Domingo 11 de Noviembre de 2012 12:35

Jazz latino

por Leopoldo Simó
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09/11/2012

Jazz latino


 

Sello Latin Jazz

Sello Latin Jazz, diseñado por Michael Bartalos

 

 

Resulta difícil precisar cuándo empezó la influencia de la música latina en el jazz, porque ya en la década de 1920 comenzaron las primeras adaptaciones al jazz de temas de la música latina, ya fueran son cubano, rumbas o tangos, pero si se ha de poner alguna fecha hay una coincidencia generalizada en que fue la aportación de Mario Bauzá, en los primeros años de la década de 1940, la que propició el nacimiento del jazz afrocubano, antecedente del Cubop y del Latin jazz actual.

 

 

Mario Bauzá fue un músico cubano (clarinete, saxo y trompeta), nacido en La Habana en 1911, que en 1930 se afincó en Estados Unidos hasta su fallecimiento en 1993 en la ciudad de New York. En 1941 se incorpora como director musical a la orquesta Afro-Cubans de su paisano y cuñado Machito y lleva a la misma a algunos músicos de jazz, convirtiéndola en la primera orquesta de jazz afrocubano. Algunos años antes ya había hecho sus primeras incursiones en el jazz en las orquestas de Chick Webb y Cab Calloway, en la que coincidió con Dizzy Gillespie, uno de los iniciadores del estilo bebop. La colaboración de Bauzá y Gillespie, junto con algunos otros músicos, como el conguero y percusionista cubano Chano Pozo, cristalizó en lo que vino a llamarse el estilo cubop, al integrar los ritmos afrocubanos con el bebop.

 

 

La consolidación de estos estilos, que convergen en lo que hoy se denomina genéricamente jazz latino, debe mucho a músicos como Gillespie, Charlie Parker, Stan Getz o Thelonius Monk, que sin ser representantes genuinos del jazz latino, pero sí músicos de jazz de reconocido prestigio, consiguieron acabar con el concepto anglosajón de considerar la música afrocubana como un género menor, al incorporar sus ritmos a sus orquestas. Cuando Dizzy Gillespie graba "Manteca" o más tarde "Siboney" con Stan Getz ya nadie se atreve a menospreciar esa música. Y empiezan a aparecer músicos latinos que en pocos años se colocan en la cúspide y que son reconocidos internacionalmente, como Cachao, Tito Puente, Gato Barbieri o el compositor y arreglista Chico O'Farril y su big band, sin olvidarme de los Valdés, padre e hijo (Bebo y Chucho). Años después, la bossa nova y el flamenco supusieron una nueva aportación al jazz latino. La bossa nova con intérpretes y músicos como Tom Jobim, Joao Gilberto, Vinicius de Moraes, Astrud Gilberto (aquella chica de Ipanema), Eliane Elias (excelente pianista) o la prematuramente desaparecida Elis Regina (cuánto bueno nos dejó) y muchos otros. Y la aportación del flamenco empezando por Pedro Iturralde y Paco de Lucía y hoy con Chano Domínguez, Jorge Pardo y también muchos otros. Ahora el jazz latino está absolutamente consolidado como género.

 

 

El jazz latino es una música auténticamente popular, hecha en la calle, en los clubs, en las descargas (las jam session latinas), un viaje de ida y vuelta entre el Caribe y New Orleans y un género de jazz que cuenta con un gran número de autores e intérpretes.

 

 

Pero sería impensable, además de presuntuoso (y aburrido), que me dedicara a nombrar en este artículo a cuantos músicos pueden encuadrarse en este género (además de los citados aquí). Así que para este menester (el de conocer qué músicos forman parte de este universo) prefiero remitir a un libro básico para ello y creo que el único que aborda este compendio. Se trata del "Diccionario de Jazz Latino", escrito por el cubano Nat Chediak, con la colaboración del crítico Carlos Galilea y editado y prologado por Fernando Trueba. En él se recogen más de 300 autores e intérpretes de jazz latino. Y ya que menciono a Fernando Trueba, me parece oportuno resaltar su gran contribución a la difusión del jazz latino. Trueba es un gran aficionado al jazz que además nos ha dejado tres películas magníficas (Calle 54, El milagro de Candeal y Chico y Rita) que nos acercan al "paraíso de una música siempre viva".

 

 

Ya he escrito en alguna ocasión sobre mi pasión por la música en directo. Aunque asisto a muchos menos espectáculos y conciertos de los que me gustaría (la disponibilidad tiene límites), he visto a lo largo de mi vida a varios de estos intérpretes  y en los últimos meses he asistido a conciertos de Jerry González, Paquito D'Rivera, Gonzalo Rubalcaba y Michel Camilo y Tomatito.

 

 

Sobre Jerry González ya escribí una breve reseña en el artículo sobre los trompetistas actuales y sobre Paquito D'Rivera algo en el artículo sobre el clarinete, aunque su instrumento principal sea el saxo. Un músico fascinante, "un solo de su saxo puede arreglarte un mal día", dice Trueba sobre Paquito D'Rivera. A Gonzalo Rubalcaba (La Habana, 1963) lo he visto hace pocas semanas (el 16 octubre 2012) en el Auditorio Nacional de Música, de Madrid, tocando con la Orquesta de Cámara Andrés Segovia. Gonzalo Rubalcaba es un magnífico pianista y compositor cubano, miembro de una familia de músicos, que desde muy joven ha tocado en varias orquestas. Con 23 años conoció a Dizzy Gillespie en el festival Jazz Plaza, de La Habana, y grabó un disco con él que le supuso el definitivo reconocimiento internacional. A partir de ahí, todo han sido éxitos, incluyendo la obtención de dos premios Grammy (2002 y 2006). En el concierto del Auditorio Nacional de Música (Madrid) interpretó, además de obras suyas y del compositor cubano Ernesto Lecuona, obras de Boccherini, Bach y Turina. Un viaje por diferentes músicas, con el que Gonzalo Rubalcaba y la OCAS nos quisieron demostrar la intemporalidad de la buena música.

 

 

Aunque se habían conocido unos años antes, durante la grabación de un disco de Ketama, Michel Camilo y Tomatito actuaron por primera vez juntos en el Festival de Jazz de Barcelona de 1997, en el Palau de la Música. Desde entonces han sido muchas sus actuaciones conjuntas y han grabado dos discos, Spain, en el año 2000 y Spain again en el 2006, de los que han vendido varios millones de copias, y están preparando un tercero, Spain forever, del que aún (cuando se publica este artículo) no se conoce la fecha de lanzamiento.

 

 

De Michel Camilo, pianista y compositor dominicano, dice Fernando Trueba en Calle 54: "Michel Camilo es uno de los músicos más completos que conozco. Tanto en el jazz como en la música clásica, la música latina o en la música para el cine, Michel se mueve como pez en el agua y cada vez que lo veo tocar tengo la sensación de ser testigo de un prodigio".

 

 

Tomatito, hijo de Niño Miguel y nieto de Miguel, El Tomate, es un guitarrista flamenco, que lleva el compás en la sangre. Nació y creció entre guitarras, tablaos y cantaores, estuvo tocando con Camarón de la Isla durante 18 años, hasta el fallecimiento de éste en 1992, ha tocado también con el pianista de jazz Chano Domínguez, pero su mayor contribución al jazz latino viene de sus colaboraciones con Michel Camilo. Y como es habitual en este blog, no profundizo más en sus biografías porque ya hay mucho escrito sobre ambos.


 

 

 Michel Camilo y Tomatito

Michel Camilo y Tomatito en una actuación reciente

 

 

Cuando unos amigos me propusieron hace unas semanas comprar entradas para un concierto de Michel Camilo y Tomatito, no lo dudé un segundo. El concierto se celebró el 4 de noviembre de este año 2012, también en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, organizado por el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) y el Festival de Jazz del CMU San Juan Evangelista, dos instituciones que hacen mucho por la música. El de Madrid fue el tercer concierto (tras Tel Aviv y Ginebra) de la gira que les llevará a varias ciudades, finalizando en mayo de 2013 en Estambul, para presentar su nuevo proyecto Spain forever. Cuando finalice la gira grabarán el disco, cerrando así esta trilogía.

 

 

Con el Auditorio totalmente lleno y con algún problema inicial con el sonido, que fue prontamente subsanado, comenzó el concierto con el tema Nuestra canción de amor española (Our Spanish love song) y continuó con una rumba compuesta por Tomatito, Pa Salinas. La compenetración entre piano y guitarra es máxima, después de quince años tocando juntos. No dejan de estar pendientes el uno del otro durante el concierto y con esas miradas entre ambos intercambian sus sensaciones y complicidades. Continuaron con algo de funky jazz (Las dos Loretas), Oblivion, de Astor Piazzolla y otro tango del mismo compositor, el Tema de amor compuesto por Camilo para la película Two much, de Fernando Trueba, algún otro tema y para terminar una danza de Erik Satie. Se fueron entre una catarata de aplausos, pero claro, tenían que volver al escenario, porque el público lo pedía con insistencia y además faltaba Spain, una exigencia de la que no pueden escapar, y esa fue la primera propina. Una segunda y ahora sí, ya nos fuimos todos, a seguir paladeando, comentando y recordando el concierto que nos acababan de ofrecer estos dos grandes artistas.


 

Ultima modificacion el Miércoles 17 de Septiembre de 2014 23:17
Leopoldo Simó

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