con Sevilla la materialidad de la recepción y expedición de mercancías. El hecho del establecimiento precisamente en Sevilla del centro administrativo del control del comercio se debió al hecho de existir ya en esta ciudad una burocracia suficientemente consolidada a través de la cual los reyes controlaban los mecanismos impositivos y de producción de Andalucía, especialmente de su parte occidental.
El hecho de que Valencia, Barcelona, La Coruña y Bilbao que eran puertos importantes ya en esa época, quedaran excluidos de este comercio no solo se debió a motivaciones de carácter político, sino que fueron condicionantes de carácter geográfico los que tuvieron un papel más preponderante para la elección de los puertos de la Andalucía occidental. En efecto la travesía de los convoyes americanos ya era suficientemente larga y arriesgada como para no complicarla con el cruce del estrecho de Gibraltar que a sus corrientes frecuentemente contrarias sumaba la acción, intensa en la época, de los piratas berberiscos a la sombra del poder creciente del Imperio Turco. Esta circunstancia no se daba en el caso de los puertos del norte pero sin embargo las fuertes galernas cantábricas complicaban el acceso a ellos.
También los productos castellanos que eran exportados a través del comercio con América se producían en su mayor parte en los feraces entonces campos andaluces, como era el caso del trigo, vino y aceite. En todo caso el interés del Corona era que fuera un solo puerto el que controlara el comercio con objeto de asegurar la viabilidad del control administrativo a través de los medios de la época. Así aunque un edicto de Carlos V promulgado en 1529 abrió la posibilidad de comerciar con América a través de otros puertos peninsulares, en la práctica el monopolio de la Casa de Contratación fue efectivo prácticamente hasta el fin del dominio español en estos territorios.
El hecho del monopolio de Sevilla no quiere decir que otras ciudades españolas no se beneficiaran en forma directa del comercio americano. Así, los territorios norteños de la Corona de Castilla que ya tenían una importante tradición en materia de construcción naval fueron los encargados de la fabricación masiva de navíos que formaban parte de los convoyes. Teniendo en cuenta el incremento sustancial del comercio con América a lo largo del siglo XVI y las frecuentes pérdidas de buques a causa de los ataques de piratería francesa e inglesa, la producción naval se incrementó extraordinariamente en ciudades como Ferrol, Coruña y los puertos de Vizcaya, especialmente Bilbao.
Los mecanismos de control administrativo se basaban en el riguroso registro de la totalidad de las mercancías recibidas y expedidas así como de la compañía que realizaba los fletes y los datos correspondientes a los barcos y a los mandos de su tripulación. Ello no quiere decir que no existiera una parte considerable de fraude en la estimación de los impuestos a satisfacer en función del tipo de material estibado ya que los cálculos tributarios obligadamente habían de efectuarse en forma aproximada por ser excesivamente complicado el peso exacto de todas las mercancías especialmente las de menos precio. No obstante en el caso del comercio con los metales preciosos, base fundamental de las exportaciones, la posibilidad de control era mayor por lo que las cooperaciones de conteo y pesaje se llevaban a cabo con una mayor escrupulosidad.
Los ataques de la piratería en las travesías atlánticas suponían una pérdida aproximada de unos cincuenta barcos al año. A partir de los años 80 del siglo XVI las pérdidas habían alcanzado tal calibre que fue necesario realizar una fortificación extensa de las costas y puertos americanos, especialmente en el área caribeña lo que llegó a un gasto que abarcaba una parte sustancial del presupuesto de defensa que suponía unos cinco millones de ducados por lo que se refiere a las Indias. En los años centrales del siglo la mayor parte de los piratas eran de nacionalidad francesa y recibían patentes de corso de este país, enfrentado en conflictos bélicos con España durante todo el reinado de Calos V. A partir de 1557 la piratería de origen británico sustituyó a la francesa con una efectividad mayor, ya que los ataques no se limitaban al área caribeña sino que se producían también con frecuencia en las proximidades de los puertos occidentales andaluces.
En la misma forma en que tuvo lugar en la Segunda Guerra Mundial, el sistema de protección del tráfico en el Atlántico tuvo que realizarse a través del sistema de convoyes mediante el cual un conjunto de buques era escoltado por navíos de guerra, normalmente galeones fuertemente artillados en tal manera que los ataques piratas ya no resultaban tan gratuitos, salvo en los casos de buques extraviados como consecuencia de tempestades. A partir de 1550 el tráfico se centró fundamentalmente, especialmente por lo que se refiere a los metales preciosos, en dos grandes flotas que partían de los puertos caribeños a los cuales se había desplazado la plata peruana mediante navegación de cabotaje a lo largo de las cortas del Pacífico y de tráfico terrestre a través del istmo de Panamá. El volumen de metales preciosos que ya se había incrementado sustancialmente a través del refino de la plata por el procedimiento de amalgamación con el mercurio de las minas de Almadén se expandíó definitivamente desde el descubrimiento de la mina de mercurio de Huancavalica que desde 1576 comenzó a suministrar este material a los talleres de Potosí. De esta manera el número de barcos, del orden de 100 dedicados al comercio anteriores a esta fecha habían pasado prácticamente a duplicarse diez años después con un incremento del orden del 50% del volumen de negocio según refiere Chaunú en su obra sobre Sevilla y el Atlántico.
Este tráfico resultó extraordinariamente perjudicado por las pérdidas de tonelaje sufridas como consecuencia de la catástrofe de la Armada Invencible materializada en 1588. No obstante el esfuerzo para recuperar la fluidez del comercio americano fue muy importante a lo largo de la década de los 90. Esto pudo llevarse a cabo a través de la adquisición o la contrata de buques extranjeros de países norteños y de la progresiva sustitución de los viejos galeones por fragatas mucho más rápidas que tenían la posibilidad de eludir la acción de sus perseguidores.
La práctica totalidad de la plata acuñada trasportada de América a la península lo era en forma de “pesos” o monedas de 8 Reales ya que de esta forma se minimizaba el coste de producción y almacenaje. Sin embargo gran parte de la plata transportada en lingotes era acuñada en las Cecas españolas en forma de pequeñas denominaciones en tal forma que fueran más fácilmente utilizable por el comercio minorista. Así, tanto las monedas de 4 Reales y 2 Reales circulantes en Castilla eran de origen peninsular y rara vez eran acompañadas en los cambios por monedas de estas denominaciones acuñadas en Cecas americanas. En esta entrada analizaremos cinco ejemplares de Reales de a 2 acuñados tres de ellos en Sevilla y otros dos ejemplares en Granada y Segovia respectivamente.

    

FIGURA 75.1


La pieza de la FIGURA 75.1 es un 2 Reales de Felipe II acuñado en Sevilla, sin fecha en el período que media entre 1566 y 1588 con el Ensayador representado por una P tumbada con el clásico escudo imperial en el anverso y castillos y leones cuartelados en el reverso. Esta pieza es, con mucho, la mas común de todas las acuñaciones macuquinas peninsulares de 2 Reales siendo encontrada con una frecuencia semejante a la totalidad del resto de piezas fechadas o no de otras Cecas.
La pieza, en consecuencia, recibe la valoración mínima para esta denominación tanto en CALICO como en CAYON. En CALICO 1988 y 1994 recibe una valoración de 4000 P y 5000 P que en conservación VF puede resultar adecuada, aunque en la edición de 2007 es valorada en 90€ lo que creemos ciertamente algo exagerada. Inferiores son las valoraciones en CAYON que en 1976 la valora en 800 P en 1980 en 1650 P y en 1998 en 5000 P, si bien debemos recordar que estos precios se refieren a conservaciones G, VG y F respectivamente, por lo que pueden producir una engañosa sensación de apreciación que como en el caso de las piezas de 4 REALES de este tipo sólo tuvo lugar en la primera década de los 2000. Este tipo de pieza no es difícil de encontrar en subastas en conservaciones que alcanzan el XF a precios no desproporcionados. Así en la subasta de FONDO CULTURAL NUMISMÁTICO de mayo de 1967 se publicitó un ejemplar en esta conservación en 1000 P que no encontró comprador, mientras que en la subasta de una importante colección de 2 Reales llevada a cabo por AUREO el 9 de abril de 2003 un ejemplar en esta conservación completamente redondo desde un precio de salida de 200€ llegó a adjudicarse en 320€.
El ejemplar aquí fotografiado presenta solamente gastaje en las partes altas del reverso y aunque el reverso es algo inferior podríamos clasificarlo como VF-. El precio de un ejemplar no fechado podemos considerarlo como aproximadamente la mitad del de los fechados de esta misma Ceca, por lo que estimaríamos un precio de una pieza en F de unos 50€. Por ello el valor de esta pieza sería de 65€ que reducimos hasta un precio de mercado ded 40€ por el descentraje y la flojedad de acuñación del anverso que impide la visibilidad de parte alguna de la corona.

    

FIGURA 75.2  


La pieza de la FIGURA 75.2 es un 2 Reales de Felipe II acuñado en Sevilla en el año 1589 con el ensayador P tumbada. La pieza tiene unas características similares a la anterior excepto en la fecha que aparece en este tipo de emisiones a la derecha del escudo a partir de 1588. La rareza de estas piezas fechadas como ya hemos indicado, para el caso de Sevilla tienen un valor aproximadamente doble de el de las no fechadas a igualdad de conservación. CALICO en sus sucesivas emisiones abunda también en esta idea con unos precios que duplican aproximadamente a los de la pieza anterior, mientras que CAYON en su edición de 1998 se aparta de esta línea fiando un valor de 5000 P en F que creemos que está algo por debajo del valor de mercado aun en ese momento.
En la subasta de AUREO antes mencionada una pieza de esta misma fecha en conservación VF- con un precio de salida de 150€ fue adjudicada en 180€ lo que confirma lo establecido anteriormente. La pieza presente no alcanza la graduación de F ya que además de su desgaste generalizado no podemos encontrar detalle alguno en castillos y leones ni del anverso ni del reverso, sin que ello pueda ser exclusivamente atribuido a flojedad de acuñación. Llegaríamos así al grado VG+ al que para un valor tipo en F de 100€, nos daría un valor estimado de 85€ que la falta de legibilidad de la Ceca, aunque su atribución a Sevilla es indudable, nos daría un valor de mercado de 72€.

     

FIGURA 75.3


En la FIGURA 75.3 tenemos un 2 Reales de Felipe II acuñado en Sevilla en 1595 con el ensayador Ballesteros (B). La rareza de esta pieza es similar a la correspondiente a 1591, encontrándose con la misma frecuencia presente en listas de venta y catálogos de subasta. La cotización de esta pieza en CAYON 1998 nos vuelve a parecer excesivamente baja dado que consideramos que en esta edición la conservación a la que se refiere el precio es F (MBC). En la mencionada subasta de AUREO de 9 de abril de 2003 una pieza similar en conservación VF- con precio inicial de 200€ fue adjudicada en 240€.
El ejemplar fotografiado tiene la totalidad de sus datos visibles estando gastadas solamente las partes mas altas de anverso y reverso con casi completo detalle en castillos y leones del reverso, debiéndose las partes empastadas del reverso y zona baja del anverso a poca presión de acuñación. En especial resalta la legibilidad de los cuatro dígitos de la fecha en los que se observa un acusado relieve, también presente en las franjas horizontales de la bandera de Austria y de los puntos que enmarcan las flores de lys del escudo imperial. La conservación por tanto sería VF- a la que correspondería un valor de 130€ que reduciríamos a un precio de mercado de 80€ por poca presión de acuñación en las zonas derecha e izquierda del reverso que afecta a la lectura de la leyenda pero no a los castillos y leones cuartelados.

           

FIGURA 75.4


La pieza fotografiada en la FIGURA 75.4 corresponde a un 2 Reales de Felipe II acuñado en Granada en el año 1591 con la sigla del ensayador F. Esta pieza es considerablemente mas rara que las acuñadas en Sevilla en una proporción mayor que la que se da en las piezas de 4 Reales entre ambas Cecas. No obstante esta circunstancia es recogida quizá con exceso en CALICO que en sus ediciones de 1988 y 1994 la valora en 20.000 P y 25.000 P respectivamente, llegando en la edición de 2007 a 300€, mientras que CAYON la valora algo mas alta que en el caso de Sevilla pero no excesivamente con 5000 P en 1976 en G y 9000 P en 1998. La rareza de Granada frente a Sevilla en piezas de 2 Reales la estimamos en el doble para cualquiera de las fechas desde 1591 a 1597, si bien en el tipo OMMIVM puede ser algo superior.
En la subasta de 9 de abril de 2003 de AUREO mencionada las piezas de 2 Reales de Granada de 1595 y 1596 salieron a 300€ y 350€ en F adjudicándose la primera en 345€. La pieza presente se encuentra en F con desgaste generalizado pero suficiente cantidad de detalles en el interior de las figuras del reverso, merced a la concavidad que ha protegido esta cara en detrimento del anverso que no obstante permite una suficiente legibilidad de fecha, en este caso a la izquierda del escudo, Ceca y Ensayador. Por tanto consideramos el valor de la pieza en F como 200€, aunque la debilidad de las partes externas de los datos identificativos reducirían su valor a 72€.

     

FIGURA 75.5


Por último la FIGURA 75.5 muestra un 2 Reales de Felipe II acuñado en Segovia en 1597 con el Ensayador representado por un castillete alargado situado a la izquierda del escudo. La característica mas llamativa de esta pieza es que sin poder determinar con exactitud de si se trata o no del tipo OMMIVM por falta de legibilidad de la leyenda, la fecha se encuentra al final de la leyenda del reverso en lugar de a la derecha del escudo del anverso.
La tosquedad de acuñación y el gran tamaño de la fecha en la que se distinguen sus cuatro dígitos nos hace dudar de la procedencia de la acuñación de esta moneda que pudo ser obra de la Casa Vieja o por el contrario de algún otro taller local. CALICO en sus dos últimas ediciones publica un ejemplar similar en cuanto al arte de castillos y leones en el reverso como pieza que incorpora esta misma fecha al final de la leyenda del reverso, por lo que creemos que esta moneda fue realmente acuñada en la Casa Vieja, si bien con un arte mas degenerado que en las primeras acuñaciones fechadas de Felipe II.
La conservación de la pieza permite la visualización de suficientes detalles, aunque su desgaste sea evidente, para graduar la pieza como F. Su rareza la estimamos similar a la de las piezas de 2 Reales de Granada por lo que su precio en F sería de 200€ que en este caso por visibilidad de fecha elevaríamos a un precio de mercado de 215€

THE 2 REALES OF SEVILLE OF PHILIP II

This post is going to be about the study of pieces of 2 reales minted in Seville during the reign of Philip II. These coinages of Seville at that time, as is the case with those of 4 reales, are quite abundant, as we have indicated in previous posts it was logical that the American silver was starting to reach the peninsula in large quantities at the beginning of the reign of Philip II stayed in a mint at a location as close as possible to the arrival of the metal.
Throughout the process of the reception of the metal, its registration and subsequent delivery to the Seville Mint, the House of de Commerce played a central role coming to take, from the economic point of view, the role that politically the Council of Castile represented. Although initially, in 1495, Cadiz was appointed as the port of departure and return for American expeditions, soon the Ordinance of February 14, 1503 organized in Seville the House of de Commerce, establishing a monopoly of Seville in all business dealings with the new continent and of Castile the exclusive right in relation with new discoveries. This circumstance is particularly important at a time when the union between the crowns of Castile and Aragon was personal only to be unique to each of the two monarchs, Ferdinand and Isabella, the exercise of their sovereignty over their territories inherited. This Castilian monopoly had a decisive influence on the political and economic developments of the new territories, being crucial the factor that was precisely the Castilian monetary system, based on the silver Real, that was introduced in America.
The fact that Seville controlled exclusively the American trade did not mean that the entire maritime traffic were made through its river port located upstream of the river Guadalquivir. Although for the draft of ships of the time its depth were enough, the means for  docking and harnesses of the port of Seville were not sufficient to secure the cargo and unload of the goods quickly. That is why the ports of Cadiz and Sanlucar shared with Seville the materiality of the reception and shipment of goods. The fact of the establishment precisely in Seville of the administrative center of the control of the commerce was due to the fact that it already existed in this city a well-established bureaucracy through which the kings controlled the charging mechanisms and production of Andalusia, especially in its western part.
The fact that Valencia, Barcelona, La Coruña and Bilbao that were important ports at that time were excluded from this trade is not only due to political motivations, but geographical conditions of those who had a bigger role for the election of the ports of western Andalusia. In fact, the American convoys crossing was sufficiently long and perilous as not to complicate it with the crossing of the Strait of Gibraltar, not only because of its often contrary currents, but also due to the intense action at that time of the Barbary pirates in the shadow of the growing power the Turkish Empire. This circumstance did not occur in the case of the northern ports, yet the strong Cantabrian strong northwest winds complicated the access to them.
Also, the Castilian products that were exported through the trade with America were mostly produced in the, at that time, so fertile Andalusian countryside, as it was the case of wheat, wine and oil. In any case, the Crown's interest was to be a single port that controls the trade in order to ensure the viability of the administrative control through the media of the time. So, although an edict of Charles V issued in 1529 opened the possibility of trade with America through other mainland ports, in practice the monopoly of the House of Commerce lasted almost to the end of Spanish rule in these territories.
The fact of the monopoly of Seville does not mean that other Spanish cities did not directly benefit from the American trade. Thus, the northern territories of the Crown of Castile, which already had a long tradition in shipbuilding, were responsible for the mass manufacture of ships that were part of the convoys. Given the substantial increase of trade with America during the sixteenth century and the frequent loss of ships due to French and British piracy attacks, the naval production increased dramatically in cities as Ferrol, Coruña and in the ports of Biscay, especially Bilbao.
The mechanisms of administrative control were based on the rigorous record of all incoming and outgoing goods, as well as the company that performed freight and the data for the control of ships and crew. This does not mean that there was not a significant part of fraud in the estimation of taxes to be paid in the type of material stevedore, as tax calculations had to be necessarily made approximately, being overly complicated to calculate the exact weight of all goods, especially those of less value. However, in the case of trade with precious metals, the foundation of exports, the possibility of control was greater, so the cooperation of the counting and weighing were carried out with greater thoroughness.
Piracy attacks in the Atlantic crossings were a loss of approximately fifty ships a year. From the 80’s of the sixteenth century, losses had reached such proportions that it was necessary to perform an extensive fortification of the coasts and American ports, especially in the Caribbean area, what came to an expense that covered a substantial part of the defense budget, set at five million dicats a regard to the Indies. In the mid-century most of the pirates were of French nationality and received carte blanche of this country, in war with Spain during the reign of Charles V. Since 1557, the British origin piracy replaced the French one with greater effectiveness, since the attacks were not limited to the Caribbean area but also they frequently occurred near the western ports of Andalusia.
In the same way that took place in the Second World War, traffic protection system in the Atlantic had to be done through the convoy system whereby a group of vessels being escorted by warships, usually heavily armored galleons in such a way that pirate attacks were no longer so free, except in cases of ships lost as a result of storms. From 1550, traffic focused primarily, especially with regard to precious metals, in two large fleets that started from the Caribbean ports, to which the Peruvian silver had moved through coastal shipping along the Pacific coasts and road traffic across the Isthmus of Panama. The volume of precious metals that had been substantially increased through the refining process of silver by amalgamation with mercury in the Almaden mines definitely expanded since the discovery of the mercury mine of Huancavalica, which from 1576 began to supply this material to the factories of Potosí. Thus, the number of ships, of about 100 engaged in trade before this date, had been almost doubled ten years later with an increase of about 50% of turnover as Chaunu refers in his work about Seville and the Atlantic.
This traffic was extremely hurt by the losses incurred as a result of the tonnage of the disaster of the Armada materialized in 1588. Despite the effort to restore the flow of American trade, it was very important throughout the 90's. This was possible through the purchase or hire of foreign ships of northern countries and the progressive replacement of old galleons by frigates, much faster that they were able to evade their pursuers.
Almost all of the silver coin of America transported to the mainland it was in the form of "pesos" or 8 reales coins, as by this way it was minimized the cost of production and storage. Nevertheless, much of the silver transported in ingots was coined in Spanish mints in small denominations coins, so that they were more easily usable by the retail trade. Thus, both 4 reales and 2 reales coins circulating in Castile were from the peninsula and rarely accompanied by changes in these denominations coins minted in American Mints. In this post we will analyze five copies of 2 reales minted three of them in Seville and two copies in Granada and Segovia respectively.
The piece of Figure 75.1 is a 2 reales coin of Philip II, coined in Seville, no date in the period between 1566 and 1588, with the Assayer represented by a P lying, with the classic imperial coat of arms on the front and quartered lions and castles in the back. This piece is by far the most common of all peninsula coinage of 2 reales cobs, being found with a similar frequency to the entire rest of the pieces dated or not of other Mints.
The piece, therefore, receives the minimum valuation for this denomination by both Cayón and Calicó. In Calicó 1988 and 1994 receives a valuation of 4000P and 5000P that in VF conservation may be appropriate, although in the 2007 edition is priced at 90€, what we certainly consider somewhat exaggerated. Lower valuations are made by Cayón, in 1976 he valued at 800P, in 1980 at 1650P and in 1998 at 5000P, but we must remember that these prices refer to conservations G, VG and F respectively, so they can produce false sense of appreciation as in the case of 4-real pieces of this type only occurred in the first decade of 2000.This type of piece is not hard to find in auctions in conservation of XF at prices that are not disproportionate. So in the auction of Fondo Cultural Numismático of May 1967 a copy was advertised in this conservation at 1000 pesetas that did not fond a purchaser, whereas in the auction of a large collection of 2 reales carried out by Aureo in April 9, 2001 a copy in this conservation completely round from a starting price of 200€ reached a sale price of 320€.
The copy photographed here presents wear only in the upper parts of the back and although the back is somewhat lower we might classify it as VF-. The price of an undated copy we can consider it about half of those of the same Mint dated, so we would estimate a price of a piece in F in about 50€. Therefore, the value of this piece would be of 65€, to be reduced to a market price of 40€ because of the decentring and looseness of the coinage of the front that prevents the visibility of any part of the crown.
The piece of Figure 75.2 is a 2 reales of Philip II coined in Seville in 1589 with Assayer P lying. The piece has similar characteristics to the above except from the date shown in this type of issue on the right of the shield since 1588. The rarity of these pieces dated, as already indicated in the case of Seville, has a value about twice that of a non-dated with equal conservation. Calicó in his successive editions also abounds in this idea with prices that roughly double those of the previous piece, while Cayón in his 1998 edition is away this line giving a value of 5000P in F, that we think is a little below the market value even at that time.
In the Aureo auction, above mentioned, a piece of this same date in VF-conservation with a starting price of 150€ was awarded at 180€, confirming the foregoing. The present piece does not reach the F degree, because apart from its general wear, we cannot find any details in castles and lions in the front or the back, without it can be exclusively attributed to the weakness of issue. This would lead to the degree VG+ to which for a value type in F of 100€, would give an estimated value of 85€ that the lack of readability of the Mint, even its attribution to Seville is certain, would give us a market value of 72€.
In Figure 75.3 we have a 2 reales of Philip II coined in Seville in 1595 with the Assayer Ballesteros (B). The rarity of this piece is similar to that of 1591, as often found on lists of sale and auction catalogues. The price of this piece in Cayón 1998 seems again for us too low as we believe that in this edition the conservation that the price relates is F (MBC). In the aforementioned auction Aureo of April 9, 2003 a similar piece in VF- conservation with a initial price of 200€ was awarded at 240€.
The copy photographed has all its data visible being only worn the higher parts of front and back with almost complete detail in castles and lions of the back, with the pasted parts on the back and front lower area due to low pressure to the coinage. It particularly highlights the readability of the four digits of the date on which there is a pronounced relief, also present in the horizontal stripes of the flag of Habsburg and in the points that frame the flowers of lily of the imperial shield. Thus the conservation would be VF- which corresponds to a value of 130€ which would reduce to the market price of 80€ for low minting pressure in areas on the back right and left that affects the reading of the legend, but not the quartered lions and castles.
The piece pictured in Figure 75.4 corresponds to a 2 reales of Philip II coined in Granada in 1591 with assayer F. This piece is considerably rarer than those minted in Seville at a higher rate that occurs in the pieces of 4 reales between the two Mints. However, this circumstance is perhaps collecting in excess by Calicó in his editions of 1988 and 1994 with a value of 20,000P and 25,000P respectively, reaching in the 2007 edition to 300€, while Cayón values it a little higher than in the case of Seville, but not excessively with 5000P in 1976 in G and 9000P in 1998. We estimate the rarity of Granada compared with Seville in pieces of 2 reales at the double for any date from 1591 to 1597, although in the type OMMIVM may be something higher.
In the auction of April 9, 2003 of Aureo mentioned the pieces of 2 reales of Granada from 1595 to 1596 came at 300€ and 350€ in F and the first one was sold at 345€. This present piece is in F with general wear, but sufficient amount of detail in the interior of the figures on the back, thanks to the concavity that has protected this face in detriment of the front face that nonetheless allows sufficient readability of the date, in this case on the left of the shield, Mint and assayer. Therefore, we consider the value of the piece in F at 200€, although the weakness of the external parts of the identifying data would reduce its value to 72€.
Finally, Figure 75.5 shows a 2 reales of Philip II coined in Segovia in 1597 with the Assayer represented by an elongated headgear on the left of the shield. The most striking feature of this piece is that without being able to determine exactly whether or not belongs to the type OMMIVM for lack of legibility of the legend, the date is at the end of the legend on the back instead of to the right of the shield on the front.
The coarseness of the issue and the large size of the date on which we distinguish the four digits make us doubt the origin of the minting of this coin that could be the work of the Old House or instead of some other local workshop. Calicó in his last two editions published a similar copy in the art of the castles and lions on the back as a piece that incorporates the same date at the end of the legend on the back, so we believe that this coin was actually minted in the Old House, albeit with a more degenerate art in the early dated coinage of Philip II.
The conservation of the piece allows the display of sufficient details, although its wear is evident, for adjusting the piece as F. Its rarity is similar to the estimated in 2 reales pieces of Granada, so its price in F would be 200€, in this case, because of the date visibility, we would increase its market price to 215€.

 

Ultima modificacion el Jueves 12 de Enero de 2012 19:35
Ernesto Gutiérrez Guinea

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