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Todo el mundo sabe que hay un monstruo de la galletas, pero lo que no todo el mundo sabe es que también hay uno para las magdalenas: MI HERMANA. De pequeña era capaz de desayunar un número ingente de, nada más y nada menos, magdalenas "La Bella Easo" con una buena dosis de nutella. A simple vista puede parecer una combinación excesiva; a mí de hecho, antes de probarlo, me lo parecía, pero una vez que lo pruebas tienes que darle la razón al monstruo de las magdalenas y rendirte ante semejante dosis de colesterol.
Otro dato importante a resaltar es que al monstruo de las magdalenas no le gusta NADA cocinar. Para que os hagáis una idea, un día me pidió que le hiciese un bocadillo, yo contesté que no, a lo que ella repuso: pues no ceno. Vamos que lo de pelar fruta sí, pero más allá no se adentra en los "fogones". Tampoco suele ser muy entusiasta en eso de pedirme que haga recetas, con lo cual me extrañé cuando ayer me dijo unas 15 veces que tenía que hacer las famosas magdalenas de Xavier Barriga que ya me había enseñado otro día en el blog Uno de Dos. Cuando a las 7 de a tarde de ayer se puso a copiar la receta, porque la impresora, para variar, se nos rebeló, le toqué la frente, vi que no se trataba de un proceso febril, ¡decidí que no quedaba otra que darle por el gusto al monstruo de las magdalenas!
La receta es sencilla, suben bien, la costra de azúcar nos encantó y sobre todo SABEN A MAGDALENA!!!!! Esta última afirmación puede parecer una obviedad, pero yo hasta ayer no he conseguido ninguna receta de una magdalena que supiese a magdalena: o sabían a harina, o a muffin o a ... Ahora entiendo que el Xavier éste sea tan famoso...
El monstruo de las magdalenas quedó, por fin, satisfecha con la producción casera de su debilidad y probablemente, me las vuelva a pedir, lo cual es un gran mérito! Que conste que estamos hablando de una gran crítica culinaria: es capaz de distinguir ingredientes en un plato cual top chef. Escena típica en mi casa: mamá, hoy esto lo has hecho distinto, no? El problema es que cuando dice eso a la cocinera se le suele poner mala cara porque sabe que a la pregunta de: ¿te gusta más hoy o como siempre? el monstruo de las magdalenas contesta, en el 99.9999% de los casos: como siempre.
RECETA: aquí!
Tengo un pequeño problema: al igual que el creador/transcriptor de esta receta tengo la fea manía de bautizar al personal. Debe ser que como soy bastante cotorra y hablo hasta de gente que no conozco, de alguna forma habrá que identificar al personal, digo yo. Por eso le pongo mote A TODO. De hecho me animo, me animo, y acabo poniendo motes hasta a los conocidos. Y la verdad es que a veces más que un problema es una habilidad bastante útil si, como en mi caso, eres un poco mete patas y tienes el don de la oportunidad: hablando en clave, el que está detrás, que se enteraría de lo que estás contando si no utilizases un mote, no se entera de nada, y una puede vivir (y comentar) tranquilamente...
Todo esto viene por lo del nombre de estas galletas: en un montón de blogs he visto que las llaman "Korova Cookies" o "World Peace Cookies" porque se supone que si el personal se comiese una al día, (o más de una porque, como dice mi hermana, son viciosas, aunque como diría la madre de una amiga mía, la viciosa no es la galleta, eres tú) no habría guerras en el mundo. Yo no sé si llegar hasta tal extremo, y mira que exagerada también soy un rato. Lo que sí sé es que, a mí, que en general las galletas de chocolate con trozos de chocolate, virutas de chocolate y salsa de chocolate por encima me parecen un poco excesivas, éstas me han gustado mucho. Debe ser la sal que llevan y que le da a todo dulce un toque adictivo y que las ha parido Pierre Hermé, o sea, Dios, en esto de la pastelería. Así que una puede pensar que son la versión fina y afrancesada de las típicas cookies de chocolate americanas. Pero vamos, que hay que probarlas y habrá que hacerlas la próxima vez que haya junta de vecinos para repartirlas y ver si, efectivamente, doman a las fieras, aunque para llevarlas haya que asistir a la junta de vecinos y eso ya me va haciendo menos gracia....
RECETA: 36 galletas
175gr harina
30gr cacao en polvo
media cucharadita de bicarbonato
150gr mantequilla
120gr azúcar moreno
50gr azúcar
media cucharadita de sal maldon o un cuarto de cucharadita de sal fina
1 cucharadita de extracto de vainilla
150gr chocolate troceado (yo, como siempre, en trozos generosos)
1. Tamizar juntos el cacao, la harina y el bicarbonato.
2. Batir la mantequilla hasta que quede en punto de pomada. Añadir los azúcares, la sal y la vainilla y batir durante otros 2 minutos.
3. Añadir la harina y remover hasta que quede incorporada en la mezcla. No conviene batir mucho una vez se añade la harina. Añadir los trozos de chocolate.
4. Hacer rollos con la masa de unos 4cm de diámetro y refrigerar durante al menos 3 horas. Se pueden dejar en la nevera hasta 3 días y congelar hasta 2 meses. En caso de haberlos congelado, no hace falta descongelar los rollos, simplemente se cortan las rodajas y se hornean durante un minuto más.
5. Precalentar el horno a 160ºC.
6. Cortar rodajas de 1-1.5cm de grosor y colocar sobre la bandeja del horno.
7. Hornear durante 12 minutos. Extraer del horno pasado ese tiempo aunque la masa siga estando blanda.
Yo había pensado hacer financiers el domingo tranquilamente, sin las prisas que tuve el sábado, que es cuando acabé haciéndolos, así que mandé un mail a algunas amigas para ver si les apetecía merendar financiers el domingo, por eso de no repartirnos 16 bollitos de estos entre mi hermana y yo.
Esto fue antes de leer la receta, porque, madre mía, ¿cuántas claras de huevo llevan estos bichitos? Al final, como con las prisas no me daba tiempo a hacer nada con las yemas, decidí hacer menos cantidad, porque tirar 6 yemas de huevo como que me parte el alma...
A lo que iba: ya sabía yo que mis amigas no iban a tener ni idea de lo que era un financier, pero soltarles el rollito así tal cual me parecía un poco pedante, así que hice la propuesta como si de un grupo de gourmets se tratase.
Efectivamente, la contestación que esperaba no tardó en aparecer: ¿qué es eso de los financieros? Las aclaré que todavía no tenía la capacidad de hornear pibones dedicados a las finanzas, que solo eran unos bizcochitos de almendras, que no los había hecho nunca, así que no sabía si les iban a gustar. Como a falta de guaperas dedicados a las finanzas, el personal engulle casi cualquier cosa dulce que se le ponga delante, la aclaración fue muy bien recibida.
Por falta de tiempo, y porque me gustan, opté por hacer un grupo sustituyendo la almendra por avellana y otro grupo con la receta básica añadiendo un poco de praliné. Como no he encontrado ni en casa, ni en el chinito fiel de al lado de casa (la fiel soy yo, no el chino, pero en fin...), ni en El Corte Inglés un molde de financiers, he usado unos de corazón que me regaló una amiga y que también son monos.
Por cierto, la receta será de Jöel Robuchon, uno de los maestros de la cocina a nivel mundial, pero qué clase de instrucción es "bata en un bol durante 5 o 6 minutos el azúcar glas, la harina y la almendra en polvo"???? Si ya me molesta que en las recetas me pidan que tamice la harina, va el señor Robuchon y, ni corto ni perezoso, me dice que me tire 6 minutos batiendo harina, almendra y azúcar....Por supuesto con un meneíto me dí por satisfecha, pero claro, ellos los deben cobrar a millón porque debe haber un tío en la cocina que solo se dedica a batir harina, azúcar y almendra....
RECETA Las dos son para 6 financieros
Financiers Clásicos (Jöel Robuchon)
55gr de azúcar glas
40gr de harina
40gr de almendra en polvo
60gr de mantequilla
4 claras de huevo - Jöel: ¿estás de broma? 4 claras para 6 financiers???
Precalentamos el horno a 180º. Bata en un bol durante 5 o 6 minutos el azúcar glas, la harina y la almendra en polvo. Funda la mantequilla en un cazo a fuego muy suave. Pásela luego a un cuenco y déjela enfriar.
Bata las claras de huevo, sin llegar a montarlas, solo para que se pongan fluidas y homogéneas, mézclelas con precaución y cuidado con la mezcla de azúcar, harina y almendras. Siempre envolviendo con cuidado incorpore también la mantequilla. Engrase los moldes y reparta la preparación entre ellos.
Introducir en el horno y dejar durante 20 minutos, hasta que la cara superior esté bien dorada y las esquinas tirando a marrón. Una vez terminada la cocción, los dejamos enfriar antes de desmoldar.
Financiers de Chocolate (Jöel Robuchon)
55gr de azúcar glas
40gr de harina
40gr de almendra en polvo
60gr de mantequilla
4 claras de huevo
150gr de chocolate amargo
150ml de nata líquida
Precalentamos el horno a 180º. Bata en un bol durante 5 o 6 minutos el azúcar glas, la harina y la almendra en polvo. Funda la mantequilla en un cazo a fuego muy suave. Pásela luego a un cuenco y déjela enfriar.
Trocee el chocolate y póngalo en un cuenco, lleve la nata a ebullición en un cazo y sin dejar de mover, añada el chocolate troceado, remueva despacio hasta tener una masa lisa y brillante.
Bata las claras de huevo, sin llegar a montarlas, solo para que se pongan fluidas y homogéneas, mézclelas con precaución y cuidado con la mezcla de azúcar, harina y almendras. Siempre envolviendo con cuidado incorpore también la mantequilla y seguidamente el chocolate. Engrase los moldes y reparta la preparación entre ellos.
Introducir en el horno y dejar durante 20 minutos, hasta que la cara superior esté bien dorada y las esquinas tirando a marrón. Una vez terminada la cocción, los dejamos enfriar antes de desmoldar.
Hoy no me da tiempo a divagar como de costumbre, así que tenéis suerte: cero rollo, cien por cien dulce!
La tarta de hoy es de mi querida Nigella: la reina de los buenos resultados con poco esfuerzo. La he hecho varias veces y para distintos públicos y siempre ha triunfado. Es una tarta como la red velvet en el sentido de que no es fácil identificar a qué sabe: aunque lleva cacao no sabe a tarta de chocolate y la cerveza le da un toque como a regaliz... El frosting de encima es una mezcla de queso philadelphia, nata y azúcar y !le va al bizcocho que ni pintado! Además, al añadir la nata aligeramos el frosting de crema de queso típico y una vez montada queda espectacular: es una cerveza guinness en forma de tarta!! Y sin abollar, porque la lata de la foto se le cayó a mi hermana y tenía una forma un tanto deforme.
Eso sí, voy a pedir a los fabricantes de Guinness que me hagan latas más canijas, porque con latas de estas tengo para 5 tartas. Voy a probar a guardarla en la nevera a ver qué tal sale la tarta con "cerveza envejecida en nevera", pero aún así acabaré tirándola porque soy la reina de las buenas intenciones en cuanto a aprovechamiento que acaban cuando, unos días después (unos cuantos) me grita mi hermana: ¿qué co.... hace esto medio podrido en la nevera? entonces contesto yo: ah si, los restos de aquella salsa que quería utilizar para hacer un día un plato de pasta.... Vamos, que cuando guardas los restos el primer día te sientes como una diosa doméstica que aprovecha hasta la última gota de todo, pero que al cabo del tiempo (que si un día cenas fuera, que si otro día has merendado mucho, que si otro día se te antoja otra cosa) lo vas escondiendo en la nevera a base de poner cosas delante. Un día lo descubres, al fondo de la balda más recóndita y cuando abres la tartera en cuestión ya ni sabes lo que fue aquello en su día porque solo ves una costra de grasa gelificada asquerosa, o si no hay suerte, en vez de descubrirlo tú, lo descubre alguien y te echa una pequeña bronca, con toda la razón del mundo, eso sí....
Además de estar para chuparse los dedos, a mí esta tarta me parece monísima!! Cuando vi la receta por primera vez pensé: esta Nigella me ha hecho el lío, ese bizcocho saldrá marrón, oscuro, pero marrón. Pero la verdad es que sale bastante negro, y el frosting de encima, al no llevar esencia de vainilla ni nada sale blanco blanco, con lo cual la tarta es una monada!! Yo antes de disecar los cuernos de un bicho, disecaba ésto y lo ponía en cualquier sitio. Aunque habría que echarle algo como lo que te echabas en las uñas de pequeña para no mordértelas, que supiese fatal, para no caer en la tentación....
Finalmente, el mejor acompañamiento que se me ocurre para esta tarta son estos chicos: los Mumford and Sons. Creo que son británicos y no irlandeses, pero fijo que le dan a la cerveza, !rubia o negra! Hacen folk y llevan un look de lo más salado y la verdad es que son de mis grupos favoritos. Esta es una de sus mejores canciones (entraría en la categoría de, como dicen mis amigas, la música suicida que te gusta). !Enjoy!
RECETA: Molde de 23cm de diámetro (Yo para variar, hice la mitad)
Bizcocho:
250ml Guinness (seré pija, pero probé una cerveza negra de Mahou un día que no había la genuina, y no sale igual de bien)
250gr mantequilla
75gr cacao en polvo
400gr azúcar
142ml sour cream (el mismo volumen de nata y un buen chorro de limón)
2 huevos
1 cucharada de esencia de vainilla
275gr harina
2.5 cucharaditas de bicarbonato sódico
1. Precalentar el horno a 180ºC.
2. Calentar la cerveza y la mantequilla en un cazo hasta que se derrita.
3. Añadir el cacao y el azúcar.
4. Añadir y batir el sour cream, los huevos y la esencia de vainilla.
5. Finalmente añadir la harina y el bicarbonato y mezclar bien.
6. Verter la mezcla sobre el molde y hornear durante 45 mins - 1 hora.
7. Sacar del horno pasado ese tiempo y dejar enfriar sobre una rejilla.
Frosting:
300gr philadelphia
150gr azúcar glas
125ml nata
1. Batir el queso crema con el azúcar.
2. Batir la nata e incorporar a la mezcla anterior.
3. Colocar sobre el bizcocho enfriado.
Este mes me han propuesto preparar un clásico de la repostería: la Pavlova.
Las Pavlovas me encantan: son fáciles, están buenísimas, tienen una pinta que invita a hincarlas el diente, sin ser el típico dulce precioso de líneas geométricas. Son un montón de cosas buenas colocadas unas sobre otras y desparramándose por los laterales. Las Pavlovas que había probado hasta ayer eran de fresas y frambuesas y tenía ganas de probar la combinación estrella de Nigella. A este paso este blog se va a llamar siguiendo las huellas de Nigella, pero seguro que más de uno/una me entendéis.
Total, que ayer tocó hacer peregrinaje y desembolso para encontrar la fruta de la pasión. Como encima no la había comprado nunca y no sabía como era al tacto cuando estaba en su punto justo de maduración, ahí estaba yo ayer en la cola de El Corte Inglés con un paquete de 4/5 frutas de la pasión en mano por 5 euros pensando: como llegue a casa y estén verdes/pasadas o estropeadas, ¡me pego un tiro! Nada más llegué a casa cogí un cuchillo y me puse a abrir el paquete, tarea no del todo fácil teniendo en cuenta que además del plástico típico que envuelve la bandeja blanca de plástico en la que iban colocadas, también iban individualmente envueltas en plástico. ¿Qué es esto? ¿Una reedicción de los regalos cutres que metías en 4 cajas de tamaños crecientes para que pareciesen algo? Me empecé a poner nerviosa, y a sentirme idiota, cuando una de las 5 vi que estaba bastante más blandurria que el resto y tenía un color algo sospechoso. Empecé a oir la voz de mi madre en mi cabeza: "si compras fruta que no es de temporada, te sale mala y cara" argggg. Afortunadamente las otras 4 frutas parecían estar sanas y salvas y hay que ver ¡qué preciosidad de fruta! Me han entrado ganas de hacer un centro de mesa o algo con las cáscaras...
Llegados a este punto hay que hacerse la pregunta del millón: ¿Merece la pena tanto sudor y lágrimas para hacer la versión exótica de la Pavlova típica? SI SI y SI. La Pavlova de fresas o frambuesas me encanta, pero tampoco es que sea una combinación de sabores nueva. Es un postre que viene bien porque es fresquito y ligero y éstá buenísimo, pero la Pavlova con fruta de la pasión es otra cosa: ¡ES PERFECTA! Ahora entiendo la obsesión de Nigella con las frutitas éstas. La combinación de la nata, el merengue hecho casi una nube de las de chuchería con el zumo de la fruta de la pasión es un lujo, pero la mejor parte es cuando pillas una semillita de esas crujientes....mmmm. Vamos que si antes de morir hay que tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro, yo añadiría a la lista hacer una Pavlova de fruta de la Pasión. Con lo fácil que es, es lo primero que la mayoría podríamos tachar de la lista.
Pavlova de Fruta de la Pasión
4 claras de huevo
250gr azúcar
2 cucharaditas de maicena
1 cucharadita de vinagre
alguna gota de esencia de vainilla
300ml de nata montada
la pulpa de 10 frutas de la pasión (yo he hecho la mitad de la receta y por eso utilicé 5)
1. Precalentar el horno a 180º.
2. Colocar papel de hornear sobre la bandeja.
3. Batir las claras con una pizca de sal hasta que se formen picos.
4. Añadir el azúcar, una tercera parte cada vez, hasta que el merengue quede brillante y duro.
5. Añadir la maicena, el vinagre y la esencia de vainilla y mezclar con una espátula con movimientos envolventes.
6. Colocar sobre la bandeja del horno formando un círculo.
7. Introducir en el horno. Inmediatamente bajar la temperatura del horno a 150º y cocer durante una hora y cuarto. Este paso es muy importante, ya que si se nos olvida bajar la temperatura nada más meterlo, se nos quemará.
8. Pasado ese tiempo, apagar el horno y mantener la pavlova dentro del mismo hasta que se enfríe.
9. Invertir la pavlova sobre un plato, echar la nata por encima y la fruta. Nigella dice que hay que invertir el merengue para que la zona de debajo, que se queda menos crujiente que la de arriba se mezcle con la nata.
Llamar pie a este apaño de tarta es tener mucha fe, pero como hay masa debajo de la manzana y masa encima y hay que llamarlo de alguna manera, ¡pues lo llamo pie y me quedo tan ancha! En realidad más que un pie es como si una francesa presentase a un pie y a un strudel y éstos tuviesen un bebé, con el que probablemente todos los niños se meterían en la guardería por ser "el raro". Como a mí nunca me ha hecho gracia eso de ser del montón, he decidido apadrinar a la criatura y enseñársela a todo el que quiera una tarta de manzana con interior tipo strudel y exterior tipo pie (pero en mono con estrellitas, y diferente porque la masa base es la que uso para LA TARTA DE MANZANA que hago cuando voy pillada de tiempo).
Y lo mejor es que si no te gusta la manzana, pero tienes un bote de mermelada de frambuesa por ahí rodando, sustituyes un interior por otro, y la criatura ya tendrá a alguien con el que hablar en el colegio! Ahora que lo pienso, un día de estos voy a hacer la prueba porque seguro que le va igual de bien.
Tras la pirada de pinza de hoy (esto de levantarme a las 6.30 de la mañana unos días y otros a las 5.30 va a acabar con la poca salud mental que me quedaba), al lío: para hacer el pie puse dos terceras partes de la masa en un molde, lo rellené con 3 manzanas reineta en gajos finitos, azúcar moreno, canela y pasas previamente remojadas en ron (no tenía piñones a mano). Las cantidades de azúcar y canela son un poco al gusto del consumidor, pero yo creo que hace falta poco, para que la manzana retenga un puntito de acidez. Luego se recubre todo con la masa base - en forma de estrellitas, corazones o lo que se tercie- y, para no malgastar un huevo, se pinta con un poco de leche y se espolvorea azúcar por encima. Este último paso fue todo un acierto porque además de tener una costrita dulce, hizo que quedase una costra crujiente que le va de perlas al interior.
Cuando hago la tarta típica de manzana lo que hago es poner la masa en moldes de tartaletas, añadir los gajos de manzana, echar por encima algo de azúcar glas y esperar a que el horno haga su magia!! Y la verdad es que para ser una receta super sencilla es de estos postres que apetece a todas horas y que le encanta a todo el mundo, así que, ¿qué más se le puede pedir?
Ya dije en su día que no quería que los reyes me trajeran un bolso o unos pendientes caros, que yo el juguete que quería era una Kitchen Aid. Pues se ve que se hicieron los longuis, pero yo sigo en mis trece y ahora se acerca mi cumpleaños.... como de ilusiones vive el hombre, y las mujeres yo creo que más, seguiré esperando.... Bueno, la cuestión es que ya sé dónde colocaría yo mi juguete preferido si pudiese: en la cocina de Sophie Dahl:
Cuando lo descubrí el año pasado me volví loca buscando los episodios completos de la serie, pero se ve que la muchacha no tuvo mucho éxito y solo hizo una temporada y yo no he llegado a encontrar el último capítulo. Pues si oír a Nigella con su acento British de alta sociedad me relaja y ver a Jamie me da ganas de meterme en la cocina a hacer catorce cosas a la vez, a esta chica la podría ver en mute - más bien podría incluso ver un vídeo de la cocina sin nadie cocinando y ser feliz!
Por favor, estilistas de los programas de cocina españoles: aprended de nuestros primos ingleses!!! Vale que esta cocina en una casa es impracticable, porque para cuando coges la olla de la repisa (olla que con la inducción no funcionaría...), te llevas el polvo de, por lo menos, una semana para darle un regustillo especial al guiso, vale que una no tiene presupuesto ni jardín para tener catorce jarritas, jarrones y vasijas con flores naturales, pero para eso están los presupuestos de la tele!!! Bueno pues eso, que si un día me toca la lotería, una fracción va para la cocinita - el problema es que estas cocinas rústicas quedan bien en una casa de campo, no en un piso corriente, así que otra fracción va para la casita - otra para el huerto con las 20 variedades de hierbas que usa el amigo Jamie, y otra (del mismo valor que la de la casa) para las flores de decoración.... Como no creo que me toque la lotería, me tendré que ir apañando con las flores secas que venden en Ikea (que son muy apañadas) y el accesorio que venía con mi minipimer....
RECETA Masa Base:
175gr harina
media cucharadita de sal
1 cucharada de azúcar
113gr mantequilla
30-60ml agua (sí, me temo que es de esas masas en las que te dicen que añadas el agua "que te pida" la masa. En realidad no es algo crítico: yo cada día le echo una cantidad y unas veces se maneja mejor y otras peor, pero no es el fin del mundo)
1. Poner en un bol la harina, la sal y el azúcar.
2. Batir la mantequilla a temperatura ambiente y añadir los ingredientes anteriores y el agua que necesite.
3. Refrigerar durante al menos 30 minutos.
4. Sacar de la nevera, alisar con un rodillo y colocar sobre un molde.
5. Hornear a 205ºC hasta que los bordes estén dorados. El tiempo depende de si se hacen tartaletas o tartas grandes, pero en general entre 30 y 40 minutos.
Me encantan las fresas: solas, con azúcar, con leche, con zumo, pero, como buena golosa que soy, sobre todo con nata. Así que ahora, entre que empieza a hacer buen tiempo y que desde hace varias semanas vas a las fruterías y no hay solo manzanas y peras,¡estoy feliz!. Las posibilidades de mis amigas las fresas en el terreno dulce son muy amplias. El año pasado hice un helado de strawberry cheesecake que estaba buenísimo - lo tendré que repetir y poner la receta, pero otra buena opción, cuando te han sobrado claras de algún otro postre, es la famosa Pavlova. Además de ser fácil de hacer, es super ligera, lo cual es una ventaja, porque después de ponerte púa con la cena, si sacas una tarta de chocolate con dulce de leche, a la cucharada y media la gente ya no puede con más, mientras que con la Pavlova cogen un poco pensando que va a llenar, te piden otro poco y acaba quedando un trocito para el desayuno del día siguiente. Será una tontería, pero cuando haces algo para que se lo coma el que viene a casa, eso de que se acabe te da una satisfacción....si no siempre te quedas pensando: ¿estaban llenos, o es que la bomba calórica que preparé no estaba demasiado buena?
Normalmente hago una Pavlova grande, pero esta vez hice unas cuantas chiquititas a lo "postre individual". La gracia de este postre es que la parte de merengue no es un merengue tal cual: la parte exterior sí que se queda como un merengue crujiente, pero el interior queda más suave y jugoso: como una nube de estas de chuchería. En teoría eso es por la cucharadita de maicena y el vinagre que se le echa al merengue antes de meterlo al horno. La verdad es que te pones a pensarlo, y ¿a qué clase de desequilibrado/a se le ocurrió en su día echar vinagre a un merengue? Imagino que será algo relacionado con la química y con echar un ácido, pero vamos que el/la inventor/a de la pavlova es un iluminado de la vida...
Casi se me olvida: la chuchería casera! Si estás un día en casa, con mono de las fresitas estas de nata que venden en las tiendas de chuches y solo tienes a mano fresas, prepárate para probar algo mucho mejor! Coges un poco de azúcar glas (yo muelo azúcar normal en el molinillo) y cuando lavas la fresa, pones la zona del tallo cortado mojado sobre el azúcar y te pones la zona de la fresa cubierta de azúcar sobre la lengua: os lo juro: es mejor que la chuchería de fresa y por lo menos sabes lo que estás comiendo...
RECETA: (Para una Pavlova grande) La de las pequeñas la podéis encontrar aquí. Sí, es de mi querida Nigella.
4 claras de huevo
250gr azúcar
2 cucharaditas de maicena
1 cucharadita de vinagre
alguna gota de esencia de vainilla
300ml de nata montada
la fruta que os apetezca...
1. Precalentar el horno a 180º.
2. Colocar papel de hornear sobre la bandeja. Yo como no suelo tener, pongo papel albal.
3. Batir las claras con una pizca de sal hasta que se formen picos.
4. Añadir el azúcar, una tercera parte cada vez, hasta que el merengue quede brillante y duro.
5. Añadir la maicena, el vinagre y la esencia de vainilla y mezclar con una espátula con movimientos envolventes.
6. Colocar sobre la bandeja del horno formando un círculo.
7. Introducir en el horno. Inmediatamente bajar la temperatura del horno a 150º y cocer durante una hora y cuarto. Este paso es muy importante, ya que si se nos olvida bajar la temperatura nada más meterlo, se nos quemará.
8. Pasado ese tiempo, apagar el horno y mantener la Pavlova dentro del mismo hasta que se enfríe.
9. Invertir la pavlova sobre un plato, echar la nata por encima y la fruta. Nigella dice que hay que invertir el merengue para que la zona de debajo, que se queda menos crujiente que la de arriba se mezcle con la nata. Yo lo suelo hacer cuando hago la Pavlova grande, pero no con las pequeñas.
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Por cierto, también podéis seguirme aquí.
Como ya he dicho otras veces, una no puede hacer tartas de chocolate, caramelo y demás para todos los días. Por eso me parece fundamental tener alguna receta de bizcocho, cake o muffins fácil de hacer en el repertorio para todos los días. Lo que voy a decir les parecerá un sacrilegio a los puristas, pero para mí son muffins cuando meto la masa en moldes de muffins y son cake cuando, estando perezosa, prefiero echar toda la masa en un molde de cake y olvidarme. Olvidarme hasta que la parte de encima empieza a dorarse, sin estar hecha la de dentro. En ese momento hay que acordarse momentáneamente de cubrirlo con papel de plata, esperar hasta que todo el cake esté hecho y ¡listo!
Además esta receta es de las buenas para la conciencia: lleva 3 plátanos, con lo cual:
a) los muffins salen mucho más jugosos y dulcecitos que sus colegas los muffins harinosos sin fruta y con mucha más mantequilla;
b) puedes dar salida a 3 plátanos (o los que se tercien) al borde del colapso que se te han quedado al fondo de la nevera. En mi caso la ventaja b) es fundamental, porque como tengo la mala suerte de que me gustan los plátanos maduros, y en los racimos suelen venir 5 o 6, me paso toda la semana esperando a que maduren y cuando por fin lo hacen, o me como los 6 en dos días o me busco la vida para meterlos en un dulce.
Vamos, que en 5 minutos de preparación y alguno que otro de horno, tienes el desayuno perfecto para cualquier día de la semana y el plátano le da un toque jugoso y dulce al bizcocho que hace que no necesite toneladas de mantequilla y azúcar como otros, así que estos muffins los recomendaría cualquier cardiólogo que se precie. A veces añado trozos de chocolate, y otras veces los dejo tal cual, eso ya es a gusto del consumidor.
RECETA: 12 muffins o un cake
3 plátanos maduros
125ml aceite
2 huevos
250gr harina
100gr azúcar
media cucharadita de bicarbonato sódico
1 cucharadita de levadura en polvo
trozos de chocolate (opcional)
1. Precalentar el horno a 200ºC.
2. Triturar los plátanos.
3. Medir el aceite en un vaso medidor y añadir los dos huevos y batir.
4. Poner la harina, el azúcar, la levadura y el bicarbonato en un bol, añadir la mezcla del aceite y los huevos, remover y añadir los plátanos triturados. Mezclar bien.
5. Añadir los trozos de chocolate.
6. Hornear durante unos 20 minutos en caso de muffins y unos 40-45 mins en caso de un molde de cake, hasta que un cuchillo insertado en el centro salga limpio.
7. Espolvorear azúcar glas por encima. (Opcional)
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Por cierto, también podéis seguirme aquí.
Esta tarta la hice el fin de semana pasado para una amiga: lleva un bizcocho de chocolate, ganache de chocolate, fondant y los bombones son albondiguillas que salen al mezclar migas del bizcocho con ganache de chocolate, forradas de un baño de chocolate con leche con algo de mantequilla. La canción es Long Ride Home de Patty Griffin y lleva siendo mi favorita desde que la descubrí hace unos 4 o 5 años. Y la cosa tiene mérito porque yo soy de las que enchufa el itunes, pone una canción en "repeat" y deja pasar las horas.... El video del youtube parece el típico montaje que hace el personal de una versión en directo de la canción y un paisaje tejano típico que se ve desde un coche. Espero que os guste (puede que no tanto como a mi porque eso significa que todo el que vive a tu alrededor la acaba odiando)...
Lo que más me gusta de los crêpes es su versatilidad: son una base sobre la cual innovar en función de lo que te guste y lo que te apetezca en ese momento. Y la base es de lo más sencillo, de hecho lo más importante es que los crêpes salgan finitos y uniformes y, a partir de ahí, echarle imaginación a lo de encima.Por eso, en lugar de restringirme a un único sabor, decidí montar una especie de "bar de crêpes" casero, con varias posibilidades, para que cada uno elija lo que más le apetezca.
Investigando en la nevera, descubrí que tenía dulce de leche, sirope de arce, fresas, mango y manzanas reineta. Las manzanas reineta las salteé con algo de mantequilla, azúcar moreno y canela. Las fresas las dividí en dos: las fresas al natural y las fresas con un chorrito de vinagre de módena. También tenía algo de helado de vainilla que hice el otro día, del bueno, del de las vainas de vainilla, así que hice dos salsas más: una de chocolate y café y una salsa tipo toffee que los ingleses y americanos llaman "butterscotch sauce". Ya solo quedó reunir todas las tazas desparejadas que tengo desperdigadas por casa, llenarlas con los distintos componentes y montar la barra del bar.
Montado el bar y avisado el personal (esto me lo como todo yo sola y me mandan directa a la puerta de urgencias por sobredosis), ya solo queda que cada uno monte su propio crêpe, con el espíritu de Joey el de Friends: si me gusta el chorizo y el chocolate, ¿por qué no me va a gustar el chorizo con chocolate? Con la de combinaciones raras que hay en los restaurantes buenos hoy en día, fijo que los estrellas michelín han probado 50 guarrindongadas hasta llegar a sus combinaciones perfectas de ingredientes raros, así que ¿por qué no hacer lo mismo nosotros, humildes mortales que somos?
Uno de los crêpes que probamos fue el de manzana, helado de vainilla, salsa butterscotch y nueces. Es una especie de strudel en forma de crêpe: la manzana con el toque ácido de la reineta calentita con el helado de vainilla (este helado se merece otra entrada), con el dulzor de la salsa y el crujiente de las nueces...buenísimo. Otro fue el de fresas marinadas en vinagre de módena, mi querido helado (que monas quedan las pintitas negras de vainilla) y salsa de chocolate: otra combinación ganadora.
Tengo que confesar que he estado a punto de poner bacon caramelizado en la barra de los crêpes, pero al final, como de costumbre, me ha pillado el toro y no ha podido ser. Lo probé cuando hice el helado de bacon caramelizado de David Lebovitz deberían vender como golosina en las pastelerías caras porque es una locura. Estoy pensando que al bacon caramelizado también le va a tocar otra entrada....
RECETA CRÊPES: de Pierre Hermé para 6 crêpes(no podía ser de otra manera, este hombre es el dios de la repostería francesa)
2 huevos
10g de mantequilla
100g de harina
media vaina de vainilla
2.5g de sal
25cl de leche entera
3cl de agua
1.5cl de licor (opcional)
No he echado ningún licor para no enmascarar el sabor de la vainilla que, con lo cara que es, si la uso, prefiero que se note!
1. Partir la media vaina de vainilla por la mitad y extraer los granos. Batir los huevos en un bol y fundir la mantequilla en un cazo.
2. Tamizar la harina sobre un bol, añadir los granos de vainilla, los huevos y la sal.
3. Disolverla con la leche y el agua. Añadir la mantequilla fundida y el licor, mezclándolo todo bien. Dejarlo reposar durante, al menos, 2 horas a temperatura ambiente.
4. Cuado se vaya a usar la masa, añadir 1cl de agua.
5. Una vez esté lista la masa, calentar una sartén antiadherente y añadir un poco de aceite con un pincel. Verter la masa en la sartén con un cucharón, inclinar la sartén en todas las direcciones para repartir bien la masa y volver a poner al fuego.
6. Cuando la masa no tenga brillo, despegar los bordes con una espátula y dar la vuelta al crêpe. Cocerla por el otro lado durante 1 minuto aproximadamente, hasta que esté dorada.
7. Deslizar sobre un plato y poner el relleno.
RECETA SALSAS:
Las dos salsas son de Nigella, la reina de las guarrindongadas dulces, a mi parecer. En ambos casos, se mezclan todos los ingredientes menos la nata en un cazo hasta que se disuelvan bien y luego se añade la nata.
Ingredientes salsa de chocolate:
200g de chocolate
120ml de café
90g de azúcar
120ml de nata
Ingredientes salsa "butterscotch"
50g de mantequilla
3 cucharadas de azúcar moreno
2 cucharadas de azúcar blanco
150g de golden syrup
125ml de nata