Lunes 29 de Octubre de 2012 08:02

EL ASESINATO DE TÍA DOMICIA

por Justino García del Vello
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ANTECEDENTES

Durante su infancia y primera adolescencia, antes de ser adoptado por el emperador Claudio, el que luego fuera emperador Nerón tuvo por nombre Lucio Domicio Ahenobarbo. Su padre biológico, Gneo Domicio Ahenobarbo, era por parte de madre (Antonia la Mayor) nieto de Marco Antonio, sobrino nieto de Augusto y primo hermano del emperador Claudio. Gneo Domicio murió de edema cuando Nerón no había cumplido todavía los tres años de edad.

Gneo Domicio tenía dos hermanas: Domicia la Mayor (conocida como Domicia) y Domicia Lépida la Menor (o simplemente Lépida, que significa "Linda"). Estas dos tías de Nerón, mayormente Lépida, hubieron de cuidarle mientras su madre, Agripina la Menor, cumplía el destierro más que merecido que le impuso su hermano, el emperador Calígula.

Pues bien, este artículo se va a centrar en el fallecimiento de la tía Domicia ya que, de nuevo, el implacable acoso que sufrió la memoria de Nerón tras su muerte quiso, graciosamente, convertir un bello gesto de amor familiar en "otro de los monstruosos crímenes" que se atribuyeron al emperador citarista.

Este relato nos ha llegado a través de Suetonio y Dión Casio (1). La mayoría de los historiadores modernos lo omiten por el doble motivo de que la calumnia es muy evidente y de que nada aporta a la comprensión de la marcha del imperio.

LO QUE MUY POSIBLEMENTE OCURRIÓ

Era el año 59 de nuestra era. El césar Nerón fue a visitar a su querida y anciana tía Domicia porque se estaba muriendo a causa de una afección intestinal. Domicia recibió a su sobrino en la cama, pues no podía levantarse. Nerón intentó animarla diciéndole, delante de los presentes, que quería que asistiera a la ceremonia del corte de su primera barba, lo que era tradicional en la Roma de la época. Domicia le acarició la barba y le dijo cariñosamente: "Cuando haya visto caer esta barba, habré vivido suficiente." Tras esto, Nerón hizo llamar a los médicos, que ya habían desahuciado a Domicia, y les exhortó a que salieran de su pasividad y trataran de encontrar algún remedio. Los médicos decidieron probar a dar a la enferma una purga enérgica, con el fin de intentar a la desesperada que su vientre reaccionara. Nada se consiguió con ello y Domicia falleció poco después.

LO QUE NOS CUENTA SUETONIO (2)

... Añadió aún el asesinato de su tía, la cual estaba entonces enferma de una irritación de vientre; acudió a verla y con la familiaridad ordinaria de las personas de edad madura, le acarició la barba con la mano, y le dijo: "Cuando haya visto caer esta barba, habré vivido suficiente." Entonces, él dijo, como en broma, a los que estaban presentes que iba a hacérsela quitar en el acto, y ordenó a los médicos que administrasen a la enferma una purga violenta; apoderóse de sus bienes apenas expiró y, para no perder nada, mandó destruir su testamento.

LO QUE NOS CUENTA DIÓN CASIO (3)

… También envenenó a su tía Domicia, a quien igualmente manifestó reverenciarla como a una madre. No esperaría ni incluso unos días para que ella falleciera de una muerte natural por vejez, pues estaba impaciente por acabar con ella también. Su precipitación para hacer esto estaba motivada por las fincas que ella tenía en Baya y en la vecindad de Rávena, sobre las cuales puntualmente erigió magníficos gimnasios que prosperan todavía.

COMENTARIOS

Aparte de la ausencia de un móvil para tal asesinato (como emperador, Nerón disponía de recursos miles de veces superiores en valor a la herencia de la inofensiva y anciana Domicia), las contradicciones de Suetonio y de Dión son muy significativas.

Suetonio reconoce que Domicia estaba enferma de una irritación de vientre y que los médicos le administraron una purga violenta. Y, no obstante, califica el fallecimiento de asesinato, pese a que una purga es un medicamento que tiene como finalidad facilitar la evacuación el vientre y no la de causar la muerte del paciente.

Dión, por su parte, convierte graciosamente la purga en veneno, pues califica de "envenenamiento" la causa de la muerte de Domicia. Por otro lado, aunque no reconoce expresamente que Domicia estuviera enferma, sí admite la suma gravedad de su estado, puesto que afirma que solamente faltaban "unos días para que ella falleciera de una muerte natural por vejez".  Con ello pretende hacer creer que el simple hecho de adelantar unos días el cobro de una herencia (en cualquier caso irrelevante para el emperador) era suficiente motivo para que Nerón mandara envenenar a su anciana tía.    

NOTAS

(1) Posiblemente Suetonio y Dión Casio tomaron este infundio de la obra del historiador Fabio Rústico, hoy completamente perdida, de la que se sabe que fue muy agresiva con Nerón.

(2) "Vida de los doce césares", Nerón, cap. XXXIV.

(3) "Historia de Roma", epítome del libro LXII.

Ultima modificacion el Martes 16 de Abril de 2013 15:06
Justino García del Vello

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