Domingo 26 de Febrero de 2012 09:48

77. La minería de Potosí: monedas de 2 reales

por Ernesto Gutiérrez Guinea
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77.LA MINERIA DE POTOSÍ: SUS MONEDAS DE 2 REALES

A lo largo de la segunda mitad del siglo XVI la incipiente extracción de plata mejicana se verá detenida por la masiva explotación de las minas excavadas en el famoso Cerro de la Plata de la ciudad de Potosí en el Perú. La denominación de Perú en el siglo XVI se aplicaba a toda la América del Sur, mientras que actualmente ha quedado restringida al territorio situado entre Ecuador y Chile que lleva este mismo nombre, mientras que la ciudad de Potosí, tras la independencia, quedó situada dentro de Bolivia; Potosí quedó en el lenguaje castellano como sinónimo de riqueza, siendo corriente la expresión de “vale un Potosí” aplicada a productos de gran valor.
Es precisamente el descubrimiento de este yacimiento lo que va a significar el punto de inflexión entre el papel preponderante de la minería de la plata sobre la del oro. A efectos de hacernos una idea de lo que hay detrás de las monedas producidas con la plata de Potosí resulta útil comentar las condiciones en las que se verificaba la extracción del mineral, sus métodos de refino, procedimientos de acuñación y puesta en el mercado de la plata refinada a cambio de la entrega de plata amonedada. La obra clásica en este aspecto es la publicada por Luis Capoche en 1585 “Relación general de la Villa Imperial de Potosí”. Este autor desde su condición de propietario de máquinas de trituración de mineral movidas por molino de agua, se encontraba en una situación ideal para describir desde el punto de vista tanto tecnológico como social, el funcionamiento de la minería en esta ciudad.
Las condiciones físicas en las que se encontraba Potosí, a 4.000 metros de altitud, en una meseta desprovista de vegetación y completamente inhábil para el uso agrícola, hace difícil sospechar que pudiera desplazar la explotación de las minas de plata alemanas y austriacas situadas en el corazón de Europa con una población relativamente numerosa para la época y con una facilidad de transporte a través de vías de comunicación practicables. Es la extraordinaria riqueza en plata de los filones peruanos la que llegó a proporcionar una cantidad de metal fino por tonelada de material extraído con la que no podían llegar a competir las minas centroeuropeas, sin que sea achacable exclusivamente, como aseguran muchos autores europeos y americanos, esta mayor productividad a la utilización de mano de obra india forzada, ya que las condiciones en las que se desarrollaba la extracción y comercialización de la plata tenían lugar en un mercado relativamente libre.
La primera fase de la explotación de las minas de Potosí podemos situarla en los 20 años centrales del siglo XVI. En estos años se explotan los filones mas ricos siguiendo el sistema de tratamiento del mineral mediante hornos avivados con fuelles, procedimiento tradicionalmente utilizado por los indios para el refino de la plata cuando la ganga era escasa. Estos procedimientos hacen crisis a partir de 1565 cuando los filones mas ricos quedan agotados. A partir de ahí el procedimiento generalizado para el refino de la plata es el de la amalgamación con el mercurio, primero de Almadén y después de Huancavelica cuya puesta en producción se realiza en la época del virrey Francisco de Toledo, a la par del sistema de mitas permite una mayor seguridad en el suministro de la mano de obra. De esta manera las cantidades de plata extraída vuelven a incrementarse pese a haber entrado en producción vetas de menor riqueza.
De acuerdo con la tradición unánimemente adoptada por todos los países europeos en la época medieval, el subsuelo se consideraba que pertenecía “per se” al rey por lo que cualquier producto obtenido a partir de él era de propiedad real. De esta manera, aunque la corona no realizaba directamente la explotación de las minas, normalmente se entregaba la extracción y refino a concesionarios que podían ser perpetuos o temporales. Es éste el sistema seguido en Potosí, para el cual no se realizaban grandes concesiones, sino que en función de la situación de los filones se tendía a conceder a una sola persona la explotación de una veta determinada hasta el momento de su agotamiento. En una primera fase, la del refino por hornos, las tareas de extracción y refino quedaron abiertas a libre trabajo de los indios a los que a pie de mina se les compraba el metal, pagando el producto en plata amonedada, habiendo previamente prestado al indio los utensilios necesarios para las tareas extractivas.
Este procedimiento dejó de ser viable a partir del momento de la segunda fase de producción, la del virrey Toledo, cuando entra en funcionamiento el sistema de la “mita” o trabajo forzado. No debemos pensar que este trabajo reunía características similares al uso de mano de obra esclava. La mita tenía un carácter no individual sino colectivo. Así, a la población india de un asentamiento determinado se le asignaba una cantidad de dinero que había de satisfacer de impuesto; como no existía esta posibilidad para la población, ésta quedaba obligada a la entrega de un número determinado de indios para trabajar en la mina durante un tiempo determinado. Aunque los indios no solían someterse de buen grado a este procedimiento de requisa inicialmente, sin embargo la escasa diferencia de la retribución de los “mitayos”, 3,5 reales diarios, que era algo inferior a los 4 reales que cobraba el personal libre, hacia que, superados temores iniciales, no faltaron personas dispuestas a trabajar en la minería a través de la mita. Normalmente los indios miteros quedaban asociados en alguna manera a una explotación determinada, en tal forma que cuando cambiaba de titular la concesión, no solo el filón sino los indios a él asociados, pasaban a depender del nuevo adjudicatario.
En estas condiciones, aunque retribuido, el trabajo en la mina era duro, con unas ocho horas de permanencia del trabajador en la mina cada día, debiendo transportar cada porteador unos 25 kilos de mineral en saco desde el lugar de extracción hasta la boca de la mina. Otra característica que dificultaba el trabajo en Potosí eran los 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, lo que frecuentemente exigía que los indios mascaran hojas de coca para poder hacer soportable el trabajo. El salario, aunque pueda parecernos alto, no lo era tanto si tenemos en cuenta que la manutención del extractor y de su familia había de ser satisfecha con cargo a esta retribución, a diferencia del trabajo esclavo que nunca pudo utilizarse en Potosí como consecuencia de la imposibilidad de adaptación de la población africana a las condiciones climáticas y de altura.
Es en estas condiciones en las que en la ciudad se desarrolló un verdadero mercado libre de la plata en la cual los lingotes ensayados y quintados, con la deducción del 20% de su valor que correspondía al rey, se negociaban libremente siendo adquiridos a cambio de moneda corriente de plata. En estas condiciones la ciudad de Potosí en la que no se desarrolló una verdadera aristocracia, creció enormemente pasando de los 50.000 habitantes de la mitad del siglo XVI a 125.000 a final de siglo y 175.000 en los primeros años del siguiente siglo. Así el nivel de precios en Potosí era extraordinariamente elevado así como el gasto suntuario que podía permitirse tanto el Cabildo como una parte significativa de la población.
Aunque la mayor parte de la plata de Potosí se acuñaba en forma de “Pesos” o monedas de ocho reales, la proporción de piezas de 4, 2, 1 y medio reales no era en absoluto despreciable. En esta entrada mostraremos cinco piezas de 2 Reales acuñadas con la plata potosina, tres de ellos acuñados en esta misma ciudad y los otros dos acuñados en Lima con plata previamente transportada desde Potosí. Al ser utilizadas estas monedas localmente para la realización de pequeños pagos su circulación entre particulares fue mucho mas extensa que la de las piezas de 8 o 4 Reales, por lo que su conservación en general es mas baja. También el hecho de su menor módulo hace que la visibilidad de la fecha o fechas sea menor. Así, las piezas de Potosí de escudo coronado (anteriores a 1652), de 2 Reales prácticamente nunca permiten la identificación completa de su fecha, que comienza a ser acuñada a partir de 1617, por lo que el precio de los ejemplares fechados es extraordinariamente alto.
Las 5 piezas que ahora publicamos son todas ellas posteriores a 1651, por lo que todas ellas presentan en su reverso las columnas de Hércules atravesadas por la leyenda Plvs Vltra sobre mar con ondas en el centro cóncavas en el caso de Potosí y convexas en el caso de Lima, mientras que en el reverso aparecen leones y castillos entre los brazos de Cruz de Jerusalén. Estas piezas han experimentado en los últimos años, en altas conservaciones y con 2 ó 3 fechas un incremento de precio mas importante que las piezas de 8 Reales, como ponen de manifiesto las últimas ediciones de CAYON y CALICÓDS. De esta manera a efectos de fijar valores para piezas tipo podríamos decir que las dos variables que influyen fundamentalmente en su precio son el grado de conservación, la presencia de una, dos o tres fechas y su Ceca, sea ésta de Lima o Potosí. Otras características como el rey bajo el que fueron acuñadas y el año concreto de emisión, no tienen influencia decisiva en el precio ya que las cantidades emitidas, en este tipo de denominación fueron sensiblemente semejantes cada año desde 1552 a 1773, y aunque la tirada aumenta ligeramente en las correspondientes al reinado de los Borbones, la dificultad de visualización de fechas adicionales aumenta con la disminución del modulo y aumento de grosor de los ejemplares mas recientes. Claro está que las piezas redondas, acuñadas por procedimientos especialmente cuidados sobre cospeles de gran tamaño, tienen un precio extraordinariamente superior al de los ejemplares macuquinos. Estos ejemplares redondos o “reales” son mas escasos que los redondos de 8 Reales, aunque no tanto como los de 4 Reales. En todo caso su rareza es muy grande, notablemente superior en el caso de Lima sobre los de Potosí pudiendo llegar a ser tres veces superior.
En cuanto a los ejemplares normales podemos estimar un precio de 100€ para los ejemplares de Lima con dos fechas en conservación F, 70€ con una fecha y 130€ con tres fechas, presentando también ligeras diferencias en función de la visibilidad de las tres marcas de Ceca o las tres marcas Ensayador. En cuanto a los ejemplares de Potosí estimamos un precio de 70€ con dos fechas en grado F, 50€ con una fecha y 100€ con tres fechas en este mismo grado. Las altas cotizaciones de los ejemplares mejor acuñados en buenas conservaciones se produce en los catálogos españoles fundamentalmente a partir de la subasta de la importante colección de Reales de a 2 realizada por AUREO en abril de 2003 en la que pese a los altos precios de salida la mayor parte de los ejemplares de este tipo alzas importantes.
En la FIGURA 77.1 y en la FIGURA 77.5 tenemos representados 2 Reales de Lima acuñados a nombre de Carlos II en 1693 con el Ensayador V. En las primeras ediciones de CALICÓ esta pieza se mantuvo en un rango de precios semejante oscilando entre 5.000 y 7.000 P. Es en la edición de 2008 publicada después de la mencionada subasta cuando para recoger la realidad del mercado esta pieza (recordemos que en grado VF) experimentó un notable incremento, llegando a 150€. Aparentemente los valores asignados por las sucesivas ediciones de CAYON para esta pieza son inferiores aunque no lo resultan tanto si consideramos que las conservaciones a las que se refiere CAYON,  en nuestra opinión, son inferiores a las que se refiere CALICÓ.
Por otra parte los precios de KRAUSE 2002 nos parecen exagerados si tenemos en cuenta los grados de conservación en que se explicita cada precio: 60$ en G, 90$ en VG, 150$ en F y 250$ en VF, salvo que nos estemos refiriendo a ejemplares con un número de datos de identificación fuera de lo común. En la subasta a la que venimos refiriéndonos de 2003 no se publicitó de esta misma fecha pero a efectos comparativos puede resultar de utilidad que un ejemplar de 1697 en VF con dos fechas visibles pasó de un precio de salida de 150€ a ser adjudicada en 220€ sin gastos de adjudicación.

                                                    

FIGURA 77.1

El ejemplar fotografiado en la FIGURA 77.1 presenta buen reverso aunque en el reverso los castillos y leones no retienen detalle alguno en su interior  lo que nos lleva a un grado F-. En cuanto a fechas son visibles muy significativamente la central del anverso y la de la parte inferior de la del reverso aunque en forma menos acusada. Esto nos lleva un precio de mercado de 75€, tomando como valor base de la pieza en F de 100€ y asumiendo para los incrementos de grado una duplicación de valor, idéntica a la que hemos venido teniendo en cuenta para las piezas de 4 Reales. La pieza de la FIGURA 77.5 tiene una conservación algo superior por lo que la consideraríamos en grado F al ser visible detalles interiores de el castillo y el león de los dos cuarteles superiores del reverso. No obstante la presencia de una única fecha y sobre todo de oquedades producidas por la acción de agua marina o ácido corrosivo reducen su valor a la quinta parte quedándonos con un precio de mercado de 20€.

                                                      

FIGURA 77.2

La FIGURA 77.2 representa un 2 Reales de Felipe IV acuñado en Potosí en 1660 con el Ensayador Ergueta (E). De la evolución del precio de ejemplares de esta misma fecha nos puede dar idea el precio de salida de uno de ellos en la subasta de BOLSA CULTURAL NUMISMÁTICA en mayo de 1967 que fue de 1.500P  y la de otro ejemplar de 1660 con dos fechas en VF que en la subasta de AUREO mencionada pasó de 150€ a 180€. Claro que como sabemos esto no debe darnos una impresión equivocada de gran revalorización de este tipo de piezas, ya que la inflación en España entre ambas fechas supuso aproximadamente la multiplicación por 20 del índice de coste de vida. En todo caso las consideraciones que hicimos sobre los 4 Reales en cuanto a la estabilización de su precio en moneda corriente desde 1965 a 2000, podemos afirmar que son también ajustadas a la evolución del precio de este tipo de piezas de 2 Reales que solo han sufrido una revalorización importante a partir de 2000 compensando su pérdida de valor en términos reales en el período de 1965 a 2000.
La presente pieza tiene un desgaste generalizado extendida a toda ella con omisión de detalles del interior de  castillos y leones, no solo debido a fallos de acuñación (los dos superiores) sino también a circulación (los dos inferiores), lo que corresponde a un grado F. Esta fecha en concreto presenta un valor anormalmente bajo en KRAUSE 2002 que aunque creemos se ajusta mas a la realidad de mercado no se corresponde con las valoraciones de KRAUSE para otras piezas  de 2 Reales, oscilando desde los 12$ en G a los 120$ en VF.
La pieza tiene dos fechas claramente visibles, aunque una buena parte de las siglas de Ensayador y marcas de Ceca no lo son tanto, por lo que de un valor estimado de acuerdo con el criterio expuesto anteriormente de 70€ pasaríamos a un valor de mercado de 60€.

                                                   

FIGURA 77.3

La FIGURA 77.3 muestra un 2 Reales acuñado por Carlos II en Potosí en el año 1669 con el Ensayador Ergueta (E). Las consideraciones efectuadas sobre la valoración de las piezas anteriores en los autores referidos resultan igualmente válidas en este caso por lo que no nos referiremos a ellas. Unicamente señalaremos que en la subasta de AUREO de 2003, esta misma fecha, con un precio de salida de 150€ alcanzó 170€ tratándose de un ejemplar en extraordinaria conservación (XF).
La pieza mostrada solamente tiene una fecha, la del centro del anverso, y su superficie muestra que ha sido limpiada por método abrasivo. En estas condiciones el relieve superviviente le asigna una conservación VG+, solo en atención al reverso que mejora notablemente a la del anverso que solamente hubiera merecido un grado G. Ello nos determina un precio de mercado de 40€.

                                                    

FIGURA 77.4


Por último la FIGURA 77.4 representa un 2 Reales de Fernando VI acuñado en Potosí en 1759 con el Ensayador Q. En esta pieza se aprecia perfectamente el incremento de grosor y disminución de módulo de las piezas macuquinas de los Borbones a las que antes hemos aludido, así como el gastaje característico de ellas que suele ser superior al de las de la época de la Casa de Austria. Lógicamente el reducido tamaño del módulo hace imposible la visualización de mas de una sola fecha o la de cualquier carácter de las leyendas que circundan a anverso o reverso.

                                                     

FIGURA 77.5


La valoración de esta pieza, también puede seguirse a través VICENTI al tratarse ya de emisiones de los Borbones. Así de 600P en la de 1968 pasa a 1250P en la de 1978 por lo que no se aleja demasiado de las valoraciones que realizan CAYON y CALICÓ. En la subasta de AUREO mencionada no se publicitó ningún ejemplar con esta fecha, pero en general los precios de adjudicación de fechas similares fueron del orden de la mitad de los valores de las piezas precedentes, si bien en este caso las conservaciones medias eran del orden de F en lugar de VF. En nuestro caso los detalles supervivientes, excepto la fecha que es muy clara, no hacen que pueda asignársele a la pieza inferior a VG, lo que de acuerdo con los criterios expuestos determina un precio de mercado de 30€

77.THE POTOSÍ MINING: ITS 2 REALES COINS
Throughout the second half of the sixteenth century, the emerging Mexican silver mining was stopped because of the massive exploitation of mines dug into the famous Cerro de la Plata in the city of Potosí, in Peru. The title of Peru in the sixteenth century was applied to the whole of South America, while today it has been restricted to the territory between Ecuador and Chile, which has the same name, while the city of Potosí, after its independence, was located within of Bolivia. Potosí in the Castilian language was synonymous of wealth; it is still current expression "it values a Potosí" applied to products of great value.

It is precisely the discovery of this deposit which will mean the turning point between the roles of mining silver on gold. In order to get an idea of what lies behind the coins produced from the silver of Potosí is useful to discuss the conditions under which they verified mineral extraction, refining methods, coinage procedures and getting into the market of refined silver in exchange for the delivery of coined silver. The classic work in this regard is that published in 1585 by Luis Capoche, "General relationship of the Villa Imperial de Potosí". The author, from his ownership of mineral grinding machines driven by a water wheel, was in an ideal position to describe from the standpoint of both technological and social performance of mining in this city.
The physical conditions in which Potosí was, at 4,000 meters altitude, on a plateau devoid of vegetation and completely unfit for agricultural use make it difficult to suspect that it may shift the exploitation of silver mines in Germany and Austria located in the heart of Europe with a relatively large population at the time and ease of transport through the practicable channels of communication. It is the extraordinary wealth of Peruvian silver reefs which came to provide a quantity of precious metal per ton of mined material with which the Central Europe mines could not compete, without being attributable exclusively, as many European and American authors claimed, this greater productivity to the use of forced Indian manpower, because the conditions in which the mining and marketing of silver were developed took place in a relatively free market.
The first phase of the exploitation of the mines of Potosí can be place in the 20 middle years of the sixteenth century. In these years, the richest veins are exploited using mineral treatment system by means of bellows fanned ovens, a procedure traditionally used by Indians for the refining of silver when the bargain was scarce. These procedures make crisis from 1565 when the richest veins are exhausted. From there, the generalized procedure for the refining of silver is the amalgamation with mercury, first in Almaden and Huancavelica whose implementation in production takes place at the time of the Viceroy Francisco de Toledo, at the same time as the system of mitas that enables an increased security in the supply of manpower. In this way, the amount of silver mined rose again, despite having entered into the veins of lower wealth production.
In accordance with the tradition unanimously adopted by all European countries in the Middle Ages, the subsoil is considered as belonging "per se" to the king so any product obtained from it was royal property. Thus, although the crown was not making directly the exploitation of mines, the extraction and refining were normally given to dealers who could be perpetual or temporary. This is the system followed in Potosí, for which no major concessions were made, but depending on the status of the reefs they tended to give a particular vein for a single person to operate in it until its exhaustion. In the first phase of refining in furnaces, extraction and refining, the works were opened for the free labor of the Indians who at the foot of the mine sell the metal, the product being paid with minted in silver, previously having lend to the Indian the utensils needed for mining tasks.
This procedure ceased to be viable from the time of the second phase of production, that of the Viceroy of Toledo, when the system comes into operation the "mita" or forced labour. We should not think that this work met with similar characteristics to the use of slave labour. The mita had a non-individual but collective sense. Thus, the Indian population of a particular settlement was allocated an amount of money that was to meet in tax, as there was not this possibility for that population it was obliged to deliver a certain number of Indians to work in the mine during a certain time. Although initially the Indians did not usually willingly submit to this requisition procedure, however the slight difference in pay of the mita, 3.5 reales a day, which was a little less than the 4 reales the free staff earned for that, after initial fears, there were still people willing to work in mining through the mita. Normally, Indians working through mitas were in some way associated to a particular holding, in a way that when the concession holder changed not only the reef but the Indians associated with it, passed to depend on the new contractor.
Under these conditions, although paid, the work in the mine was hard, with about eight hours spent by the worker in the mine each day; each carrier must carry about 25 kilos of mineral on sack from the extraction site to the mouth of the mine. Another feature that made it difficult to work in Potosí were the 4,000 meters above sea level, what often required that the Indians chew coca leaves to make the job bearable. The salary, though it may seem high, it was not whether we consider that the maintenance of the fan and his family had to be satisfied under this fee, unlike the slave manpower that could never be used there because of the inability of the African population to adapt to Potosí climatic and altitude conditions.
It is in these conditions under which the city developed a truly free market of silver in which bullion assayed and fifth, with the deduction of 20% of its value corresponding to the king, were traded freely being acquired in exchange for silver currency. Under these conditions, the city of Potosí, which did not develop a true aristocracy, grew enormously from the 50,000 inhabitants of the mid-sixteenth century to 125,000 at the end of the century and 175,000 in the early years of the next century. Thus the price level in Potosí was extraordinarily high as well as the luxury spending that both the Cabildo as a significant part of the population could afford.
Although most of the Potosí silver was coined in "Pesos" or piece of 8 reales, the proportion of pieces of 4, 2, 1 and a half reales was not at all negligible. In this post, we will show five pieces of 2 reales minted in Potosí silver, three of them minted in this city and the other two minted in Lima in silver previously transported from Potosí. Given that these coins were used locally for making small payments its circulation between privates was much more extensive than that of the pieces of 8 or 4 reales, so their conservation is generally lower. Also, the fact of their smaller module makes the visibility of the date or dates lower. Thus, the pieces of Potosí with crowned shield (previous to 1652), of 2 reales almost never allow the complete identification of the date, which begins to be minted in 1617, so the price of dating copies is extraordinarily high.
The 5 pieces displayed are all posterior to 1651, so all of them have on the back the Pillars of Hercules crossed by the legend Plvs Vltra on a sea with waves in the centre in the case of Potosí concave and convex in the case of Lima, while on the back there are lions and castles in the arms of Cross of Jerusalem. These pieces in high conservations and with 2 or 3 dates have experienced in recent years a price increase than the most important pieces of 8 reales, as evidenced by the latest editions of Cayón and Calicó. Thus, in order to set values for such type of pieces, we could say that the two variables that fundamentally influence their price are the degree of conservation, the presence of one, two or three dates and the Mint, whether of Lima or Potosí. Other features like the king under which they were minted and the specific year of issue have no influence on the price as the amounts issued in this type of denominations was substantially similar each year from 1552 to 1773, and although the slight increase in issuing in the reign of the Bourbons, the difficulty in viewing additional dates increases with decreasing modules and increased thickness of the most recent copies. Of course, the round pieces, minted especially with careful procedures on large blanks are priced extremely superior than the copies of cobs. These round copies or "reales" are more scarce than the 8 reales round, although not as much as the 4 reales. In any case, its rarity is very high, significantly higher in the case of Lima than in Potosí, being able to be three times higher.
As for the normal copy, we can estimate a price of 100€ for copies of Lima with two dates and conservation F, 70€ with a date and 130€ with three dates, and also presenting slight differences depending on the visibility of the three Mintmarks and the three marks of the Assayer. As for copies of Potosí, we estimate a price of 70€ with two dates in degree F, 50€ with a date and 100€ with three dates in the same degree. The high prices of the best copies minted in good conservations are reproduced primarily in Spanish catalogues from the auction of the important collection of pieces of 2 by Aureo in April 2003, in which despite high starting prices, most of the copies of such type experimented significant increases.
In Figure 77.1 and Figure 77.5 we have represented 2 reales minted in Lima on behalf of Charles II in 1693 with the Assayer V. In the first editions of Calicó this piece remained at a similar price range between 5,000 and 7,000P. It is in the 2008 edition published after the mentioned auction when to pick up the reality of the market this piece (remember in degree VF) experienced a significant increase, reaching 150€. Apparently the values assigned by the successive editions of Cayón for this piece are lower, but they are not much when you consider the conservations Cayón referred to, in our opinion, are lower than those referred by Calicó.
On the other hand, Krause 2002 prices seem exaggerated if we consider the degree of conservation in each price is explicit: 60$ in G, 90$ in VG, 150$ in F and 250$ in VF, except that we are referring to copies with an identification number of data out of the ordinary. At the auction mentioned above of 2003 was not publicized of that date, but for comparative purposes it may be useful a copy of 1697 in VF with two dates visible which increased from a starting price of 150€ to be sold in 220€ before awarding costs.
The copy photographed in Figure 77.1 has a good back, but on the back the castles and lions do not hold any details in them what leads to an F- degree. As for dates they are very significantly visible the central one of the front and the one at the bottom of the back though less pronounced. This brings us a market price of 75€, on the base value of the piece in F of 100€ and assuming for the degree increments the double of the value, identical to the one we have been given for pieces of 4 reales. The piece of Figure 77.5 has a slightly higher conservation so the degree considered is F, being visible the interior details of the castle and the lion of the upper two quadrants of the back. Nevertheless, the presence of a single date and above all the cavities produced by the action of seawater or by corrosive acid reduce its value to one fifth leading to a market price of 20€.
Figure 77.2 represents a 2 reales of Philip IV coined in Potosí in 1660 with the Ergueta Assayer (E). About the evolution of the price of copies of this date we can convey the starting price of one at the auction Bolsa Cultural Numismatica in May 1967, 1.500P, and the one of another copy with two dates in VF of 1660 in the mentioned Aureo auction where it went from 150€ to 180€. Of course, we know this should not give us a wrong impression of great appreciation for these pieces, as inflation in Spain between the two dates was approximately multiplied by 20 the increase of the cost of living index. In any case, the considerations made about the 4 reales in terms of stabilizing its price in local currency from 1965 to 2000, we can affirm that they are also adjusted to the changing price of these pieces of 2 reales which have had only a significant appreciation from 2000 to offset its loss of value in real terms over the period 1965 to 2000.
This piece has general wear extended in all of it except for the details of the interior of castles and lions, not only due to failure of issue (both above), but also to circulation (both below), which corresponds to a degree F. This particular date has a value in Krause 2002 abnormally low that, although we believe best fits the reality, does not correspond to market valuations of Krause for other pieces of 2 reales, ranging from 12$ in G to 120$ in VF.
The piece has two dates clearly visible, although a good part of the acronym of the Assayer and Mint marks are not so good, so from a estimated value in accordance with the above criteria of 70€, its market value would be 60€.
Figure 77.3 shows a 2 reales coined by Charles II in Potosí in 1669 with the Assayer Ergueta (E). The considerations made about the valuation of the above pieces for the referred authors are equally valid in this case so we do not refer to them. We only sign that in the auction of Aureo 2003, this same date, with a starting price of 150€ reached 170€ reached in the case of a copy of extraordinary conservation (XF).
The piece shown only has one date, in the centre of the front and its surface shown that it has been cleaned with abrasive method. Under these conditions, the remained relief gives it a conservation of VG+, only according to the back that improves significantly the one of the front to have merited only a grade G. This determine a market price of 40€.
Finally, Figure 77.4 represents 2 reales of Ferdinand VI coined in Potosí in 1759 with the Assayer Q. In this piece, we can perfectly appreciate the increased thickness and decreased module of cobs pieces of the Bourbons to which we alluded earlier, as well as the characteristic wear of them that tends to be higher than in the time of the House of Habsburg. Obviously, the small size of the module makes impossible the visibility of more than a single date or any character from the legends that surround the front or back.
The valuation of this piece can be followed through Vicenti, being a issue of the Bourbons. So from the valuation of 600P in 1968 edition passed to 1250P in 1978, so it is not too far from the valuation made by Cayón and Calicó. In the mentioned Aureo auction was not advertised any issue with this date, but in general the sale prices of similar dates were about the half the values of the previous pieces, but in this case, the average conservations were in the order of F instead of VF. In our case, the surviving details, except for the date which is very clear, do not cause that it can be assigned to the piece a lower degree of VG, which according to the criteria determining a market price of 30€.

Ultima modificacion el Domingo 26 de Febrero de 2012 10:07
Ernesto Gutiérrez Guinea

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