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27/01/2011
Quizá la mejor definición de swing que se haya dado nunca sea la que dio William (Count) Basie cuando le preguntaron que qué era para él el swing: “si estás tocando un tema y ves que la gente no marca el ritmo con el pie, mejor deja de tocarlo”.
Hace algunas semanas, durante el XXVII Festival de Jazz de Madrid, estuve con unos amigos en Café Central viendo y escuchando a un cuarteto que, aunque ya había oído alguna grabación suya, no había tenido aún la oportunidad de verlos en directo. Moisés P. Sánchez Quartet. No cabe duda de que no les falta swing, al menos en lo que mi vista alcanzaba (el Central estaba lleno) no vi un solo pie quieto. Si en todas las manifestaciones musicales “el directo es el directo”, creo que en el jazz cobra aún más importancia. Junto a Moisés Sánchez al piano, el cuarteto lo completaban aquella noche Javier Vercher (saxo y clarinete), Toño Miguel (contrabajo) y Andrés Litwin (batería). Un grupo al que merece la pena seguir.
Moisés Sánchez es uno de los pianistas y compositores españoles más interesantes y con más futuro. Empezó a tocar el piano siendo aún niño y eso hace que pese a su juventud pueda considerársele ya un pianista consagrado. Ha tocado tanto música clásica (no en vano tomó clases con el maestro Joaquín Achúcarro) como Jazz. Tiene una técnica excelente a la que añade algún que otro elemento de experimentación e innovación.
En Café Central tocaron, además de otras composiciones, temas de su disco “dedication”, que grabaron en New York en noviembre de 2008 y que fue editado en marzo de 2010 por Universal Music. Disco que ya habían presentado en directo en el Jamboree de Barcelona en junio de 2010. La foto corresponde a este disco, con Borja Barrueta en lugar de Andrés Litwin.
Moisés P. Sánchez Quartet (Foto de Noah Shaye)
La revista Cuadernos de Jazz ha elegido “Dedication” como uno de los 5 mejores discos del año 2010. Es un disco muy completo, con un sonido al estilo New York, que contiene nueve temas de una misma línea melódica y rítmica (salvo uno, que calificaría como un tanto underground), y del que yo me atrevería a destacar cuatro de ellos.
When God Created a New Star, en memoria del pianista sueco Esbjörn Svensson, fallecido en 2008 a los 44 años de edad, posiblemente uno de los pianistas de referencia de Moisés. En esta composición, de desarrollo melódico, del piano de Moisés salen notas prodigiosas.
Your Secret Wish, tema también muy melódico que comienza con el sonido del contrabajo de Toño Miguel.
Dedication, que da nombre al disco, y en el que los cuatro integrantes del cuarteto tienen su momento de improvisación y lucimiento.
Long Way Home, último tema del disco y que a mí personalmente me parece una composición preciosa (lástima que tenga una duración tan corta).
Y de Café Central de Madrid qué decir. Madrid es actualmente una de las ciudades europeas con más clubs de jazz, pese a que hay otras con más fama, y de entre estos clubs, Café Central se ha consolidado, tras sus más de veintiocho años de historia, como uno de los más importantes, con una programación muy cuidada (que podéis consultar en su web http://www.cafecentralmadrid.com), casi por completo dedicada al jazz, aunque esporádicamente tengan cabida en ella otros géneros musicales.
Hace unos días una amiga me dijo que recomendara o sugiriera algún club en el que se pudiera escuchar buen jazz. Bueno, no está mal empezar por éste, aunque hay unos cuantos más en los que también disfrutar. Ya irán saliendo.
Situémonos en Nueva Orleans, primeros años del siglo XX. Era habitual ver por sus calles bandas de músicos tocando en desfiles, fiestas, funerales o bodas. Bandas que eran herederas de las primeras manifestaciones musicales (blues y gospel) de los esclavos, la mayoría de ellos africanos, liberados tras la finalización de la guerra de secesión en 1865.
Música en las calles de New Orleans (por Vk Assi)
Estos grupos estaban compuestos generalmente por un número de entre 5 y 8 músicos en los que predominaban los instrumentos de viento. Su popularidad hizo que poco a poco fueran contratándolos para tocar en bares y otros locales cerrados, lo que obligó de alguna manera a seleccionar los instrumentos. La música que interpretaba este tipo de bandas, mezcla de música africana y europea, dio origen a lo que se conoce como estilo New Orleans o Dixieland, algunos prefieren llamarle Jazz tradicional. Música que también se ha utilizado para acompañamiento de muchas películas del cine mudo. Recordemos algunas de Charles Chaplin, Buster Keaton o Harold Lloyd.
En el dixieland los protagonistas son los instrumentos de viento, principalmente trompeta, clarinete y trombón y la parte rítmica pueden ponerla el piano, guitarra, banjo, contrabajo y batería. El jazz tiene mucho que ver con el nacimiento de la batería como instrumento musical. Al pasar de la calle a los clubs se hizo necesario fusionar los distintos instrumentos de percusión que llevaban los componentes de las bandas en uno único, la batería. Actualmente la formación más clásica de dixieland es la del quinteto, compuesto por trompeta, trombón, piano, contrabajo y batería. Algunos grupos añaden clarinete o tuba y raramente el saxo. El dixieland es el estilo que imperó en el jazz en el periodo comprendido aproximadamente entre 1900 y 1930.
Las primeras grabaciones de jazz fueron precisamente dixieland y las hizo para Columbia y Victor en el año 1917 la Original Dixieland Jazz Band -que se había formado un año antes-, conocida por sus siglas ODJB (¡ojo! no confundir con OJDBC o JDBC; los informáticos me entenderán). La ODJB la componían cinco músicos: trompeta, clarinete, trombón, piano y batería.
Y tras esta brevísima introducción a los orígenes del dixieland me sitúo ya en España y en la actualidad de este estilo. Y siendo así, y no olvidándome de mencionar el Festival Internacional de Dixieland de Tarragona (único festival dixieland que se celebra en España y al que me referiré en el capítulo dedicado a los festivales), me parece obligado escribir (y lo hago con mucho gusto) de la banda dixie que posiblemente haya tenido una más larga presencia en los escenarios de jazz españoles, Canal Street Jazz Band.
La Canal -como se la conoce- se creó en el año 1967 y cuarenta y tres años después aún sigue actuando en clubs, conciertos y fiestas privadas. Impresionante su trayectoria.
Empezó siendo un grupo de músicos que, liderados por el saxofonista Robert Borde, tocaba en conciertos en colegios universitarios y en algún club, como el Bourbon Street de la calle Diego de León en Madrid. Puede que sea ese el motivo por el que se les conociera como Bourbon Street Jazz Band, aunque no estoy muy seguro de que fuera ese su nombre. Quizá este dato pueda confirmarlo Juan José González, verdadero erudito y experto en jazz, que por aquel entonces estaba en el CMU Nebrija y fuera posiblemente él quien los contratara. En uno de esos conciertos compartieron escenario con una banda de jazz del ejército norteamericano y fue allí donde conocieron al trombonista Jim Kashishian, que unas semanas más tarde se unió a ellos, adoptando la banda ya el nombre definitivo de Canal Street Jazz Band.
El grupo lo forman actualmente cinco músicos. Jim Kashisian (trombón y único miembro no español, nacido en California), Pepe Núñez (trompeta), Antonio Domínguez (bajo), Fernando Sobrino (piano) y Antonio Calero (batería). Han grabado cuatro CDs.
Aunque a Jim le gusta definir el estilo de la banda como New York o Chicago más que como New Orleans, lo cierto es que en España todo el mundo la identifica con este último y así la suelen anunciar en los locales en que actúa. Fueron célebres sus martes en el Whisky Jazz Club durante muchos años, también los sábados en un periodo de los años 80 en el Arenal Jazz Club, y ahora se les puede ver y escuchar en varios de los clubs de jazz, principalmente en el Populart de Madrid, donde tocan varios días todos los meses. Recuerdo una actuación suya, hace ya algunos años, en la Sala Clamores, de Madrid, (últimamente no suelen tocar allí) en la que el público aplaudió durante largo tiempo su versión (creo que esa vez ampliada) del chotis “Madrid”. Pepe Núñez se luce en este tema con su trompeta. Tanto es así, que cuando en alguna ocasión ha faltado Pepe y han tenido que sustituirle, no incluyen este tema en sus conciertos. Lo que sí os garantizo es que si os gusta el tradicional disfrutaréis con ellos. Como ha dicho el propio Jim, quizá haciendo suyas palabras de Duke Ellington, “cuando alguien me dice que no entiende esta música yo le contesto: no tienes que entenderla, lo único que tienes que hacer es disfrutarla. Sólo yo tengo que entenderla”.
La Canal fue contratada para tocar el 22 de mayo de 2004 en el escenario que se instaló en la Plaza del Callao de Madrid con motivo de la boda del Príncipe Felipe y Doña Letizia. Es curioso que esto no deje de ser una vuelta a los orígenes del jazz en New Orleans, cuando las bandas tocaban en las calles con motivo de alguna boda, aunque en este caso se tratara de una Boda Real. He aquí una foto de este acontecimiento (por cortesía de Canal Street Jazz Band).
No me queda sino agradecer a este quinteto los buenos momentos que nos han hecho pasar y desear que nos sigan deleitando con su jazz tradicional.
28/11/2010
WHISKY JAZZ CLUB. Añoranza de un clásico
Aunque en mi primer artículo hablaba de “... reflejar la situación actual del Jazz ...” no me resisto a escribir algunas líneas sobre un local ya desaparecido, pero que durante bastantes años fue uno de los más representativos de esta música en España. Me refiero al Whisky Jazz Club.
A ningún aficionado español al jazz le cabe la menor duda de que el Whisky Jazz Club, en Madrid, fue uno de los locales pioneros de esta música en España, junto con otros de Bilbao, San Sebastian y Barcelona de los que hablaré en otra ocasión (alguno aún permanece tras más de 50 años de actividad). En más de una publicación o artículo he leído que el Whisky Jazz “surgió una noche de invierno de 1.963”, dato que no es cierto. Al menos tres años antes, en 1.960, ya tenía sus puertas abiertas el Whisky Jazz en el número 10 de la calle del Marqués de Villamagna, como lo demuestra la Guía del espectador publicada en el diario ABC el 23 de abril de 1.960 (consultable en la hemeroteca de ABC), del que reproduzco un fragmento.
Aún reconociendo que en los años 30 hubo algún acercamiento al jazz (conciertos y publicaciones), principalmente en Madrid y Barcelona, realmente el Jazz en España comenzó a tener una cierta difusión al final de los años 50, con las bandas norteamericanas que tocaban en la bases militares construidas a raíz de los acuerdos firmados entre el gobierno español y el de Estados Unidos en 1953 y que hizo que más tarde se recogiera esta música en algunos ambientes universitarios, como fue el caso del Colegio Mayor Nebrija en Madrid, gracias al entusiasmo e iniciativa de aficionados como Juan José González. Al margen de estos hechos, quizá uno de los primeros locales de Madrid fue el Whisky Jean de la calle Claudio Coello, propiedad de Jean Pierre Bourbon y que más tarde trasladó a la calle Marqués de Villamagna, cambiándole el nombre por el de Whisky Jazz Club.
Por aquellos años no frecuentaba yo aún estos locales (no hubiera estado bien visto ni me hubieran permitido la entrada), ni siquiera llegué a estar nunca en el de Marqués de Villamagna, aunque sí lo ubico y lo recuerdo. El Whisky Jazz se trasladó a su sede definitiva en la calle Diego de León nº 7 en el año 1971, al local que ocupaba hasta entonces el Bourbon Street, del mismo propietario. Tras un cierre temporal y nueva apertura, sus dueños (ya eran varios los socios) clausuraron definitivamente el local en la primavera de 1995, después de la crisis económica del 93 y de un incendio del que no se recuperó.
Lo que nadie duda es que el Whisky Jazz fue “el templo del Jazz” en Madrid en el periodo que va desde 1960 hasta 1990. En él he pasado numerosas veladas en la década de los 70, eso sí, envuelto en vapores de alcohol y humo, mucho humo. No creo que ahora mis ojos, mucho más delicados que antaño, pudieran resistir esas sesiones.
En el Whisky Jazz vi varias veces a nuestro saxofonista más internacional, Pedro Iturralde, a Donna Hightower, Lou Bennett, Jayme Marques (con su Bossa Nova – Jazz, que a mí personalmente no me atraía demasiado) y por supuesto los martes a Canal Street Jazz Band con su estilo dixieland puro. Pero creo que la Canal, por su trayectoria en España, se merece un artículo exclusivo.
Algún reportaje de TVE se grabó en el Whisky Jazz. Recuerdo uno, titulado “Locos por el jazz”, que se emitió el 13 de mayo de 1984 en el programa “El dominical”, de la segunda cadena de TVE.
Y para terminar y enlazarlo con la situación actual del Jazz en Madrid, podríamos haber visto una prolongación del Whisky Jazz en un local actual, Segundo Jazz, abierto en 1988 en la calle Comandante Zorita de Madrid. Al fin y al cabo su propietario (hoy son sus hijos quienes lo regentan) fue socio del primero de ellos. Y así fue al principio, un club de jazz, pero después de retirarse su fundador, Segundo López, se ha ido abriendo a otros estilos que han relegado al jazz a un segundo plano en este club.
Sobre los locales más en boga en el panorama jazzístico actual hablaré en otro momento. Hay algunos verdaderamente atractivos.
Empiezo aquí una serie de pequeños textos con la intención de reflejar la situación actual del Jazz, principalmente en España, aunque también haré esporádicamente alguna incursión en otros países.
No se trata de escribir sobre la historia del Jazz y sus grandes intérpretes, muchos de ellos ya desaparecidos. Acerca de los orígenes del Jazz y de sus “grandes” ya hay mucha literatura y no creo que yo –un simple aficionado (y enamorado) de esta música– pueda aportar alguna novedad y en todo caso no haría otra cosa que repetir lo que tantos otros han dicho o escrito.
Locales, intérpretes y estilos, todos ellos actuales o de los últimos años, pasarán por este blog, con la pretensión de compartir con sus lectores mi entusiasmo por el Jazz.
Y para empezar, nada mejor que recordar uno de los locales más emblemáticos de Madrid. El Johnny, como todos los aficionados conocemos al CMU San Juan Evangelista. ¡Qué historia tiene! Y espero que siga teniendo, pese a que este año ha estado a punto de desaparecer. En su auditorio no sólo (perdón, estoy acostumbrado a escribirlo con tilde) se ha escuchado jazz, sino también música clásica, flamenco, folk (allí pudimos ver y escuchar a nuestro querido J.A. Labordeta), etc. El Club de Música y Jazz de San Juan Evangelista comenzó su andadura en el año 1970 y por él han pasado músicos de la talla de LOU BENNETT, TETE MONTOLIU, VLADY BAS, JUAN CARLOS CALDERON, PEDRO ITURRALDE, COUNT BASIE ORCHESTRA, STEPHANE GRAPPELI, CHET BAKER, FREDDIE HUBBARD, ORNETTE COLEMAN, ART BLAKEY, CHICK COREA, DIANA KRALL, ENRICO RAVA … (hablemos algo de este último).
Enrico Rava es uno de los músicos italianos de jazz más importantes. Nacido en Trieste en 1939, ¡qué gran trompetista! Al poco de empezar entró a formar parte del grupo de Gato Barbieri cuando éste residía en Roma. Admirador de Miles Davis y Chet Baker y con una influencia clara del estilo de ambos, ha actuado en los principales festivales de Jazz (Montreal, San Francisco, Chicago, New York, Buenos Aires, Perugia, Berlin, Paris, Tokyo, etc.) y ha residido varios años en Buenos Aires y New York, además de en Italia. Vi a Rava, con su quinteto, en el Johnny en noviembre de 2007, pocos meses después de publicar su disco "The Words and The Days", en una mini-gira que le llevó también al festival de Girona. Magistral Rava en todo el concierto, y magnífico también algún solo de trombón con el que se lució Gianluca Petrella. El resto de componentes del quinteto aquella noche fueron Andrea Pozza (piano) Rosario Bonaccorso (contrabajo) y Roberto Gatto (batería). En junio de 2008 tocó con su quinteto en el Auditorio “Martín Codax” de Vigo y creo que ha sido la última vez que estuvo (o al menos que actuó) en España. Posteriormente Rava ha publicado otros dos discos: “The Third Man”, con el pianista Stefano Bollani, y “New York Days”. Si tenéis ocasión, no dejéis de ir a verle.