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01/07/2014
Ignasi Terraza
Ignasi Terraza
(foto y © de Fernando Prats)
En un artículo anterior publicado en este mismo blog ya salió el nombre de Ignasi Terraza y acerca de él escribía yo "... pero especialmente a Ignasi lo llevo siguiendo hace tiempo, porque lleva mucho sobre los escenarios, lo he visto con otras formaciones y me parece un pianista excelente sobre el que habrá que volver." Pues es el momento de hacerlo y convertirlo en protagonista de este post.
Ya he escrito en varias ocasiones que Cataluña ha dado y sigue dando grandes intérpretes de jazz (por este blog ya han pasado varios) e Ignasi es uno de ellos. Ignasi Terraza es uno de los pianistas de jazz españoles de mayor proyección internacional. Además de haber tenido sus propias formaciones (actualmente Ignasi Terraza Trío) y ser co-fundador en el año 1996, junto a Oriol Bordas y Dani Alonso, de la Big Band Barcelona Jazz Orquestra, en la que sigue tocando, Ignasi ha tocado con grandes músicos nacionales e internacionales. Invidente, perdió la vista a los 9 años, estudió piano en el Conservatorio de Barcelona, a los 14 años descubrió el jazz cuando el afinador que iba a su casa le habló de Tete Montoliu y a los 18 años ya estaba tocando en clubs de su ciudad, al mismo tiempo que iniciaba sus estudios de Informática. Ignasi es la primera persona ciega que obtiene la titulación superior de Informática en España, pero después de compaginar durante algunos años la música con la informática dejó está última para dedicarse por completo a la primera, que a buen seguro le reportará más satisfacciones y desde luego los aficionados al jazz le agradecemos que dedique el mayor tiempo posible a ella.
Lleva más de 30 años tocando jazz por los escenarios más prestigiosos del mundo, su primer premio lo recibió en 1991, primer premio del Festival Internacional de Getxo, con el grupo que formó con David Mitchell (Mitchell-Terraza Quartet), y desde entonces ha recibido varios más, alguno de ellos tan prestigioso como el Jacksonville Jazz Piano Competition que le fue otorgado en 2009 en esa ciudad de Florida. Desde el 2003 es profesor de piano jazz en la Escuela Superior de Música de Cataluña. Ha grabado una veintena de discos, algunos con su trío u otros intérpretes o agrupaciones y alguno en solitario, como es el caso de Sol-IT, editado por Swit Records en 2012. Un doble CD que recoge 24 temas de entre los que interpretó Ignasi en dos conciertos consecutivos en la sala de cámara del Palau de La Música de Barcelona. Y escojo este disco de entre los grabados por Ignasi porque en él podemos escuchar a Ignasi en estado puro y apreciar toda su técnica y creatividad. Él a solas con su piano, de ahí viene posiblemente el título del disco (Solo-Ignasi Terraza), interpretando estándares de jazz (la mayoría de los temas lo son) en una versión personalísima. Porque, sin abandonar nunca la melodía, Ignasi nos regala unas improvisaciones muy personales y llenas de su swing y de su magia. O el último disco (por el momento) de su trío, con Pierre Boussaguet (contrabajo) y Esteve Pi (batería), Live at The Living Room, grabado en directo en Bangkok y con un contenido muy variado en el que hay estándares de jazz, bossa nova, composiciones propias y hasta un par de canciones tradicionales catalanas. Un excelente disco lleno de sensibilidad y de buen gusto.
Otro de sus últimos proyectos ha sido "Imaginant Miró" (Suite Miró), una serie de temas compuestos por Ignasi Terraza e inspirados en cuadros del pintor Joan Miró. Interpretado por Ignasi Terraza Trío, "Imaginando Miró", se estrenó en 2012 en la National Gallery de Washington con ocasión de la exposición monográfica sobre el pintor. En aquella ocasión lo componían únicamente cuatro piezas musicales. Después Ignasi completó la suite, que se presentó en Madrid en mayo 2014 en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Un espectáculo en el que la música de Ignasi se funde con el mundo pictórico creado por Miró. De este proyecto dijo Chema García en El País "El mundo de Terraza-Miró es liviano e ingrávido ... Es éste un jazz de estancias amplias y suntuosas, estilizadas; un jazz elegante". En el espectáculo "Imaginando Miró", al concierto se añade la aportación del videoartista David Cid que complementa las descripciones de los cuadros con imágenes mironianas de video inspiradas en sus cuadros. "Al acercarme a la obra de Miró me he identificado mucho con su forma esencialista de expresión, con su libertad, su colorido, y su precisión, valores que continuamente busco en mi música", son palabras de Ignasi. El disco con la suite completa saldrá en este mes de julio de 2014 y los próximos 8 de agosto y 25 de septiembre se presentará en el Centre Cultural de El Born barcelonés. Atentos. Un proyecto en el que Ignasi ha puesto mucha ilusión.
Imaginant Miró (Ignasi Terraza, Esteve Pi y Horacio Fumero)
Pinchando aquí podéis ver el videoclip promocional de este proyecto.
He tenido la oportunidad de ver a Ignasi en directo en varias ocasiones. La primera de ellas en Café Central de Madrid, con su trío y la cantante Susana Sheiman, una gran vocalista. Susana es madrileña y lleva varios años residiendo en Barcelona y actuando con Ignasi Terraza Trío y con la Barcelona Jazz Orchestra (BJO), una de las mejores big bands de Europa. En aquellos conciertos del Café Central (una semana completa) el trío lo completaban el batería Esteve Pí y el contrabajo Horacio Fumero. Algún contratiempo de última hora debió surgirle a Horacio Fumero la noche que fui yo a verles porque no estuvo e Ignasi no lo sustituyó por ningún otro contrabajista, aunque hubiera podido hacerlo, sino por el saxofonista norteamericano Bob Sands, que lleva más de 20 años residiendo en Madrid y es un habitual en los clubs de jazz españoles. Piano, saxo y batería, además de Susana, una composición de grupo como la que hicieron famosa Lester Young, Nat King Cole y Buddy Rich en los años 40 y 50 del siglo pasado. Ignasi me comentó, porque tuvo la gentileza de concederme unos minutos de charla (gracias Ignasi), que es una experiencia que le interesa. La ausencia de contrabajo hizo que en algunos momentos Ignasi lo supliera tocando en su piano unas notas graves con su mano izquierda fijando el tono para todo el grupo. Magnífico Ignasi. Las otras veces lo he visto en la Sala Clamores de Madrid, formando parte del quinteto de Joan Chamorro y Andrea Motis, con quienes toca de manera habitual. La última ha sido bien reciente, el pasado 28 de junio.
Ignasi Terraza en la Sala Clamores de Madrid (28/06/2014)
Ya publiqué en este mismo blog un artículo sobre Joan Chamorro y la Sant Andreu Jazz Band y otro sobre Joan Chamorro & Andrea Motis Quintet, así que no insistiré demasiado sobre este magnífico grupo que ya he visto en directo en varias ocasiones. Sólo remarcar una vez más el éxito que están teniendo en todas sus actuaciones, que ya no se limitan únicamente a Cataluña, porque ya han actuado en otras regiones españolas y en varios países. Y allí donde van, el lleno está asegurado. Como ocurrió en su reciente actuación en Clamores, donde además del quinteto, tuvimos de nuevo la oportunidad de ver a Magalí Datzira y escuchar su contrabajo y su preciosa voz en varios temas y también a su hermano, Iscle Datzira, un joven saxofonista formado también en la Sant Andreu Jazz Band, en el tema que cerró el concierto, On the sunny side of the street.
Magalí Datzira con Joan Chamorro & Andrea Motis Quintet (28/06/2014)
Aspecto de la sala en el intermedio entre los dos pases del concierto (28/06/2014)
Un concierto en el que el quinteto interpretó más de veinte estándares, como Poor butterfly, Manha de Carnaval, My favourite things, Lady sings the blues, Moddy's mood for love, La chica de Ipanema, The old country, Gloomy Sunday, Cheek to cheek, In a sentimental mood o Bésame mucho.
Ignasi Terraza, Iscle Datzira, Andrea Motis, Joan Chamorro, Magalí Datzira, Esteve Pi y Josep Traver
en la Sala Clamores de Madrid (28/06/2014)
Y vuelvo a centrarme en Ignasi. En nuestra conversación me contó sus proyectos más inmediatos, que son muchos además del mencionado "Imaginant Miró".
Con Joan Chamorro y Andrea Motis estarán en el festival de jazz de Vitoria de este mes de julio.
Con el trío (Pierre Boussaguet y Esteve Pi) actuarán este verano en el Festival de Marciac, uno de los festivales más famosos de Francia, harán una pequeña gira por Alemania, y la primera semana de Septiembre estarán en el Café Central de Madrid y también en septiembre estarán en el festival de Colmar (Francia) acompañando al famoso trompetista norteamericano Terrell Stafford.
Con la BJO destaca la gira que acaban de hacer con el trompetista John Fadis, presentando el nuevo cd tributo a Dizzy Gillespie "Dizzy's Bussiness". y en septiembre tocarán en Perpignan.
Tiene programadas actuaciones con músicos internacionales: a finales del mes de julio una colaboración con los guitarristas franceses Boulou Ferrer y Christian Ferrer con Pierre Boussaguet, unos de los mejores representantes actuales del estilo Django.
Ignasi se ha interesado también por el flamenco, y ha comenzado dos colaboraciones: una con el guitarrista Josemi Carmona, y otra con el cantaor Joaquín Gómez "el Duende". Son proyectos de encuentro de jazz con flamenco, buscando el poder dialogar juntos desde sus respectivas raíces.
Y más. Conviene estar atentos, porque merece la pena asistir a sus conciertos. Algunas de estas programaciones pueden verse en la agenda de su web (http://www.ignasiterraza.com/).
26/03/2014
Ron Carter, más que un contrabajista de leyenda
Ron Carter en el Festival Jazz sous les pommiers. 2011 Coutances (Francia)
© RETRAC PRODUCTIONS INC.
"Creo que el bajista es el estratega en cualquier grupo, y debe encontrar un sonido del que esté dispuesto a ser responsable." ("I think that the bassist is the quarterback in any group, and he must find a sound that he is willing to be responsible for."). Es la frase que aparece en la página de inicio de la web de Ron Carter (roncarter.net).
En el artículo sobre Javier Colina (El contrabajo de Javier Colina) escribí algo acerca de la importancia del contrabajo en los grupos musicales y especialmente en el jazz y di algunos nombres de los primeros contrabajistas de jazz y de algunos de los más importantes y entre ellos estaba Ron Carter, que ha tenido una gran influencia en muchos de los contrabajistas actuales. De entre los que siguen en activo, y Ron Carter a sus 76 años (nació en Ferndale, Míchigan, en mayo de 1937) aún lo está, ha sido y es el contrabajista de referencia para cuantos han seguido su escuela, que son muchos. Compositor y bajista, Ron Carter tiene numerosos premios, distinciones y nominaciones, ha tocado con los mejores músicos y orquestas, fue director artístico del prestigioso Instituto Thelonious Monk y actualmente es Profesor Emérito Distinguido del Departamento de Música del City College de Nueva York. Y por supuesto sigue grabando y actuando en directo. Lleva cerca de 60 años tocando el contrabajo y ha contribuido como nadie a la evolución de este instrumento y a su consideración de básico en las bandas de jazz. En una entrevista que concedió a Mike Hennessey Carter dijo: “Cuanto mejor sea la calidad del tono del contrabajista, cuanto mejor sea su sonido, mejor podrá atraer la atención de los otros miembros de la banda. Y el contrabajista debe sentir que es realmente el encargado de fijar la dirección de la música, siempre que sea competente y vigoroso y se pueda ganar la confianza de sus colegas. He tratado de seguir ese punto de vista con todas las bandas diferentes con las que he tocado”.
Comenzó estudiando chelo cuando tenía 11 años, instrumento que más tarde cambió por el contrabajo cuando ingresó en la Eastman School of Music de Rochester. Eran los primeros años de la década de los 50 del siglo XX y por aquel entonces no era fácil ver a un músico de raza negra en las orquestas sinfónicas. Quizá fuera ese el motivo por el que se decidió a abrazar el jazz, aunque sin apartarse del todo de la música clásica. Se graduó en 1959, pero unos años antes ya estaba tocando en diferentes grupos de jazz en Nueva York y en algunas otras ciudades de los Estados Unidos. Después formó parte del famoso quinteto de Miles Davis entre los años 1963 y 1968, sustituyendo a Paul Chambers y dejó el quinteto cuando Davis, que ha pasado por todos los estilos posibles, se adentró en el free jazz (estilo que más tarde abandonó). A Carter lo sustituyó el inglés Dave Holland en el quinteto de Davis. Entre las numerosas formaciones en las que Carter ha participado destaca también el quinteto VSOP con Herbie Hancock, Tony Williams, Wayne Shorter y Freddie Hubbard, los conciertos y grabaciones del cuarteto que formó con Sonny Rollins, al saxo, McCoy Tyner al piano y Al Foster a la batería o posteriormente el grupo con Hancock, Williams y Wynton Marsalis. Altamente prolífico, Ron Carter ha grabado más de 30 discos como líder, ha participado en más de 2.500 grabaciones con otros intérpretes y ha compuesto la música de varias películas. Y es que Ron Carter es algo más que un contrabajista que ha creado escuela. Carter es uno de los músicos más importantes de la historia del jazz y su contribución a esta música como compositor, instrumentista y formador ha sido y sigue siendo enorme.
Ha tocado en los clubs, teatros, auditorios y festivales más importantes de todo el mundo y ha estado varias veces en España (perdón porque me centre más en lo que es más próximo para mí). Palma, Valladolid, San Sebastián, donde recibió el premio Donosti Jazzaldia en 2010, Barcelona y Madrid lo han visto actuar con su Golden Striker Trío. La última vez que actuó en Madrid lo hizo en el Teatro Lara en marzo de 2013, acompañado por el guitarrista Russell Malone y el pianista Donald Vega, que sustituía a su pianista habitual, Mulgrew Miller, que falleció en mayo de ese mismo año. No pude asistir a ese concierto, yo que vivo en Madrid, y ha tenido que ser en Milán donde lo haya visto en directo por primera vez. Coincidió un viaje mío reciente a Milán con una actuación suya durante dos días en el Blue Note milanés y no podía dejar pasar la oportunidad de ver a Ron Carter en directo y por añadidura conocer el Blue Note de esa ciudad. Así que, con suficiente antelación, compré un par de entradas para el mismo día de mi llegada a Milán, que era el segundo y último de su actuación.
Entrada del Blue Note Milano
Programación de Blue Note Milano de marzo 2014
El Blue Note de Nueva York se inauguró en el año 1981 y es considerado uno de los clubs de jazz más famoso del mundo. A raíz de su éxito, se abrieron otros Blue Note en modalidad de franquicia en otras ciudades. Actualmente se mantienen cuatro: Nueva York, Tokio, Nagoya y Milán. Todos son parecidos (personalmente no conozco los dos de Japón), amplios, con una decoración moderna, buena acústica y buena iluminación. El de Milán ha sido el último en abrir sus puertas, en marzo de 2003. Tiene una muy buena distribución de sus mesas, lo que permite una visibilidad perfecta del escenario desde cualquier lugar, incluida su barra. Uno va a estos lugares a escuchar buen jazz, pero también a tomarse una copa y en eso falla estrepitosamente el Blue Note milanés. Pedimos un mojito (yo que suelo pedir whisky) y un "Aida jazz" (un cóctel sin alcohol) que se quedó casi entero en la mesa. El mojito era todo hielo picado, con algunas gotas de ron, un poco de soda o bebida parecida más el añadido de unas hojas de hierbabuena y una rodaja de limón. Por lo que me sirvieron a mí, a buen seguro que de una botella de ron sacan más de cien mojitos. Eso sí, tan caro como el mejor.
Minutos antes del concierto de Golden Striker Trio (Blue Note Milano, 19 marzo 2014)
Pero vayamos al concierto que es lo que interesa. En el Blue Note de Milán suele haber dos pases, el primero a las 21:00 y el segundo a las 23:00. Nosotros fuimos al segundo. No estaba lleno pese a que la programación era muy atrayente. Quizá la hora y que fuera miércoles contribuyera a ello. Salió Ron Carter al escenario con los dos músicos que le acompañaron en este concierto. El pianista Donald Vega y a la guitarra Anthony Wilson, que formará parte del trío sustituyendo a Russell Malone en esta gira por varios países europeos en 2014. Donald Vega es un excelente pianista de origen nicaragüense y formado en Estados Unidos que lleva con Ron Carter y su Golden Striker Trio desde el fallecimiento de Mulgrew Miller. Anthony Wilson es un guitarrista, compositor y arreglista estadounidense, con varios discos y premios en su haber y que forma parte del cuarteto que acompaña habitualmente a Diana Krall.
Concierto de Ron Carter Golden Striker Trio (Blue Note Milano, 19 marzo 2014)
Ron Carter con su porte distinguido y su elegancia habitual, corbata y pañuelo a juego, pero sobre todo con su contrabajo, que toca con una maestría forjada a lo largo de más de sesenta años, nos ofreció un concierto que, aunque breve (es lo que tiene lo de los dos pases independientes), satisfizo mis expectativas y creo que las de todos los allí presentes a tenor de los aplausos que recibió. Tocaron temas clásicos y alguna composición propia, como Candle light. Y Ron Carter se lució especialmente en Laverne walk, un tema compuesto por otro contrabajista de leyenda como fue Oscar Pettiford. Otros tres temas muy conocidos fueron The Golden Striker, My Funny Valentine y Soft Winds. Y hubo algunos temas más, no muchos porque el concierto, como ya he dicho, fue corto, rondando una hora de duración. Supongo que a los empresarios de Blue Note les resulta más rentable este modelo, así lo hacen en todos sus clubs y en muchos otros, pero creo que el espectador agradecería poder asistir a dos pases con un pequeño intermedio entre ambos.
Y cierro este artículo reiterando la satisfacción que me ha producido ver en directo a una de las grandes estrellas y leyendas del jazz actual y de todos los tiempos.
02/02/2014
Joan Chamorro & Andrea Motis
En el mundo de la música ha habido varios casos de éxito temprano y fulgurante, figuras que desde muy jóvenes han destacado y de las que pronto se ha visto que su proyección podía ser enorme. Y ahora nos encontramos con uno de estos casos, aunque lleva ya algún tiempo causando sensación. Porque no puede decirse que Andrea Motis sea un proyecto de estrella en el mundo del jazz, Andrea Motis es la nueva revelación del jazz & blues vocal en España.
Ya publiqué un artículo en este mismo blog sobre Joan Chamorro y la Sant Andreu Jazz Band (la big band más joven de Europa y quizá del mundo) y en él ensalzaba la gran labor que Joan está haciendo en la formación de jóvenes intérpretes. La Sant Andreu Jazz Band es una escuela de formación musical y un grupo integrado por jovencísimos músicos, entre 8 y 18 años de edad, que tiene su sede en el barrio de Sant Andreu de Barcelona y que está causando sensación en el mundo entero. Y Joan Chamorro, además de ser el director de esta escuela de música, tiene sus propios grupos de jazz, en algunos casos incorporando intérpretes de la SAJB. Cuando conocí su proyecto fui a ver una de sus actuaciones al Jamboree Jazz Club de Barcelona (28 octubre 2012) y fue entonces cuando escribí y publiqué el artículo mencionado. En aquella ocasión Joan Chamorro presentó a Magalí Datzira, una joven contrabajista y vocalista que posee una voz preciosa. También estuvo Andrea Motis con su trompeta, pero aquella noche en el Jamboree la estrella era Magalí y a ella estuvo dedicado el concierto. De eso ha pasado ya más de un año y en ese tiempo he vuelto a ver a Joan Chamorro y Andrea Motis un par de veces, las dos en la Sala Clamores de Madrid y en ambas con un enorme éxito. Inteligentes los responsables de Clamores al contratarlos.
Joan Chamorro y Andrea Motis Quintet (Clamores, 8 sep 2013)
Escribí algo sobre la trayectoria musical de Joan Chamorro, pero no demasiado sobre Andrea Motis, de la que poco sabía. Andrea Motis nació en Barcelona y empezó a tocar la trompeta a los siete años y a los trece debutó como cantante en la SAJB. La conocí cuando tenía 17 años y ahora, con 18 y las actuaciones que lleva, ha crecido musicalmente y se le nota una mayor soltura en el escenario. Toca la trompeta y los saxos alto y soprano y tiene una maravillosa voz que empezó enamorando al público de Cataluña y que ya ha llegado a otros muchos rincones de España y del mundo, porque Chamorro y Motis no paran de actuar. Y aunque siguen siendo los escenarios catalanes los que más frecuentan, también han actuado en otras provincias españolas y en varios países (Francia, Suiza y Brasil y pronto lo harán en Turquía, Italia e Inglaterra), han grabado tres discos, Joan Chamorro presenta Andrea Motis, Feeling Good y Live at Jamboree, ya están preparando el siguiente y algunos de sus vídeos que hay circulando por Internet han superado las 300.000 reproducciones. La SAJB es una cantera de buenos músicos y habrá que estar pendiente de ellos.
He leído en algún sitio comparar su voz con la de Norah Jones y yo siempre digo que las comparaciones son absurdas (además de odiosas), que Andrea no imita a nadie, que siempre le han gustado mucho Billie Holiday y Sarah Vaughan y que de lo que sí se puede hablar es de diferentes estilos y maneras de interpretar y el de Andrea Motis, que está abriendo su carrera musical al ámbito internacional, está más en la línea del de las actuales Norah Jones o Stacey Kent, con una voz íntima y suave, que de otras vocalistas. Aunque esa voz íntima y suave de Andrea tiene también la fuerza y sabiduría suficientes como para interpretar temas con registros diferentes. De nuevo Cataluña nos presenta una estrella del jazz que unir a otras vocalistas catalanas ya consagradas, como Laura Simó, Carme Canela o Silvia Pérez Cruz (que ya pasaron por este blog), con el valor añadido de que además de ser una magnífica cantante y de una gran belleza, como ellas, es también una excelente instrumentista. Seguiré su evolución, porque con su juventud y con lo que hemos visto de ella hasta ahora, se le adivina una gran carrera musical.
Andrea Motis se atreve con todo tipo de temas. Con canciones clásicas que hace suyas y nos las devuelve en una personalísima versión llena de sensibilidad, dulzura y encanto con esa voz tan limpia y armoniosa que posee. Cuando la escucho interpretar Feeling Good o My Baby Just Cares For Me, canciones que hemos oído tantas veces a Nina Simone; o algunos temas de su admirada Sarah Vaughan, o Summertime, ese tema de Porgy and Bess que compuso George Gershwin y que han versionado las y los más grandes; o el Desafinado de Tom Jobim o hasta el Hallelujah de Leonard Cohen, pienso que cómo es posible que esta joven que acaba de dejar la adolescencia, haciendo suyos estos temas y tan diferente, me llegue tanto como cuando los he escuchado por algunos de mis intérpretes predilectos. Pero así es. No sé qué parte de "culpa" tiene Joan Chamorro en el éxito que están teniendo, supongo que mucha. Ahora mismo Joan Chamorro y Andrea Motis son dos de las figuras con mayor proyección que hay en el jazz en España.
Lo más habitual es que Joan (contrabajo, saxos y en ocasiones voz) y Andrea (voz, trompeta y saxos) estén acompañados en sus actuaciones por Ignasi Terraza al piano, Josep Traver con la guitarra y Esteve Pi a la batería. A los tres ya los vi con Joan y Andrea en otra ocasión, pero especialmente a Ignasi lo llevo siguiendo hace tiempo, porque lleva mucho sobre los escenarios, lo he visto con otras formaciones y me parece un pianista excelente sobre el que habrá que volver. Y así, con esta formación, se presentaron en Clamores el 30 y 31 de enero y el 1 de febrero de 2014. Y para no desaprovechar la oportunidad de verlos y escucharlos me fui a Clamores el jueves 30 y así poder disfrutar de una noche de buen jazz.
Su repertorio suele estar basado en temas clásicos, lo que es de agradecer, y estilos variados y así empezaron tocando I cried for you, un tema que ha formado parte de la banda sonora de varios films y que han interpretado, entre otros, Billie Holiday y Sarah Vaughan, dos de las cantantes referentes de Andrea, y continuaron con otro tema que popularizó enormemente Sarah Vaughan, You're not the kind. Un giro con Manha de carnaval, para después seguir con estándares de jazz.
Joan Chamorro y Andrea Motis Quintet (Clamores, 30 enero 2014)
Joan, que es un maestro del escenario, con un carácter alegre y un sentido de la vida enormemente positivo, con buen rollo y que maneja a la perfección los tiempos del directo, supo desde el principio cómo conectar con el público madrileño que, por otra parte, estaba deseoso de escucharles.
Joan Chamorro y Andrea Motis (Clamores, 30 enero 2014)
Pasaron a la bossa nova con Chega de Saudade, de Tom Jobim y Vinicius de Moraes, y terminaron la primera parte del concierto con My Baby Just Cares For Me, una composición de la era del swing, y que nadie se atrevió a bailar pese a la petición que Joan hizo al público (no había espacio para hacerlo).
Andrea Motis (Clamores, 30 enero 2014)
En el segundo pase hubo más temas clásicos de jazz, como But not for me (siempre hay que incluir algo de George Gershwin), y también un bolero, Bésame mucho, que forma parte del contenido de su segundo disco. Y por allí andaba Magalí Datzira, que les había acompañado a Madrid y que subió al escenario para interpretar con ellos un par de temas. Magalí, una joven promesa de la Sant Andreu Jazz Band de Joan Chamorro.
Magalí Datzira con Joan Chamorro y Andrea Motis Quintet (Clamores, 30 enero 2014)
Finalizaron su actuación entre aplausos, bravos y peticiones de ¡otra, otra! y yo me quedé pensando ¿serán capaces de irse sin que escuchemos su versión de Feeling Good? Pero faltaba la propina y esa fue. Su interpretación de este famoso tema de los años 60 del siglo pasado, que da nombre a su segundo disco, me resulta de una gran belleza y más aún escuchándoselo en directo. Y es así como quiero terminar este post, con algo que no me cansaré de repetir: id a ver y escuchar música en directo, es otra historia.
15/12/2013
Chano Domínguez
Chano Domínguez
© Blue Note. Foto: Lourdes Delgado
Tenía grandes deseos de escribir algo sobre este excelente pianista español que es Chano Domínguez y aprovechando que lo he visto el pasado día 12 de diciembre en la Sala Clamores de Madrid, lo hago ahora y lo hago con mucho gusto porque es un músico al que admiro, además de ser uno de los pianistas españoles de jazz con mayor proyección y reconocimiento internacional.
Chano Domínguez es, junto a Michel Camilo, Gonzalo Rubalcaba, Danilo Pérez y la saga de los Valdés (Bebo, ya fallecido, Chucho y Chuchito) uno de los pianistas de jazz latino más solicitados en todo el mundo en los últimos años. Hay otros grandes pianistas de jazz actuales que han hecho incursiones en la música latina, como es el caso de Chick Corea, pero que no los veo encuadrados en este género. Y dentro del jazz latino, Chano es uno de los máximos exponentes de la fusión del jazz y el flamenco y uno de los artífices de que el jazz que se hace en España tenga una gran aceptación internacional.
Sebastián (Chano) Domínguez nació en Cádiz en 1960 y comenzó de niño a tocar la guitarra que le regalaron sus padres, él y ella grandes aficionados al flamenco. Unos años más tarde descubrió el piano, que ya no ha abandonado en toda su trayectoria. En los últimos años de la década de 1960 empezaron en España las primeras experiencias de lo que vino a denominarse como rock andaluz, con la formación de varios grupos. Pero fue ya bien entrada la década de 1970 cuando este género se consolidó con grupos como Imán, Guadalquivir, Triana y otros y con músicos tan importantes como Luis Cobo "Manglis", Andrés Olaegui, Kiko Veneno o Tomás Vega. Y aprovechando este tirón del rock andaluz, Chano Domínguez creó el grupo Cai en 1978, en el que también estaban Diego Fopiani (percusión), Paco Delgado (guitarra) y José Vélez (bajo). Cai se disolvió en 1981 y fue entonces cuando Chano Domínguez derivó hacia el jazz-flamenco sin abandonar ya esa senda. Tras su paso por el cuarteto Hiscádix, el trío que formó con Javier Colina (contrabajo) y Guillermo McGill (batería) es el que le adentró definitivamente en el mundo del jazz. Ha recibido numerosos premios y ha tocado con los más grandes del jazz y actuado en los mejores clubs y auditorios de todo el mundo. Tiene editados alrededor de 20 discos y otros tantos en colaboración con otros artistas. Y sigue grabando. Es el único intérprete español que aparece en la película Calle 54, dirigida por Fernando Trueba sobre el jazz latino. Pero una vez más digo en este blog que sobre la biografía y discografía de los músicos que en él aparecen hay otras fuentes más interesantes a las que acudir.
Para Chano la música es intemporal y universal y no entiende de barreras. Como dice Nat Chediak sobre Chano en su Diccionario de Jazz Latino -en algún otro artículo he hablado de este libro-, "Hay quienes se ocupan de crear fronteras en la música. La función del gaditano es cruzarlas". Porque eso es lo que ha hecho Chano durante toda su vida musical, no pararse en los límites, cruzarlos y transitar por ellos y es así como ha conseguido que desde Wynton Marsalis a Paquito D'Rivera lo reconozcan como uno de los mejores pianistas actuales. Y esto que digo puede probarlo un hecho. En el año 2009 se cumplió el 50º aniversario de la publicación de uno de los álbumes más míticos de la historia del jazz, Kind of Blue, de Miles Davis, editado por Columbia Records (el siguiente de Miles Davis fue Sketches of Spain, pocos meses después). Y Chano recibió el encargo de grabar, como homenaje a Davis, una revisión de ese disco y, añadiendo dos temas más de Davis al original que tenía cinco, lo grabó en directo en el Jazz Standard de New York, editado por Blue Note con el título de Flamenco Sketches. Un proyecto que sólo unos pocos privilegiados se atreverían a afrontar. Porque si es cierto que los temas de Kind of Blue han sido reinterpretados y grabados en varias ocasiones por distintos músicos, el de Chano es diferente a cualquier otro, porque en él no hay viento ni metal, sólo piano, percusión y bajo. Creo que es su último disco, aunque me consta que ya ha terminado otro y está preparando el siguiente.
Y antes de centrarme ya en el concierto del jueves 12 de diciembre de 2013 en la Sala Clamores de Madrid, creo necesario decir algo sobre Marina Albero, que compartió escenario con Chano ese día y los dos días siguientes, 13 y 14.
Marina Albero es una de esas intérpretes que nació en el seno de una familia musical, en este caso, una familia dedicada a la música tradicional y antigua. Nació en Barcelona en 1979 y empezó a estudiar solfeo y piano a los ocho años. Con quince años de edad se trasladó con su familia a Cuba, donde permaneció dos años y continuó con sus estudios musicales. A su vuelta a España, en 1997, permaneció colaborando con el grupo familiar de música tradicional al mismo tiempo que siguió estudiando, participando y colaborando con distintos grupos y creando sus propios proyectos, como el actual, Maram, un grupo de música experimental que ha creado con Marc Egea y Mariona Sagarra. Marina toca varios instrumentos, principalmente piano, vibráfono y salterio. Su primera colaboración con Chano Domínguez fue en 2006, cuando Chano puso en marcha su proyecto New Flamenco Sound (NFS) y con él sigue colaborando y dando conciertos por todo el mundo.
Hacía muchos años que no asistía yo a un concierto de jazz con vibráfono en directo. Creo que desde que vi a Lionel Hampton en el Palacio de la Música de Madrid, puede que fuera en 1969 ó 1970. Sí he escuchado grabaciones y visto vídeos de algunos de los vibrafonistas más famosos. En varias ocasiones han actuado juntos Chick Corea (piano) y Gary Burton (vibráfono), distintos instrumentistas pero los mismos instrumentos que esa noche en Clamores, y como soy enemigo de las comparaciones no voy a caer en ello ahora. Parece que fue Gary Burton quien introdujo definitivamente la utilización de cuatro mazos o baquetas, en lugar de dos, con las que percutir las láminas del vibráfono, aunque algunos músicos ya las habían utilizado antes ocasionalmente. Una técnica que se me antoja harto complicada y que Marina Albero usa con una maestría digna de admiración.
Y ahora ya sí, me centro en el concierto de Clamores. Fue una agradable sorpresa para mí. Porque la música de Chano la conozco bastante, aunque es uno de esos intérpretes que no te cansas nunca de escuchar, pero a Marina la conocía poco, sólo de su participación en NFS con Chano y otros ocho músicos y de algún vídeo que he visto últimamente, y desde luego no la había visto nunca en directo y me entusiasmó.
Chano Domínguez y Marina Albero en Sala Clamores de Madrid (12-12-2013)
El concierto tuvo un repertorio muy completo. Composiciones propias, como la que lo abrió, Marcel, un bonito blues a piano solo compuesto por Chano dedicado a su hijo, o Jacaranda, que está incluido en su disco Hecho a mano. Tocaron también temas de algunos genios del jazz, como Django, del pianista John Lewis, Monk's Dream, de Thelonious Monk y Ana María, del saxofonista Wayne Shorter. Una incursión por Sudamérica, con Gracias a la Vida, de Violeta Parra y Los ejes de mi carreta, de Atahualpa Yupanqui, dos versiones preciosas. Y el público vibró (vibramos) cuando Chano y Marina tocaron Carrousel y más tarde Rumba pa'Jerry, un tema que Chano compuso dedicado al trompetista y bonguero Jerry González y que tantas veces hemos escuchado con Chano, Jerry y el cajón de Israel Suárez "Piraña", o con Chano y Paquito D'Rivera, pero la versión que nos ofrecieron esa noche no tiene nada que envidiar a ninguna otra. La limpieza y claridad de sonido del piano de Chano y del vibráfono de Marina y el ritmo de esos temas contagió de entusiasmo a todos.
Chano Domínguez (Clamores 12-12-2013)
Marina no sólo había llevado el vibráfono, sino también el salterio, instrumento que domina a la perfección. Y ella con su salterio nos ofreció un par de temas, el primero con Chano al piano, Cardamomo y el segundo sola con su salterio, Psoleá. El salterio, un instrumento con un sonido dulce y claro, así nos llegó tocado por Marina, y del que hay pocos instrumentistas en Europa. Cerraron el concierto, con el piano y vibráfono y una composición de Miles Davis, Blue in Green, uno de los temas que están incluidos en el disco Flamenco Sketches.
Marina Albero (Clamores 12-12-2013)
Recojo y hago mías las palabras que escuché decir a alguien del público, próximo a mí, sobre el diálogo piano-vibráfono, algo así como "momentos impresionantes también con retos improvisados (a mí me lo han parecido) de Chano hacía Marina, el primero desafiando con su piano y Marina contestando con su vibráfono y su maestría. Magistrales los dos". Lo que resulta demostrativo del nivel del concierto y de lo que disfrutamos los que a él asistimos.
Agradezco a Chano y Marina la gentileza que tuvieron al acceder a hablar conmigo unos minutos antes del concierto.
20/05/2013
New York (II)
Un recorrido por algunos clubs de Manhattan
Atardecer desde Top of de Rock, con Central Park en segundo término
El artículo anterior (y éste que aquí inicio ha de considerarse continuación de aquel) lo terminé diciendo que escribiría sobre algunos de los locales de jazz de New York, de los muchos que hay. Así que voy a ello.
También escribí en ese artículo que hay varias guías y webs en las que orientarse y cité el ejemplo de la de Gordon Polatnick, que puede verse en http://www.ny.com/clubs/jazz/.
Cuando uno pasa seis días con sus seis noches en New York (como fue mi caso) y es aficionado al jazz querría ir cada tarde o noche a escuchar esta música a un local diferente, pero la disponibilidad no es total, hay muchas cosas que ver en New York y además no sólo de jazz vive el hombre. Y entonces surge la duda ¿elegir local? ¿elegir intérprete? ¿elegir estilo? Pero tampoco es cosa de comportarse como el asno de Buridán, indeciso, y dejar que pasen los días sin haber ido a ninguno de ellos. Claro que también ¿cómo no ir a Blue Note? el club de moda y en el que actúan los más famosos músicos, ¿cómo no asistir a una actuación de la Jazz at Lincoln Center Orchestra que dirige Wynton Marsalis? o ir al 55 Bar, el más antiguo de todos y uno de los speakeasies de los años de la prohibición, o al Village Vanguard o ir a ver la inmensa figura y escuchar la enorme voz de Sweet Georgia Brown (sí, como el famoso tema que compusieron en 1925 Ben Bernie y Maceo Pinkard con letra de Kenneth Casey) en el Arthur’s Tavern o al Smoke que nos describe Elvira Lindo en su libro Lugares que no quiero compartir con nadie o al Small o al moderno Blue Smoke Jazz Standard o a oír música afrocubana o latin jazz al Zinc Bar o a tantos otros. Y como no sería lógico que escribiera sobre lo que no he visto, me limitaré a aquello que he vivido.
Casi sobre la marcha (uno de ellos ya lo había reservado antes de emprender viaje) fuimos (el viaje fue familiar) a tres locales muy distintos a escuchar tres estilos también diferentes. Y estos fueron.
Una noche en Blue Note
Blue Note es uno de los clubs de jazz de mayor prestigio en el mundo (hablo del de NY, también lo hay en Tokyo, Nagoya y Milan). No se trata de uno de esos locales "de toda la vida" que existen en algunas ciudades de Estados Unidos y que tienen un sabor especial, porque abrió sus puertas en 1981, pero actualmente es uno de los más importantes. Basta repasar su calendario de actuaciones para darse cuenta de ello al comprobar que en este club actúan los músicos más célebres. Un club con muy buena acústica y una decoración agradable. Así que fue una de mis elecciones. Además, nuestros días en NY coincidieron con la actuación de Hiromi Uehara en Blue Note. Y si tenía interés en conocer Blue Note, qué decir de las ganas que tenía de ver a Hiromi en directo, después de escuchar grabaciones suyas y verla en algunos vídeos que hay en Internet. Y para evitar problemas reservé mesa con varios días de antelación e hice bien porque el local se llenó. Y allí nos fuimos, a ver y escuchar a Hiromi acompañada por el bajista Anthony Jackson y el baterista Simon Phillips, dos excelentes instrumentistas. Hiromi: The Trio Project. Un concierto en el que tocaron los temas del último CD que ha grabado el trío, Move, y que se acaba de poner a la venta en marzo de 2013. Move es el segundo CD de este trío y el noveno de Hiromi. Un disco que describe el "tiempo de un día", desde el despertar (Move) hasta el final del día (11:49 PM), los últimos 11 minutos antes de medianoche.
Entrada de Blue Note
Escenario de Blue Note
Hiromi Uehara es una joven (34 años) compositora y pianista japonesa, que empezó de niña a dar clases de piano. Los conocimientos adquiridos en su infancia y adolescencia en Japón a los que añadió posteriormente los del Berklee College of Music de Boston (donde fue alumna de Oscar Peterson y Ahmad Jamal) y sus cualidades innatas han hecho de ella una auténtica virtuosa del piano con una técnica depuradísima. Es capaz de embelesarte tocando temas melódicos o de música clásica, u otros más rítmicos en los que todo su cuerpo se llena de energía y es entonces cuando miras a sus manos y da la impresión de que el número de sus dedos se duplica. Uno se pregunta cuánta disciplina y cuántas horas de ensayo hay detrás de su virtuosismo. Como alguien ha dicho sobre la actuación de Hiromi: "brutal".
¿Cómo catalogar su estilo? La propia Hiromi ha dicho: "No quiero poner un nombre a mi música. Otras personas pueden darle un nombre a lo que hago. Es sólo la unión de lo que he estado escuchando y lo que he ido aprendiendo. Tiene algunos elementos de música clásica, tiene algo de rock, tiene algo de jazz, pero yo no quiero darle un nombre".
Para mí y creo que para cuantos estábamos allí será una noche difícil de olvidar. La vida se compone de instantes y algunos hay que gozarlos al máximo. Resultó espectacular ver a este trío. Lástima que, como se sirven cenas (el público podría ir ya cenado o hacerlo después, New York es la ciudad que nunca duerme), el ruido de los platos resultaba algo molesto, sobre todo en los temas más suaves y melódicos, como fue en la interpretación de Fantasy, el segundo de los temas que componen la Suite Escapism.
Un ambiente agradable en Arthur's Tavern
Pues también nuestra segunda noche de jazz fue un gran acierto. Me gustó mucho tanto el local como la música que escuché en él. No pude ir a ver a Sweet Georgia Brown, como era en principio mi deseo, porque sólo actuaba jueves y viernes. El jueves fue el día de mi llegada y resultó complicado y el viernes tenía reserva en Blue Note. Pero lo que vimos y escuchamos nos entusiasmó.
Empezaré por el local. Arthur's Tavern es un pequeño bar/club, inaugurado en 1937, ubicado en el West Village (como muchos otros) y que tiene un encanto y sabor especiales. Su programación es más o menos fija y es de los pocos en que no se cobra la entrada y las consumiciones tienen un precio bastante asequible. El local estaba lleno, pese a que el día era lunes, con un ambiente juvenil, simpático, informal y muy agradable.
Entrada de Arthur's Tavern
El magnífico ambiente de Arthur's Tavern
Esa noche tocó un grupo de House Rockin' Blues (así estaba anunciado), formado por James Lewis (guitarra y voz), Francesco Beccaro (bajo) y Jason Patterson (batería), que cautivó con su música a cuantos allí estábamos. A ellos se unió en algunos temas otro joven cantante (supongo que amigo del grupo) con una extraordinaria voz. Además, nosotros tuvimos la fortuna de conseguir una mesa en primera línea, junto al escenario, y apreciar de cerca sus interpretaciones.
Lo que no acabo de entender es esa costumbre de anteponer el término House a muchos estilos o géneros de música, desde que se empezó a denominar Chicago house y más tarde house music a un tipo de música disco hacia 1980.
Desde que John Mayall, allá por la segunda mitad de la década de 1950, aprovechando el éxito que ya había alcanzando el rock, comenzara a fusionar el jazz y el blues con el rock, han sido muchos los intérpretes y los grupos que han hecho este tipo de música, empezando por el propio grupo que creó Mayall, John Mayall & the Bluesbreakers, en el que tocó Eric Clapton antes de crear Cream junto a Jack Bruce y Ginger Baker, todos ellos británicos. Cream (que yo descubrí en aquella época a través de mi hermano Fernando) fue una banda magnífica y mítica que marcó el camino a muchas otras, aunque sólo durara poco más de dos años, entre 1966 y 1968 (los tres se han vuelto a juntar posteriormente en algunas ocasiones puntuales y ya dejo de hablar de Cream porque de seguir haciéndolo puede alargarse este post en demasía).
Este estilo (rockin' blues) se ha denominado a lo largo del tiempo de varias maneras, jazz-rock, blues-rock, electric-blues o blues contemporáneo, siempre teniendo en cuenta que su origen es el rhythm and blues (R&B). Esta clase de fusiones son difíciles de clasificar. Y si hacemos caso de la cantidad de nombres que se vienen dando últimamente a distintos (?) géneros de música dentro del jazz, del blues y del rock, se podrían llenar varias páginas sólo con relacionarlos. No soy muy amigo de tanta "atomización". El caso es que la banda que vimos en Arthur's Tavern me impresionó muy gratamente. Y aquí dejo el enlace a un vídeo de una de sus actuaciones de aquella noche.
La última noche a Village Vanguard
Y en esta ocasión, nuestra última noche en NY, mis expectativas no acabaron de satisfacerse del todo. Y no es que no me gustara el local o el grupo que tocó esa noche, pero intentaré explicarme. Village Vanguard es un club muy famoso, de los más antiguos que existen, se inauguró en 1925 cuando el jazz en NY empezaba a estar en sus mejores momentos. Es un local agradable, con una iluminación cálida y buena acústica y los músicos que escuchamos son realmente buenos, se trataba de Terell Stafford Quintet, con Terell Stafford a la trompeta, Tim Warfield en el saxo, Bruce Barth al piano, Peter Washington con el contrabajo y el baterista Dana Hall, todos ellos grandes músicos.
Entrada de Village Vanguard
Terell Stafford es uno de los mejores trompetistas estadounidenses del momento y actualmente es Director de Estudios de Jazz y de la Cátedra de Estudios Instrumentales en la Universidad de Temple. Durante varios años tocó en la banda del pianista McCoy Tyner, quien le introdujo en el estilo Bebop. También estuvo tocando en la Jazz at Lincoln Center Orchestra, que dirige Wynton Marsalis y es posible, al menos es mi impresión o me inclino a creerlo, que Marsalis le haya contagiado o imbuido esa seriedad y disciplina características de su orquesta que hace que el músico se distancie un poco del público y no conecte con él. Y para mí, no cabe duda, el jazz en directo necesita de una conexión músico-público que en esta ocasión no se dio. Así que, aun reconociendo la gran categoría de los músicos, el concierto resultó algo frío. Creo que hasta abusaron de los "solos" sin la ligazón necesaria y en detrimento del concepto armónico que ha de tener cualquier interpretación musical. Quizá también la seriedad que transmitían los músicos (todos ellos encorbatados) y que el local no estuviera lleno contribuyeran a esa frialdad.
Y ese fue mi recorrido por los clubs de jazz de Manhattan. Me hubiera gustado ampliarlo a más locales, pero no pudo ser por falta de tiempo. Estuve en algunos otros, fuera de horario de actuaciones y sólo por conocerlos ¿con vistas a un próximo viaje? no es fácil, pero nunca se sabe. Como decía Jacques Vaché, "los viajes forman a la juventud" (y a los demás también, añado).
28/04/2013
New York (I)
Desde los inicios hasta hoy
Vista de Manhattan desde el puente de Brooklyn
Bueno, bueno, New York. Brooklyn, Queens, The Bronx y por encima de todo Manhattan con sus barrios, una locura para los amantes del jazz (y de algunas otras cosas). Porque si New Orleans es la cuna del jazz y sigue siendo un paraíso para esta música, New York es la ciudad donde más actuaciones de jazz hay y en la que todos los músico de jazz sueñan tocar en algún momento de sus vidas, la meca del jazz. Y ya que acabo de pasar una semana en New York, no me queda otra que dedicarle un par de artículos. Éste es el primero.
Pero empezaré por el principio, por decir brevemente cómo llegó el jazz a New York y cómo se consolida lo que terminó conociéndose como estilos Chicago y New York. Es difícil precisar cuál es el origen del jazz, porque cualquier manifestación artística tiene unos antecedentes. En el caso del jazz los antecedentes son las manifestaciones musicales de los esclavos africanos liberados tras la finalización de la Guerra de Secesión de Estados Unidos en 1865 (algo sobre esto puede leerse en el artículo dedicado al estilo Dixieland, tercer artículo en este mismo blog). Cuando esa música de origen africano, que cristaliza en el blues, gospel o ragtime, se encuentra con la música occidental llegada de Europa, que le aporta la armonía y melodía, se produce una conjunción entre ambas que es lo que "puede dar" origen al jazz. Lo anteriormente dicho es discutible y opinable (y por eso el entrecomillado), porque si leemos lo que han escrito algunos musicólogos e historiadores de este tema veremos que hay opiniones diferentes. Lo que es incuestionable es que estas primeras manifestaciones musicales de jazz se producen en algunos Estados del Sur, principalmente en Tennessee y Louisiana. Y la capital de Louisiana no es otra que New Orleans. Y aquí sí que ya está todo el mundo de acuerdo en que, sean cuales sean sus antecedentes y orígenes, el jazz se consolida en New Orleans.
Y eso ocurrió en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, periodo en que New Orleans se convirtió en una ciudad alegre, con música en las calles, importante vida nocturna, numerosos bares y clubs y aumento de la prostitución. Y esto hizo que sus autoridades municipales adoptaran la decisión, en el año 1897, de circunscribir estas actividades a una zona o barrio concreto de la ciudad, que se denominó Storyville, tomando su nombre del concejal que lo propuso, Sidney Story. Storyville se convirtió así en un barrio de ocio, lleno de clubs nocturnos en los que recalaron todos los músicos de la ciudad para tocar, dando origen a las primeras bandas de jazz importantes. Y así fue hasta el año 1917 en que las autoridades federales, por encima de las municipales, decidieron acabar con esa situación y aprobaron el cierre e incluso la demolición de muchos edificios para construir un nuevo barrio. Pero a esas alturas ya eran muchas las bandas e intérpretes que se habían hecho famosos y ante esa situación decidieron emigrar a otras ciudades, principalmente Chicago y New York, ciudades altamente pobladas y con suficiente vida nocturna y locales en los que actuar, además de ser ciudades en las que había dinero. Varios de estos músicos, como Jelly Roll Morton, Joe King Oliver o Louis Armstrong, que ya estaba tocando con King Oliver, se incorporaron a orquestas locales que tenían una mayor presencia de músicos blancos y más basadas en los aspectos melódicos y los arreglos orquestales escritos que en la rítmica y la técnica de improvisación que llegó de la música hot de New Orleans. La conjunción de estos dos estilos, la aportación que hizo cada uno de ellos al otro, más la incorporación de algunos instrumentos nuevos como el saxofón y la consolidación de los "solos" como parte integrante de las interpretaciones fue lo que creó un estilo nuevo que se reconoció definitivamente como New York con la aparición de la orquesta de Fletcher Henderson. El estilo New York se mantuvo como imperante durante la década de 1920 y hasta la llegada de la llamada era del Swing.
Los diferentes estilos de jazz se han ido sucediendo y superponiendo sin desbancar ninguno de ellos a su precedente y conviviendo todos. Y en New York, que es una ciudad cosmopolita donde las haya, así es, porque si buscas Dixieland lo tienes, al igual que Blues, misas Gospel, Boogie-Woogie, Swing, Bebop, Cool, Latin o cualquier otro estilo, si bien es cierto que no olvida que fue la ciudad que creó un nuevo estilo de componer e interpretar jazz que revolucionó esta música abriéndola al mundo entero.
Y ahora debería dar un salto en el tiempo para situarme en la actualidad del jazz en New York. Pero antes de entrar en materia, de hablar del panorama actual del jazz en New York, de sus locales y de algunas de las actuaciones a las que he podido asistir, quiero hablar de la visita que hice, muy especial para mí, a la Casa Museo de Louis Armstrong. Si hay un músico que el mundo entero, aficionados o no, identifica con el jazz, ese es Armstrong. Nacido en un barrio pobre de New Orleans, empezó a tocar la corneta y más tarde la trompeta en la banda del reformatorio para niños abandonados en el que pasó algunos años de su infancia, quizá fuera ese el motivo por el que se ocupó tanto de los niños durante su permanencia en New York, que fue la mayor parte de su vida. Cuando salió del reformatorio con trece años, empezó a tocar en algunos de los locales de Storyville, compaginándolo con trabajos esporádicos que iba consiguiendo. Fue entonces cuando conoció al trompetista Joe King Oliver. Tras el cierre de Storyville, King Oliver marchó a Chicago y cuando creó su propia orquesta llamó a Armstrong para que se uniera a ella. Dos años más tarde, en 1924, Louis Armstrong estaba tocando con una de las mejores orquestas de New York, la de Fletcher Henderson. A partir de ahí su carrera fue fulgurante, convirtiéndose en el músico de jazz más conocido internacionalmente. Su enorme popularidad es comparable a la alta consideración que ha tenido siempre de la crítica más exigente. Y esa unión del aplauso cuantitativo y cualitativo es algo que han conseguido muy pocos.
Así que nos fuimos (el viaje fue familiar) a ver su casa de Corona en Queens, en la que vivió con su cuarta y última esposa, Lucille, desde 1943 hasta su fallecimiento en 1971, y que ha sido declarada monumento histórico. Necesitaba yo respirar, sin ningún tipo de fetichismo, el ambiente de esa casa, además de visitarla por el interés que tienen los objetos, colecciones y grabaciones que en ella se exhiben. Las visitas son guiadas cada hora dentro del horario establecido, que puede consultarse en su web http://www.louisarmstronghouse.org. Fui a verla y aquí dejo una pequeña muestra fotográfica de mi visita.
Fachada principal y jardín de la Casa Museo de Louis Armstrong
Placa conmemorativa de la designación como monumento histórico
Como en muchos otros lugares, no se permiten las fotos en el interior.
Y ahora sí, ya me centro en el panorama actual del jazz en New York y en las interesantes propuestas que ofrece, empezando por relacionar algunos de los clubs y locales más conocidos.
La mayoría de los clubs de jazz de New York se encuentran en Manhattan y quizá el más antiguo de todos sea el 55 Bar, abierto en 1919, que fue una de las tabernas en las que se servían bebidas alcohólicas clandestinamente en la época de la prohibición (locales conocidos con el término de speakeasy), un local pequeño con una entrada difícil de identificar y donde hay actuaciones de jazz todos los días. Otros locales que se pueden incluir en el grupo de los que perduran desde antes de la segunda guerra mundial son el Village Vanguard, abierto en 1925 y que es uno de los clubs de jazz más famosos del mundo, y Arthur's Tavern que existe desde 1937 o ya años más tarde Birdland (1949), tomando el nombre de uno de los saxofonistas más grandes de esa época (y de todas), Charlie Parker, apodado "Bird", un club que ha tenido dos ubicaciones diferentes antes de la actual, situada en el Midtown, en la calle 44 y no muy lejos de Times Square.
Birdland Jazz Club Birdland fue un club de jazz que marcó una época en las décadas de los 50 y 60 del siglo XX, años en los que pasaron por este club los mejores intérpretes del momento, y que en los últimos tiempos ha vuelto a ser un referente del jazz mundial. Otros locales más actuales y conocidos mundialmente son Small, Smoke, Jazz Standard y por supuesto Blue Note y Jazz at Lincoln Center que se encuentra dentro del Time Warner Center. Y dejemos para los más snobs y económicamente fuertes el Café del Hotel Carlyle, donde Woody Allen toca el clarinete con la New Orleans Jazz Band todos los lunes. Pero hay tantos clubs, restaurantes y locales en New York en los que escuchar jazz que quizá lo mejor sea remitir a los lectores a alguna de las webs que los recogen y una de las más completas es la de Gordon Polatnick, que se puede visitar en http://www.ny.com/clubs/jazz/ y hay unas cuantas más. Cada uno de estos locales merecería un artículo específico, pero para ese menester sería necesario haber estado algo más de una semana. Así que me centraré sólo en algunos de ellos, pero eso será en el siguiente artículo.
07/03/2013
Sería un ejercicio prácticamente imposible escribir sobre todos los festivales de jazz que se celebran en el mundo en el transcurso de un año -ni tan siquiera relacionarlos, hay más de mil y siempre se quedaría alguno fuera-, así que dedicaré este artículo o post a dos de los festivales más importantes y más veteranos de cuantos se celebran en la actualidad. Uno en el continente americano, el de Newport en USA, y otro en el continente europeo, el de Montreux en Suiza. Aunque ninguno de los dos fue el pionero de los festivales de jazz. Los primeros se celebraron en Francia, en Niza y Paris, el año 1948, pese a que el jazz sea un producto genuinamente norteamericano. Newport Jazz Festival Posiblemente el festival de Newport, en Rhode Island, sea el más conocido y sobre el que más se ha escrito y del que han quedado en el recuerdo de muchos aficionados algunas de las más célebres actuaciones, de las que se seguirá hablando durante muchos años. En el año 1953 el matrimonio formado por Louis y Elaine Lorillard, millonarios de Newport, conocieron al empresario George Wein, propietario de algún club de jazz de la ciudad, y le encargaron la organización de un festival de jazz. El primer festival de jazz de Newport se celebró los días 17 y 18 de julio de 1954 y en él actuaron algunos de los más afamados intérpretes de la época, como Oscar Peterson, Dizzy Gillespie, Gerry Mulligan, Billie Holiday, Lee Konitz o Ella Fitzgerald, reuniendo a 6.000 espectadores. Desde aquel festival al del 2012, al que asistieron más de 200.000 personas, no ha habido un solo año que haya dejado de celebrarse y van 59 ediciones. Siempre en tres días (salvo el de 1954 que fueron sólo dos), viernes, sábado y domingo de los meses de julio o agosto. En 1972 George Wein trasladó el festival a New York y en 1981 lo devolvió a Newport aunque durante varios años se mantuvieron las dos sedes.
Asistencia a una sesión del Newport Jazz Festival de 1959
(Fotografía de Jack Eden)
Todos estos datos pueden consultarse y ampliarse en muchos de los libros y publicaciones sobre historia del jazz y también hay información, aunque bastante escueta, en la web oficial del festival, http://newportjazzfest.net/. La edición de 2013 está anunciada para los días 2, 3 y 4 de agosto.
Después de muchos años aún continúa hablándose de algunas actuaciones memorables en los primeros años del festival; el solo de trompeta de Miles Davis en Round Midnight en el año 1955, quizá más memorable aún porque supuso el reencuentro de Davis con la música tras unos complicados años envuelto en el consumo de heroína; el solo de saxo de Paul Gonsalves con la orquesta de Duke Ellington tocando Diminuendo and Crescendo in Blue en el festival de 1956 y sobre el que muchos críticos e incluso el propio Ellington coinciden en que significó el revival de su orquesta que parecía emprender un declive o la actuación de tres de las más grandes vocalistas que ha dado el jazz, Ella Fitzgerald, Billie Holiday y Carmen McRae, en el de 1957. Su actuación en el festival de 1957 ha quedado grabada en un disco editado por Verve Records, con los 22 temas que interpretaron estas tres grandes divas del jazz. Tres voces diferentes para un nivel de excelencia similar.
Son muchos los intérpretes que han sido año tras año habituales de este festival, pero merece una mención especial el caso del pianista Dave Brubeck, que con su cuarteto ha actuado en la casi totalidad de las ediciones desde su primera actuación en la de 1955. Aún tocó en el festival de 2011, cuando contaba 90 años de edad. Y sirva esto como mi homenaje personal a Dave Brubeck, que falleció el 5 de diciembre de 2012, el día anterior a cumplir 92 años, y nos ha dejado algunos temas inolvidables, como Take Five que popularizó su cuarteto y que compuso uno de sus miembros, el saxo Paul Desmond. Take Five es uno de los temas más famosos y más interpretados de la historia del jazz. Un gran tema que últimamente he escuchado en directo interpretado por Larry Martin Band y en el que se lucen especialmente Domingo Sánchez al piano y el propio Larry a la batería. En la versión de LMB no hay saxofón, pero lo suple la preciosa voz de Sheila Blanco. Otro de los temas míticos de Dave Brubeck Quartet es Rondo in Blue a la Turk, un increíble diálogo entre piano y saxo.
Para la edición de 2013, que se celebrará en los escenarios habituales de International Tennis Hall of Fame y Fort Adams State Park, están anunciadas las actuaciones de Natalie Cole, Danilo Pérez, Herbie Hancock, Esperanza Spalding, Michel Camilo, Anat Cohen, Chick Corea, Dizzy Gillespie Big Band bajo la dirección de Paquito D'Rivera, Hiromi Uehara, Miguel Zenón, Luis Perdomo, entre otros grandes músicos.
La pianista y compositora Hiromi Uehara en el Newport Jazz Festival de 2011
(Fotografía de Ayano Hisa)
Este año 2013 se cumplirá la sexagésima edición del Newport Jazz Festival y estos sesenta años de historia del festival son también un compendio de los últimos sesenta años de jazz en el mundo, porque el festival de Newport, siendo como es el más importante del mundo, ha sido y es un reflejo de la evolución del jazz, de cómo se mantiene lo clásico y de cómo se han ido incorporando diferentes estilos.
Montreux Jazz Festival
El festival de Montreux es uno de los más tradicionales de los muchos que se celebran en Europa. Y se debe al empeño del ciudadano suizo Claude Nobs, natural de Montreux, que en 1967 vio realizado su sueño cuando consiguió celebrar la primera edición del festival, convirtiéndolo al transcurrir de los años, con su tesón y trabajo, en uno de los festivales de música de mayor proyección internacional, por el que han desfilado los más grandes intérpretes de jazz y de otros estilos. Porque si bien es cierto que el jazz es la música predominante en este festival, no es la única, pues también se dan cita el rock, pop, folk, reggae y otros estilos, con intérpretes como Eric Clapton, Carlos Santana, David Bowie, Sting, Alanis Morissette, Bob Dylan, Jimmy Cliff o Paco de Lucía que han actuado en distintas ediciones del festival. Claude Nobs (Funky Claude, como le apodó Deep Purple en su canción Smoke on the Water) falleció el 10 de enero de 2013 tras sufrir un accidente esquiando. Tenía 76 años de edad. Claude Nobs y George Wein, dos personas que han hecho mucho por el jazz y han dedicado su vida a internacionalizar esta música.
El festival de Montreux se celebra durante varios días de los meses de junio o julio y en distintos lugares de la ciudad, aunque las actuaciones principales se ofrecen en los dos auditorios que hay en el Centro de Convenciones y Música de Montreux.
Dentro del festival se celebran algunos concursos para instrumentistas y vocalistas (Montreux Jazz Competitions) que ofrecen a jóvenes talentos una oportunidad para hacerse un nombre en el mundo del jazz.
La 47ª edición tendrá lugar los días 5 a 20 de julio de 2013 y será la primera que se celebre sin Claude Nobs, a quien se le tributó un merecido y emotivo homenaje en Montreux el 8 de febrero de 2013.
Poster Oficial de la 47ª edición (Oscar Oiwa Studio)
Festival International de Jazz de Montreal
El Festival Internacional de Jazz de Montreal es el festival de los records o al menos es lo que pretende ser. Mayor número de músicos, mayor número de conciertos, mayor número de espectadores, ... Es una especie de Gran Parada musical en la que los habitantes de Montreal y los visitantes participan y disfrutan de los numerosos conciertos gratuitos que se celebran al aire libre durante dos semanas (en 2013 del 27 de junio al 7 de julio). Claro, que también los hay (conciertos) de pago, en auditorios, teatros y salas. Es un festival que posibilita la participación de intérpretes noveles, para los que es una excelente plataforma de lanzamiento. En 1980 tuvo lugar la primera edición y aunque hay bastantes festivales más antiguos, éste es uno de los más famosos.
Como digo al principio, son más de mil los festivales de jazz que se celebran anualmente y con diferentes formatos, desde el formato clásico de los festivales de Newport, Montreux (aunque abierto a otras músicas), Berlin, Vitoria, San Sebastián o Buenos Aires a otro tipo de formato, como los de Barcelona, Madrid o Londres, en los que simplemente se potencia las actuaciones de jazz durante su duración, el de Paris que se celebra durante los fines de semana de junio y julio en Parc Floral de Paris (al margen de los que programan algunos de sus distritos o barrios, ya escribí sobre el de Saint Germain des Prés en un artículo anterior) o aquellos que están dedicados a un estilo o género determinado, como el Festival Internacional de Dixieland de Tarragona o los de Latin jazz que se celebran en varias ciudades. Pocos ejemplos para tantos como se celebran. Seguramente son muy pocos los países en los que no haya uno o varios festivales de jazz.
Thanks to Ayano, Melanie, Carolyn, Elise and Oscar for the given facilities to include images.
28/01/2013
El 15 de enero de 2013, en el Théâtre du Châtelet de Paris, tuvo lugar la entrega de los premios que anualmente concede la prestigiosa Academia del Jazz francesa. Un palmarés con 10 categorías de premios y en esta última ocasión, el de mejor músico de jazz europeo ha sido concedido a Jorge Pardo, frente a los otros dos nominados, que eran George Gruntz (pianista suizo que falleció el 10 de enero de 2013) y Michael Wollny (joven pianista alemán). Jorge Pardo es el primer músico español al que se otorga este galardón.
Premios 2012 de l'Académie du Jazz (Jorge Pardo junto a Victoria Abril, que le entregó el premio)
Y este premio que ha recibido Jorge Pardo (uno más de los otorgados en su extensa carrera) es merecidísimo, no sólo porque durante 2012 ha sido uno de los grandes protagonistas del jazz europeo y mundial, sino porque su trayectoria musical está llena de grandes trabajos y numerosos éxitos. Y siendo así, ya no podía dejar pasar más tiempo sin que en este modesto blog rindiera tributo a este excelente músico.
Se habla de Jorge Pardo como de una de las figuras fundamentales de la fusión del jazz con el flamenco y así es, pero sería simplificar demasiado su trayectoria reducirlo sólo a eso. Porque Jorge Pardo es algo más, es un músico muy completo. Nacido en Madrid en 1956, entró en el Conservatorio a los 14 años para dedicarse a los instrumentos de viento y enseguida se encontró atraído por el jazz y hoy es reconocido como uno de los saxofonistas y flautistas de mayor prestigio. También fue uno de los que pasó por el Jazz forum (aula de jazz) de la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid, un auténtico vivero de músicos. Empezó tocando con músicos como Jean-Luc Vallet, Lou Bennett, David Thomas, Vlady Bas, Jayme Marques, Tete Montoliu o Pedro Iturralde, después formó parte del grupo Dolores con Pedro Ruy Blas (una "comunidad de músicos", como dice el propio Jorge) y fue en ese tiempo cuando coincidió con Paco de Lucía, grabando un primer disco con él (al que luego seguirían otros cuatro). Eran los años finales de la década de 1970 cuando también colaboró con Camarón, con quien grabó dos discos (La Leyenda del Tiempo y Viviré). Y a partir de ahí el jazz-flamenco va unido a su nombre y ha incorporado el saxo y la flauta travesera a este género. En los últimos años ha colaborado con frecuencia con los pianistas Chano Domínguez y Chick Corea, otros de los grandes nombres del jazz latino, y ha tocado en los escenarios de medio mundo y participado en varios de los festivales de jazz más importantes.
Pero Jorge Pardo es, sobre todas las cosas, un creador. Un creador musical que tiene varios proyectos en marcha. Y uno de los últimos y de los más interesantes es el que Jorge Pardo ha denominado "Huellas" y que posiblemente, además de la trayectoria musical de Jorge, ha tenido mucho que ver en la concesión del premio de la Academia de Jazz francesa. Huellas es un conjunto de 18 temas compuestos por él en cuya grabación han intervenido numerosos músicos y numerosos instrumentos. Fue presentado en el Festival de Jazz de Terrassa de 2012 (uno de los festivales de jazz más importantes de cuantos se celebran en España, que ya cuenta con 31 ediciones). El 16 de marzo de 2012, en el festival de Terrassa, tocaron, junto con Jorge Pardo, Josemi Carmona (guitarra), David Pastor (trompeta), Bandolero (percusión), Pablo Báez (contrabajo) y Marc Miralta (batería y marimba). Los 18 temas que componen Huellas (bulerías, rumbas, fandangos, zambras, tangos, ...) se han recopilado en un CD doble que va camino de convertirse en un referente del flamenco-jazz.
Otro de sus proyectos es su trío con Carles Benavent (bajo) y Tino Di Geraldo (batería) con los que ha grabado dos discos. El segundo, "Sin Precedentes", fue elegido mejor disco de jazz del año en la XIV edición (2010) de los Premios de la Música de España. O el otro trío, D'3, que forma junto a Francis Posé (contrabajo) y José Vázquez "Roper" (batería). Y fui a ver a D'3 a la Sala Clamores de Madrid el 26 de enero de 2013. He ido en no pocas ocasiones a Clamores, pero no sé si alguna vez lo había visto con tanto público como esa noche, porque estaba totalmente lleno. Tanto fue así, que Germán y Manuel se las vieron y se las desearon para ubicar a la clientela, lo que supuso un cierto retraso en el comienzo del concierto. Expectantes estábamos cuando apareció el trío en el escenario. Comenzaron tocando el tema "Sal y pimienta", una guajira preciosa que está incluido en el cuarto y último (por ahora) disco de este trío, "Sobre la marcha". Jorge tocando el saxo tenor, que luego alternó con la flauta y el saxo soprano, acompañado por esos dos excelentes instrumentistas que son Francis Posé, magnífico al contrabajo, y José Vázquez "Roper", un portento en la batería. Tocaron varios de los temas que están incluidos en sus discos, composiciones propias, y algún tema que Jorge había interpretado con Camarón o Paco de Lucía. Jazz y Flamenco, en ocasiones con algún aderezo de la música del Magreb. El público madrileño estaba deseoso de verles, tras el último premio otorgado a Jorge Pardo y el concierto fue un verdadero éxito.
Tres imágenes del concierto de D'3 (Madrid, Sala Clamores, 26 enero 2013)
Y hay más proyectos, como el que le ha llevado a colaborar con el compositor y arreglista Toni Cuenca y la Orquesta Sinfónica de las Islas Baleares para programar una serie de conciertos. De nuevo una manera de demostrar la universalidad e intemporalidad de la buena música.
Y estas son algunas de las huellas que va dejando Jorge Pardo en el flamenco-jazz, en el jazz latino, en el jazz y en la música en general. Las seguiremos.
17/12/2012
En esta vida todos nos hemos encontrado con proyectos muy atractivos que han despertado nuestro interés, pero a los que yo he dado siempre mayor importancia es a aquellos que tienen como finalidad la formación del ser humano. Por eso, cuando conocí el proyecto de la Sant Andreu Jazz Band, el entusiasmo que en mí despertó me invita, casi me exige, a escribir sobre él. Por supuesto que no es el único de estas características, porque proyectos, iniciativas y escuelas de formación musical de jóvenes hay muchos, pero éste me parece especial, quizá por su metodología, quizá porque cuida tanto el crecimiento musical de sus miembros como el personal, quizá por el entusiasmo que se aprecia en los niños y adolescentes que componen la Sant Andreu Jazz Band, quizá por el que transmite su director, Joan Chamorro, o quizá por todo ello.
Joan Chamorro es un poliinstrumentista (saxos, contrabajo, flauta, clarinete, corneta y piano) que lleva muchos años en esto del jazz y que ha realizado cerca de 50 grabaciones con diferentes grupos y orquestas. Ha tocado con músicos de gran renombre y en la mayoría de los festivales que se celebran en España (Barcelona, Terrassa, Madrid, San Sebastián, etc.). Trabaja de manera estable en la Barcelona Jazz Orquesta, Big Acustic Band y Big Latin Band. Actualmente es profesor del Taller de Musics de Barcelona y de la Escuela Municipal de Música de Sant Andreu. Tiene en su haber varios premios, tanto con su grupo como con la Sant Andreu Jazz Band, de la que es director desde su creación en el año 2006. La finalización de sus estudios de guitarra clásica y saxo clásico le permitieron dar clases en la Escuela Municipal de Música de Sant Andreu y fue allí donde empezó a fraguarse la idea de crear la Sant Andreu Jazz Band, posiblemente la banda de jazz con los integrantes más jóvenes (sus edades van desde los 8 hasta los 18 años) de cuantas pueda haber en el mundo. Hay un potencial enorme en los miembros que componen esta banda y estoy convencido de que, si quieren, pronto veremos a muchos de ellos triunfando en los escenarios y en el mundo discográfico. Ken Peplowski, uno de los mejores clarinetistas actuales, ha dicho de ellos: "He viajado por todo el mundo y no había visto nunca nada igual. Ahora, lo único que puedo hacer es volver a New York y contarlo".
Sant Andreu Jazz Band (fotografía de Lili Bonmati)
En http://www.sant-andreu.com/cultura/musica/santandreujazzband/index.html tenéis información sobre esta agrupación que a mí me tiene fascinado. Al margen de las actuaciones de la banda al completo, también hacen actuaciones con grupos más reducidos, como pueden ser las jazzwomen (grupo formado por las chicas de la banda) o grupos con los más pequeños (Alba's), formando cuartetos, quintetos o sextetos. Su ámbito geográfico de actuaciones se ciñe básicamente a Cataluña, donde han actuado en varios festivales, salas y teatros como el Palau de la Musica. Han actuado también en Francia y les han llamado de otros países, pero es complicado mover un grupo como éste, tanto por cuestiones presupuestarias como por la dificultad que representa el compaginar las actuaciones con los estudios de enseñanza secundaria o bachillerato que están realizando.
Me enteré casualmente del trabajo que estaba haciendo Joan Chamorro con la Sant Andreu Jazz Band y aprovechando la coincidencia de un viaje mío a Barcelona con una actuación suya en el Jamboree Jazz Club fui a este emblemático club de jazz para asistir a "Joan Chamorro Quartet presenta Magalí Datzira". Porque aparte de la Sant Andreu Jazz Band, Joan Chamorro tiene sus propios proyectos personales con algunos de los músicos que forman parte de la banda. En aquella ocasión acompañaban a Chamorro (esta vez al contrabajo, salvo el último tema en el que se lo cedió a Magalí y él tomó el saxo) tres magníficos músicos: el excelente pianista Joan Monné, al que ya conocía y vi por última vez con Carme Canela, el saxo de nacionalidad sueca Fredrik Carlquist, Suecia es un país con una gran tradición de jazz que ha dado muy buenos músicos, y el batería Ramón Ángel Rey, poseedor de varios premios y profesor de grado superior de la Escola Superior d’Estudis Musicals Taller de Músics de Barcelona. Y por supuesto estaba Magalí, que fue la estrella de la sesión, y puntualmente en algunos temas otros tres integrantes de la Sant Andreu, Andrea Motis, a la trompeta, Eva Fernández (saxo alto) e Iscle Datzira (saxo tenor), de 17, 18 y 17 años de edad respectivamente.
Magalí Datzira es una contrabajista y vocalista muy joven -15 años- que tiene una voz preciosa, suave y muy dulce, su imagen también transmite esa sensación de belleza y dulzura, y que nos hizo disfrutar durante la hora y media que estuvo en el escenario. Me pareció sensacional la actuación del grupo, con Chamorro dirigiendo con sus gestos todos los movimientos, y me resultó verdaderamente agradable escuchar la voz de Magalí, a quien no había visto nunca.
Magalí Datzira (Jamboree Jazz Club, 28-10-2012)
Sí he visto vídeos de otra de las componentes de la banda, Andrea Motis, que aquella noche tocó la trompeta en un par de piezas. Creo que Andrea Motis está ya muy cerca de ser una figura reconocida en el mundo del jazz pese a su juventud. Joan Monné, con quien estuve hablando unos minutos después del concierto, me dijo: "escúchala, porque tiene una voz maravillosa" y eso pienso yo también después de escuchar sus grabaciones. Joan Chamorro ha grabado dos discos con ella, JOAN CHAMORRO PRESENTA ANDREA MOTIS y FEELING GOOD, y han actuado en varias ciudades españolas y en festivales internacionales en Suiza y Brasil. Hay varios vídeos en Youtube de actuaciones de Joan Chamorro con Andrea Motis (pinchando aquí veréis uno de ellos). Si los veis, me daréis la razón y más aún si vais a escucharla en directo.
Andrea Motis con Joan Chamorro (fotografía de Lili Bonmati)
Creo sinceramente que iniciativas como la de Joan Chamorro con la SAJB merecen todo el apoyo de las instituciones y desde luego cuentan con mi admiración y estoy seguro de que con la de todos los aficionados al jazz.
Y para finalizar, aquí dejo tres enlaces a vídeos suyos. El primero de ellos, http://www.afilmaboutkidsandmusic.com/ es del trailer del documental que se ha hecho sobre la Sant Andreu Jazz Band, que ha ganado un premio en el festival IN NEDIT y que se estrenará en febrero del año próximo (2013) en las salas CINESA. Y los otros dos, http://www.youtube.com/watch?v=mbLTGHReS8A&feature=player_embedded y http://www.youtube.com/watch?v=uEQmP5w92pE de sendos vídeos de los más pequeños de la banda.
09/11/2012
Jazz latino
Sello Latin Jazz, diseñado por Michael Bartalos
Resulta difícil precisar cuándo empezó la influencia de la música latina en el jazz, porque ya en la década de 1920 comenzaron las primeras adaptaciones al jazz de temas de la música latina, ya fueran son cubano, rumbas o tangos, pero si se ha de poner alguna fecha hay una coincidencia generalizada en que fue la aportación de Mario Bauzá, en los primeros años de la década de 1940, la que propició el nacimiento del jazz afrocubano, antecedente del Cubop y del Latin jazz actual.
Mario Bauzá fue un músico cubano (clarinete, saxo y trompeta), nacido en La Habana en 1911, que en 1930 se afincó en Estados Unidos hasta su fallecimiento en 1993 en la ciudad de New York. En 1941 se incorpora como director musical a la orquesta Afro-Cubans de su paisano y cuñado Machito y lleva a la misma a algunos músicos de jazz, convirtiéndola en la primera orquesta de jazz afrocubano. Algunos años antes ya había hecho sus primeras incursiones en el jazz en las orquestas de Chick Webb y Cab Calloway, en la que coincidió con Dizzy Gillespie, uno de los iniciadores del estilo bebop. La colaboración de Bauzá y Gillespie, junto con algunos otros músicos, como el conguero y percusionista cubano Chano Pozo, cristalizó en lo que vino a llamarse el estilo cubop, al integrar los ritmos afrocubanos con el bebop.
La consolidación de estos estilos, que convergen en lo que hoy se denomina genéricamente jazz latino, debe mucho a músicos como Gillespie, Charlie Parker, Stan Getz o Thelonius Monk, que sin ser representantes genuinos del jazz latino, pero sí músicos de jazz de reconocido prestigio, consiguieron acabar con el concepto anglosajón de considerar la música afrocubana como un género menor, al incorporar sus ritmos a sus orquestas. Cuando Dizzy Gillespie graba "Manteca" o más tarde "Siboney" con Stan Getz ya nadie se atreve a menospreciar esa música. Y empiezan a aparecer músicos latinos que en pocos años se colocan en la cúspide y que son reconocidos internacionalmente, como Cachao, Tito Puente, Gato Barbieri o el compositor y arreglista Chico O'Farril y su big band, sin olvidarme de los Valdés, padre e hijo (Bebo y Chucho). Años después, la bossa nova y el flamenco supusieron una nueva aportación al jazz latino. La bossa nova con intérpretes y músicos como Tom Jobim, Joao Gilberto, Vinicius de Moraes, Astrud Gilberto (aquella chica de Ipanema), Eliane Elias (excelente pianista) o la prematuramente desaparecida Elis Regina (cuánto bueno nos dejó) y muchos otros. Y la aportación del flamenco empezando por Pedro Iturralde y Paco de Lucía y hoy con Chano Domínguez, Jorge Pardo y también muchos otros. Ahora el jazz latino está absolutamente consolidado como género.
El jazz latino es una música auténticamente popular, hecha en la calle, en los clubs, en las descargas (las jam session latinas), un viaje de ida y vuelta entre el Caribe y New Orleans y un género de jazz que cuenta con un gran número de autores e intérpretes.
Pero sería impensable, además de presuntuoso (y aburrido), que me dedicara a nombrar en este artículo a cuantos músicos pueden encuadrarse en este género (además de los citados aquí). Así que para este menester (el de conocer qué músicos forman parte de este universo) prefiero remitir a un libro básico para ello y creo que el único que aborda este compendio. Se trata del "Diccionario de Jazz Latino", escrito por el cubano Nat Chediak, con la colaboración del crítico Carlos Galilea y editado y prologado por Fernando Trueba. En él se recogen más de 300 autores e intérpretes de jazz latino. Y ya que menciono a Fernando Trueba, me parece oportuno resaltar su gran contribución a la difusión del jazz latino. Trueba es un gran aficionado al jazz que además nos ha dejado tres películas magníficas (Calle 54, El milagro de Candeal y Chico y Rita) que nos acercan al "paraíso de una música siempre viva".
Ya he escrito en alguna ocasión sobre mi pasión por la música en directo. Aunque asisto a muchos menos espectáculos y conciertos de los que me gustaría (la disponibilidad tiene límites), he visto a lo largo de mi vida a varios de estos intérpretes y en los últimos meses he asistido a conciertos de Jerry González, Paquito D'Rivera, Gonzalo Rubalcaba y Michel Camilo y Tomatito.
Sobre Jerry González ya escribí una breve reseña en el artículo sobre los trompetistas actuales y sobre Paquito D'Rivera algo en el artículo sobre el clarinete, aunque su instrumento principal sea el saxo. Un músico fascinante, "un solo de su saxo puede arreglarte un mal día", dice Trueba sobre Paquito D'Rivera. A Gonzalo Rubalcaba (La Habana, 1963) lo he visto hace pocas semanas (el 16 octubre 2012) en el Auditorio Nacional de Música, de Madrid, tocando con la Orquesta de Cámara Andrés Segovia. Gonzalo Rubalcaba es un magnífico pianista y compositor cubano, miembro de una familia de músicos, que desde muy joven ha tocado en varias orquestas. Con 23 años conoció a Dizzy Gillespie en el festival Jazz Plaza, de La Habana, y grabó un disco con él que le supuso el definitivo reconocimiento internacional. A partir de ahí, todo han sido éxitos, incluyendo la obtención de dos premios Grammy (2002 y 2006). En el concierto del Auditorio Nacional de Música (Madrid) interpretó, además de obras suyas y del compositor cubano Ernesto Lecuona, obras de Boccherini, Bach y Turina. Un viaje por diferentes músicas, con el que Gonzalo Rubalcaba y la OCAS nos quisieron demostrar la intemporalidad de la buena música.
Aunque se habían conocido unos años antes, durante la grabación de un disco de Ketama, Michel Camilo y Tomatito actuaron por primera vez juntos en el Festival de Jazz de Barcelona de 1997, en el Palau de la Música. Desde entonces han sido muchas sus actuaciones conjuntas y han grabado dos discos, Spain, en el año 2000 y Spain again en el 2006, de los que han vendido varios millones de copias, y están preparando un tercero, Spain forever, del que aún (cuando se publica este artículo) no se conoce la fecha de lanzamiento.
De Michel Camilo, pianista y compositor dominicano, dice Fernando Trueba en Calle 54: "Michel Camilo es uno de los músicos más completos que conozco. Tanto en el jazz como en la música clásica, la música latina o en la música para el cine, Michel se mueve como pez en el agua y cada vez que lo veo tocar tengo la sensación de ser testigo de un prodigio".
Tomatito, hijo de Niño Miguel y nieto de Miguel, El Tomate, es un guitarrista flamenco, que lleva el compás en la sangre. Nació y creció entre guitarras, tablaos y cantaores, estuvo tocando con Camarón de la Isla durante 18 años, hasta el fallecimiento de éste en 1992, ha tocado también con el pianista de jazz Chano Domínguez, pero su mayor contribución al jazz latino viene de sus colaboraciones con Michel Camilo. Y como es habitual en este blog, no profundizo más en sus biografías porque ya hay mucho escrito sobre ambos.
Michel Camilo y Tomatito en una actuación reciente
Cuando unos amigos me propusieron hace unas semanas comprar entradas para un concierto de Michel Camilo y Tomatito, no lo dudé un segundo. El concierto se celebró el 4 de noviembre de este año 2012, también en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, organizado por el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) y el Festival de Jazz del CMU San Juan Evangelista, dos instituciones que hacen mucho por la música. El de Madrid fue el tercer concierto (tras Tel Aviv y Ginebra) de la gira que les llevará a varias ciudades, finalizando en mayo de 2013 en Estambul, para presentar su nuevo proyecto Spain forever. Cuando finalice la gira grabarán el disco, cerrando así esta trilogía.
Con el Auditorio totalmente lleno y con algún problema inicial con el sonido, que fue prontamente subsanado, comenzó el concierto con el tema Nuestra canción de amor española (Our Spanish love song) y continuó con una rumba compuesta por Tomatito, Pa Salinas. La compenetración entre piano y guitarra es máxima, después de quince años tocando juntos. No dejan de estar pendientes el uno del otro durante el concierto y con esas miradas entre ambos intercambian sus sensaciones y complicidades. Continuaron con algo de funky jazz (Las dos Loretas), Oblivion, de Astor Piazzolla y otro tango del mismo compositor, el Tema de amor compuesto por Camilo para la película Two much, de Fernando Trueba, algún otro tema y para terminar una danza de Erik Satie. Se fueron entre una catarata de aplausos, pero claro, tenían que volver al escenario, porque el público lo pedía con insistencia y además faltaba Spain, una exigencia de la que no pueden escapar, y esa fue la primera propina. Una segunda y ahora sí, ya nos fuimos todos, a seguir paladeando, comentando y recordando el concierto que nos acababan de ofrecer estos dos grandes artistas.