En memoria de Arsenio Lope Huerta

El pasado día 2 de enero, Arsenio Lope Huerta - Curro para sus allegados- falleció en Alcalá de Henares a la edad de 77 años. Para aquellos que tuvimos el privilegio de contarnos entre sus amigos ha supuesto un muy duro impacto emocional. Conocí a Curro cuando siendo niños fuimos juntos desde Alcalá, donde también residía mi familia, a unas colonias de verano en Quintana del Puente, en la provincia de Palencia. Desde entonces compartí con él un afecto y cariño que, a pesar de los avatares de la vida y del paso de los años, nunca cesaron de renovarse.

Además de haber mantenido con él una muy entrañable relación personal nacida en la infancia, se dio la feliz circunstancia de que nuestras respectivas trayectorias profesionales acabarían por cruzarse en diversos momentos, lo cual contribuyó asimismo a estrechar el lazo de nuestra amistad. Yo había comenzado a trabajar en la entonces Escuela Nacional de Administración Pública, con sede en la antigua Universidad de Alcalá de Henares, donde permanecí hasta 1989, y Curro residía en la misma Alcalá de Henares, ciudad de la que fue alcalde entre los años 1983 y 1987 y entre cuyo ayuntamiento y el ya denominado Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) se mantenían cordiales relaciones institucionales de colaboración, especialmente en el ámbito de la cooperación con los países iberoamericanos, que continúan en la actualidad.

Puede decirse que dicha cooperación se consolidó con un episodio que recuerdo con especial cariño: la participación de Curro, en noviembre de 1984, en el solemne acto de inauguración del Congreso Constituyente de la Federación Internacional de Antiguos Alumnos Iberoamericanos del INAP de España (FIAAIINAPE) junto, entre otras autoridades, al entonces ministro de la Presidencia del Gobierno, Javier Moscoso.

Todos los que conocimos a Curro sabíamos de su inmensa devoción por su ciudad natal, Alcalá de Henares, a la que no dejó de honrar y servir en ningún momento de su vida. Es de resaltar de manera especial que siendo su alcalde fue destacado impulsor de la ambiciosa campaña denominada “Recuperar Alcalá”, dirigida a la restauración y puesta en valor del rico patrimonio monumental de la ciudad, víctima durante años de un doloroso abandono. Se iniciaba así un largo proceso en el que los perseverantes trabajos de “Recuperar Alcalá”, continuados por los sucesivos equipos responsables de la universidad y del ayuntamiento, culminaron en la declaración por la UNESCO de Alcalá de Henares como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, evento que tuvo lugar en Kioto, Japón, el 2 de diciembre de 1998. En estos duros momentos en los que nos vemos obligados a despedirlo, resulta por lo tanto de justicia resaltar la contribución decisiva de Curro en el logro de este reconocimiento internacional de incalculable valor.

El testimonio del amor de Curro hacia Alcalá de Henares queda de sobra acreditado con los hechos recién mencionados, pero a ellos hay que añadir además otras no menos preciosas contribuciones, estas de orden intelectual, pues mi querido amigo no solo destacó como un excepcional gestor y actor de la vida pública, sino que poseía una amplísima formación cultural que le llevó a publicar numerosos artículos y una veintena de libros sobre su ciudad que fueron

fruto de una intensa labor de investigación histórica que compaginó a lo largo de su vida con el resto de sus responsabilidades. De entre su vastísima producción, cabe destacar libros como “Leyendas y refranes complutenses”, “Los Cervantes de Alcalá”, “El último hijo de Juana la Loca”, “Río Henares abajo”, “El juego en tiempos del Quijote” o “Cisneros. La gloria del trono”. Asimismo, merece ser subrayado el jugosísimo recopilatorio de artículos, “Otras historias de Alcalá”, que durante muchos años publicó en Diario de Alcalá.

Cuando Curro dejó la alcaldía de su ciudad en 1987, ejerció distintas responsabilidades políticas. Así, fue director general de Cooperación Cultural del Ministerio de Cultura (1987), gobernador civil de León (1988), delegado del Gobierno en Castilla y León (1990-1993) o delegado del Gobierno en Madrid (1993-1994). Ya de regreso a su ciudad, fue presidente de la Sociedad de Condueños y director general de la Fundación de la Universidad de Alcalá. Del mismo modo, participó en diversos congresos como ponente y moderador y pronunció numerosas conferencias.

En lo que respecta a nuestra Asociación Española de Antiguos Alumnos del INAP (AEINAPE), siempre demostró su incondicional apoyo en la organización de los seminarios que desde 2010, y con carácter bianual, hemos venido celebrando junto con nuestros queridos antiguos alumnos iberoamericanos del INAP, integrados en la referida FIAAIINAPE. Como es sabido, hasta ahora hemos podido contar con la sede que el INAP mantiene en Alcalá y con la decidida colaboración tanto de la Universidad de Alcalá como de su Ayuntamiento. Me viene a la memoria de manera especial la decisiva e imprescindible participación de Curro en el diseño y desarrollo del contenido académico del seminario que organizamos bajo el título “Cervantes, Iberoamérica y la Administración Pública”, celebrado del 10 al 14 de octubre de 2016, y que fue incluido en el programa oficial del IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes.

Por todo lo anterior, la FIAAIINAPE le declaró miembro honorario en el año 2012 y nuestra Asociación Española le nombró socio de honor en 2016. Estas distinciones se deben sumar a muchas otras que le fueron concedidas a lo largo de su trayectoria por parte de diversas instituciones en reconocimiento de su admirable labor política, social y cultural. Por el valor sentimental que encerró para Curro, cabe destacar entre todas ellas la medalla de oro de la ciudad de Alcalá de Henares, que le fue otorgada hace menos de un año, en febrero de 2020.

Su carácter amigable, su extraordinaria bonhomía y su espíritu siempre positivo explican lo que tantas veces se ha dicho de Curro: para cualquiera que le tratase era imposible no apreciarle y quererle al mismo tiempo. Por eso su pérdida, que se une al también muy reciente fallecimiento de su esposa, Pilar Revilla, ha producido un inmenso e inconsolable sentimiento de dolor para todos sus amigos y familiares. Desde la Asociación Española de Antiguos Alumnosdel INAP, queremos sumarnos a este sentimiento que sin duda compartirán también los antiguos alumnos iberoamericanos del INAP que le conocieron.

 

Descansa en paz, querido Curro.

Benito Ramos Ramos, Expresidente de AEINAP