El que el Gobierno se niegue a subir las pensiones, no sólo es una injusticia, sino también un grave error económico.

El que el Gobierno no quiera subir las pensiones con argumentos tan peregrinos como que no hay dinero en los presupuestos, cuando todo el mundo sabe que esos presupuestos están formados por unos ingresos recaudados a través de los impuestos, las tasa, las cotizaciones a la Seguridad Social, etc, etc, y unos gastos, entre los que se encuentran las pensiones, que el Gobierno realiza en función de sus prioridades y, en este caso, debe de considerar, por ejemplo, que es más prioritario incrementar el dinero que graciosamente se les da a los vascos a través del cupo, recatar a las autopistas en quiebra, o incrementar el gasto militar para satisfacer a Donal Trump, que elevar las pensiones el índice del coste de la vida.

Pero el que no se suban las pensiones no es solo una injusticia manifiesta, sino que es también un grave error económico, porque es evidente que, dado los índices de inflación actuales, cualquier subida de las pensiones va directamente al consumo no inflacionario, ya que la mayoría de los pensionistas necesitan ese dinero para vivir y en muchos caso, para sobrevivir. Con lo que cualquier subida de las pensiones aumenta la demanda interna y con ello el empleo en el país, porque los pensionistas se gastan su dinero España y no en el extranjero como hacen las multinacionales, que por eso se llaman así.

Pero si es evidente que la subida de las pensiones incrementa la demanda interna y con ello el empleo, no es menos cierto que, en la situación actual, la subida de los sueldos de miseria que cobran muchos trabajadores también incrementaría la demanda interna y el empleo, con lo que es difícil de entender que los pequeños empresarios y los autónomos no se unan a la petición de la subida de las pensiones y los salarios, porque aumentaría la demanda interna en el país, mejorarían sus beneficios empresariales y aumentaría el empleo.